Diez países piden a Israel que abra cruces y aumente la ayuda a Gaza ante las lluvias e inundaciones

Organizaciones internacionales alertan sobre el peligro de un colapso humanitario en el enclave por nuevas restricciones, falta de víveres y la amenaza de suspensión de la labor de ONG ante el endurecimiento de los controles para operar

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Las recientes modificaciones en las normas de registro para organizaciones no gubernamentales han suscitado preocupación ante la posibilidad de que muchas de estas entidades deban interrumpir sus operaciones en la Franja de Gaza y Cisjordania a partir del 31 de diciembre, lo que podría afectar de manera directa la prestación de servicios esenciales, entre ellos la asistencia sanitaria y el apoyo humanitario. Esta situación, según un comunicado conjunto de diez países occidentales publicado por diversos medios, amenaza con agravar una crisis donde ya confluyen inundaciones, carencia de alimentos y dificultades de acceso a ayuda internacional.

De acuerdo con la cobertura informativa de los medios, los Ministerios de Exteriores de Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Islandia, Japón, Noruega, Suecia, Suiza y Reino Unido han demandado a Israel que incremente el flujo de ayuda humanitaria y abra más cruces de acceso a Gaza, tras las fuertes lluvias y las inundaciones que han impactado a la población local. Las autoridades de estos países señalan que actualmente 1,3 millones de personas requieren urgentemente soluciones habitacionales, mientras que el colapso casi total de los centros sanitarios limita la atención médica y la escasez de insumos y equipos adentra aún más la crisis.

Según informaron los países firmantes del comunicado, el sistema de saneamiento de Gaza ha colapsado, dejando a 740.000 personas especialmente vulnerables frente a las inundaciones y a los riesgos asociados a la falta de agua potable y gestión de residuos. Además, aunque el informe recuerda que la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria suspendió en diciembre la declaración oficial de hambruna en Gaza, la mayoría de los residentes del enclave se enfrenta todavía a una inseguridad alimentaria aguda, en niveles altos, reflejo del limitado acceso a recursos básicos.

El texto emitido por estos diez gobiernos resalta que, si bien la cantidad de ayuda humanitaria que ingresa a Gaza aumentó después del establecimiento del alto el fuego, la respuesta continúa siendo insuficiente. Atribuyen esta limitación a los múltiples obstáculos que persisten para el acceso de la asistencia internacional, subrayando la necesidad de eliminar las restricciones a las importaciones catalogadas como “de doble uso”, las cuales afectan al suministro de equipos médicos y materiales para refugios, considerados esenciales para enfrentar la emergencia.

Tal como reporta el comunicado citado por los medios, la apertura parcial del cruce Allenby/Rey Husein, que conecta Jordania y Cisjordania y cuya operación depende de las fuerzas israelíes, ha recibido reconocimiento por parte de estos países. Sin embargo, lamentan que otros corredores, entre ellos el paso clave de Rafá, permanezcan cerrados o altamente restringidos, obstaculizando la circulación de bienes y el movimiento de personas. Estas limitaciones, de acuerdo con el plan internacional de paz, deberían eliminarse como parte de las medidas destinadas a poner fin al conflicto en Gaza.

El comunicado advierte que las nuevas exigencias impuestas a las ONG por Israel podrían derivar en el cierre forzoso de sus programas en el territorio palestino. “Cualquier intento de limitar su capacidad de operar es inaceptable. Sin ellas, será imposible satisfacer todas las necesidades urgentes en la escala requerida”, afirman los representantes diplomáticos de los países firmantes, quienes recalcan la importancia de que Naciones Unidas y sus organizaciones asociadas puedan proseguir con su labor en la región.

Asimismo, los gobiernos han solicitado públicamente a las milicias palestinas que entreguen el cuerpo del último rehén que se encuentra retenido en Gaza y han exigido que el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) deponga las armas y abandone la violencia, en línea con las directrices establecidas en el plan de paz propuesto por el expresidente estadounidense Donald Trump. Esta exigencia forma parte de los pasos contemplados en la hoja de ruta para cerrar el ciclo de violencia y avanzar hacia una solución política en la región.

Por su parte, el Ministerio de Exteriores de Israel respondió que el comunicado emitido por estos diez países contiene información “falsa” y sostiene que reproduce un patrón de críticas “imparciales y exigencias unilaterales” hacia Israel, sin considerar un aspecto que califica de esencial: el desarme completo de Hamás, al que adjudica un papel central para garantizar la seguridad en Israel y la región. Además, el Gobierno israelí argumenta que la situación humanitaria en Gaza ha experimentado una mejora significativa desde la instauración del alto el fuego, una evolución que atribuye a los esfuerzos combinados de Israel y Estados Unidos, pese a los intentos de Hamás de desviar la ayuda humanitaria para fines ajenos a la población civil.

El cese de hostilidades, vigente desde el 10 de octubre, se mantiene en un entorno frágil, con acusaciones recíprocas entre Israel y Hamás sobre presuntos obstáculos a la implementación del plan de paz acordado. Desde el inicio de la violencia, más de 71.000 personas han fallecido en el enclave palestino, según señalan diversas fuentes internacionales, lo que agrava la emergencia humanitaria y social en la franja.

El proceso de paz propuesto incluyó una primera fase de liberación de rehenes. Tras este paso, la segunda etapa detalla la necesidad del desarme de Hamás y la eventual llegada de una fuerza internacional para evitar la reanudación de enfrentamientos armados. Según recoge la cobertura periodística, Hamás aún no ha mostrado disposición para entregar las armas, lo que complica la viabilidad de los acuerdos y el avance hacia una desescalada sostenida en el conflicto.

En este escenario, organizaciones internacionales y diplomáticos reiteran la urgencia de facilitar el acceso pleno e ininterrumpido de ayuda humanitaria y de garantizar el funcionamiento de las ONG, considerando el impacto directo que estas entidades tienen en la atención de la población más vulnerable de Gaza, especialmente ante los efectos de las lluvias, las inundaciones y el deterioro de las infraestructuras básicas.