Un incidente generó controversia en torno a la actuación policial, entrega de alimentos y trato a ciudadanos en inmediaciones del parque Tercer Milenio de Bogotá.
Un hombre denunció a través de un video publicado en Tiktok presión y restricción mientras desarrollaba la actividad solidaria.
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En el registro visual, el ciudadano narró cómo dos uniformados de la Policía se acercaron a su vehículo y le pidieron suspender la distribución de lechona dirigida principalmente a habitantes de calle, bajo advertencias de posibles sanciones administrativas y la inmovilización del vehículo.
El denunciante atribuyó al procedimiento policial un carácter de “amenaza” e interpretó la intervención como una prohibición injustificada de un acto humanitario, además de denunciar un sentimiento de abandono institucional frente a la inseguridad.
Esto dijo en la publicación: “Bueno, muchachos, vean, estamos acá repartiendo comida, ha sido una buena labor. Y acá la policía, el patrullero Juan Lancheros, 106611. Vino con otro policía y se me llevó la cédula. Me quieren quitar de aquí porque le estoy dando comida a la gente”, afirmó el ciudadano.
El afectado cuestionó de forma reiterada la legalidad del accionar policial. “¿En qué parte de la Constitución?, ¿En qué parte dice que esto es prohibido hacerse?, ¿En qué parte esto es un delito?, ¿En dónde dice que esto sea un delito?”, planteó en tono de confrontación.

El registro también expuso momentos de tensión con los agentes y reproches cruzados sobre la actitud de los funcionarios. “Estamos ayudando a la gente... No le importa. No le importa (...) Acá estábamos en paz hasta que usted llegó. Aquí estábamos en paz”, manifestó el hombre en respuesta a la orden de retirada del lugar.
El ciudadano enfatizó que su labor social había transcurrido durante tres años sin incidentes y reclamó el derecho a continuar la entrega de alimentos. “Yo lo hablo como un hombre, hermano. Me da rabia. Yo no tengo nada en contra suyo. Yo respeto su trabajo. ¿Yo vine grosero? Yo respeto su trabajo. Me rapó la cédula. Me rapó la cédula y se la llevó en la moto”, relató, visiblemente alterado.
Durante el encontrón, personas beneficiarias de la jornada salieron en defensa del ciudadano, instando a los uniformados a que buscaran a los responsables de hechos delictivos en vez de obstaculizar iniciativas solidarias. “¿Por qué no buscan a los ladrones?”, reclamó una de las voces presentes en el registro.
El video culminó con un reclamo directo a las autoridades sobre las prioridades de control y una descripción de la secuencia, donde el hombre reiteró: “La policía, ¿dónde está la policía?”.
Diversos comentarios en las redes sociales colocaron el foco tanto en el reconocimiento público a la labor social como en las irregularidades detectadas durante la acción.

Varios usuarios precisaron que, aunque el gesto buscó ayudar, existieron claros cuestionamientos sobre el respeto a las normas vigentes. Una de las voces en la conversación afirmó: “Está mal parqueado, está generando un tipo de aglomeración, lo que está prohibido, el policía está actuando bajo la ley”. Este tipo de observaciones se repitió a lo largo de decenas de intervenciones.
Respecto al manejo higiénico y el posible riesgo sanitario, otro comentario advirtió: “Puede ser alimentos contaminados… esa no es la forma de ayudar… la policía está en lo correcto”. Esta preocupación reflejó una de las principales inquietudes sobre la práctica de repartir alimentos en contextos informales.
El impacto en la movilidad también formó parte de las críticas. Un usuario resaltó: “Está bloqueando la vía, se puede hacer en otro lado, sin bloquear el tráfico”. Esta postura coincidió con las regulaciones que prohíben la obstrucción del espacio público, más allá de la intención original del acto.
No obstante, varios comentarios reconocieron el valor de la labor social e intentaron ofrecer alternativas viables. Entre los mensajes, uno propuso: “Hermano, muy buena labor, lo felicito, pero a la próxima es mejor buscar un policía de vigilancia y hacerlos participar de la labor. Así ellos quedan bien y nadie se mete con usted”.

En el contexto legal colombiano, la entrega de comida en la calle no está prohibida de forma absoluta. Este tipo de acciones debe cumplir con normas de salubridad e inocuidad alimentaria, además de evitar la obstrucción del espacio público o la creación de desórdenes.
En casos dirigidos a habitantes de calle, entidades como IDIPRON en Bogotá han recomendado coordinar estas actividades para garantizar dignidad y seguridad.
La intervención policial se activa cuando existen elementos que vulneran la normativa sobre salud pública o uso del espacio, como ha ocurrido en episodios similares registrados en Bogotá.
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