Descubrimiento en Nuevo México redefine la evolución del Tyrannosaurus rex

El hallazgo de una especie de tiranosaurio anterior al famoso T. rex plantea nuevas preguntas sobre su origen y desarrollo evolutivo

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Nueva especie de tiranosaurio encontrada en Nuevo México, posiblemente anterior al T. rex. (Imagen ilustrativa Infobae)
Nueva especie de tiranosaurio encontrada en Nuevo México, posiblemente anterior al T. rex. (Imagen ilustrativa Infobae)

Investigadores han hallado en Nuevo México una nueva especie de tiranosaurio, la cual se cree vivió entre cinco y siete millones de años antes de su icónico pariente el Tiranosaurio Rex. Según el trabajo publicado en Scientific Reports, citado por Asher Elbein en The New York Times, este descubrimiento sugiere que la historia de la evolución del T. rex debe ser revisada y ampliada.

La mayoría de las especies no perduran más de un millón de años”, afirma Spencer Lucas, curador de paleontología del New Mexico Museum of Natural History and Science y coautor del estudio. Esta evidencia, añadida a las diferencias anatómicas encontradas, apunta a que el cráneo examinado pertenece a una especie distinta, bautizada como Tiranosaurio mcraeensis en honor de la formación geológica donde fue descubierto.

En los años ochenta, los empleados del museo recolectaron un cráneo parcial de un gran tiranosaurio adulto en el Embalse Elephant Butte, asumiendo inicialmente que los fósiles pertenecían a un T. rex. No obstante, Sebastián Dalman, paleontólogo del museo, notó diferencias sutiles pero consistentes en el espécimen al empezar su análisis en el año 2013. Estas diferencias incluían una mandíbula inferior más delgada y dentadura con características distintas, así como la ausencia de una prominente cresta ósea detrás del ojo, características de un T. rex adulto.

Inicialmente, se creyó que los estratos de roca de los cuales procedía el fósil —la Formación McRae de Nuevo México— eran contemporáneos a la conocida Formación Hell Creek de las Great Plains, que data de hace 66 a 68 millones de años, el mismo periodo del T. rex. Sin embargo, la datación más reciente de las rocas sugiere que la Formación McRae es de cinco a siete millones de años más antigua, lo que indica que el espécimen encontrado proviene de un pariente anterior del T. rex.

La necesidad de revisar la evolución del T. rex tras el descubrimiento de Tyrannosaurus mcraeensis.  (Imagen ilustrativa Infobae)
La necesidad de revisar la evolución del T. rex tras el descubrimiento de Tyrannosaurus mcraeensis. (Imagen ilustrativa Infobae)

Este hallazgo ha sido recibido con interés por parte de la comunidad científica. Dave Hone, paleontólogo de la Queen Mary University de Londres y no involucrado en el estudio, aseguró que “esto va a recibir mucho más escrutinio que el dinosaurio recién nombrado promedio”. Aunque ha habido reticencias en el pasado a dividir una especie tan icónica y bien estudiada sin evidencia abrumadora, algunos investigadores externos han reaccionado más cálidamente hacia T. mcraeensis, reconociendo que los autores han presentado un caso razonable y convincente.

El descubrimiento, según señala el artículo de NYT, también tiene implicaciones interesantes para la línea de tiempo de la evolución de los tiranosaurios. A lo largo del período Cretácico tardío, los parientes de los tiranosaurios se extendían por lo que hoy es el oeste de América del Norte, desde Alaska hasta México, pero en los últimos millones de años del reinado de los dinosaurios, los más grandes T. rex reemplazaron estas líneas.

Tradicionalmente, se había argumentado que Tiranosaurio representaba un grupo específico que cruzó un puente terrestre desde Asia, dada la cercanía con sus parientes más conocidos de Mongolia. No obstante, el nuevo hallazgo sugiere que la línea de Tiranosaurio apareció en América del Norte mucho antes de lo esperado, y podría haberse originado en el suroeste antes de extenderse hacia el norte.

Conforme a lo expresado por Thomas R. Holtz Jr., paleontólogo de la Universidad de Maryland, “hay obviamente más pasando que simplemente un movimiento hacia el norte, dado que también tenemos las líneas asiáticas”. Asimismo, si el Tiranosaurio apareció en el suroeste, el género pudo haber evolucionado en tamaño gigante para cazar los enormes herbívoros de la región.

Sin embargo, lo que causó la aparición de un paisaje de gigantes en una región específica de América del Norte sigue siendo un misterio. “Creo que necesitamos pasar más tiempo mirando el suroeste”, señaló Nick Longrich, paleontólogo de la Universidad de Bath en Inglaterra y coautor del trabajo. “Hay muchas áreas poco estudiadas donde vamos a encontrar cosas nuevas”, concluye la evidencia presentada por Asher Elbein en su artículo para The New York Times.