Milán-Cortina recibe la Llama Olímpica en la ceremonia de Atenas: "Es un momento mágico"

El encendido oficial para los Juegos de Invierno 2026 comenzó en el estadio Panathinaikó entre medidas por mal tiempo, la antorcha recorre Italia durante 63 días resaltando unidad y tradición, antes de su llegada al San Siro

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La toma de la Llama Olímpica por la delegación italiana en el Estadio Panathinaikó de Atenas fue calificada por Giovanni Malago, presidente del comité organizador de Milán-Cortina 2026, como “un momento mágico para todos nosotros”. Esta ceremonia, marcada por la ausencia de público y la cancelación del programa artístico a causa de las condiciones meteorológicas adversas, marcó el comienzo del relevo de la antorcha hacia Italia para los Juegos Olímpicos de Invierno, de acuerdo con la información publicada por la agencia de noticias.

Según consignó el medio, la previsión de lluvia y el mal tiempo forzaron a los organizadores a limitar la participación a un grupo muy reducido y a cancelar la actuación artística que iba a acompañar tradicionalmente el evento. En lugar de la puesta en escena habitual, la audiencia presenció un video grabado durante los ensayos. A pesar de los cambios de último momento, la entrega de la Llama Olímpica se desarrolló en el histórico estadio ateniense donde se celebraron los primeros Juegos Olímpicos modernos en 1896, manteniendo la esencia y los protocolos heredados de la tradición olímpica.

Isidoros Kouvelos, presidente del Comité Olímpico Griego, presidió la entrega oficial de la antorcha a la delegación italiana. En su intervención durante el acto, Kouvelos remarcó el rol de los Juegos como espacio de respeto y convivencia internacional, afirmando que si bien “no es posible transformar el mundo en los 16 días de competición, sí se puede presentar un modelo alternativo basado en el respeto”. Esta referencia subrayó el propósito social y simbólico que la organización busca proyectar en la próxima edición invernal del certamen.

El arranque del recorrido de la antorcha contó también con la presencia de los atletas italianos Jasmine Paolini y Filippo Ganna, campeones olímpicos, quienes fueron portadores destacados de la llama instantes antes de la entrega formal a los organizadores italianos, según detalló la agencia. El gesto reforzó la conexión entre distintas generaciones de deportistas y apuntó a hacer visible la tradición de éxito y superación que acompaña el tránsito de la antorcha.

Tras la ceremonia en Grecia, la Llama Olímpica se trasladó a Roma, donde permanecerá por algunos días antes de iniciar el relevo nacional que, según informó la agencia de noticias, cubrirá un trayecto de 12.000 kilómetros durante 63 días. La ruta incluye un recorrido por las 20 regiones y 110 provincias italianas, en una apuesta por acercar los valores olímpicos y la llama al máximo número de comunidades. El desarrollo de este extenso itinerario busca fortalecer el sentido de identidad compartida, así como resaltar la capacidad de resistencia y unidad del pueblo italiano, valores universalizados en el discurso oficial.

El diario citó pasajes del evento en los que se manifestó la misión de trasladar un “mensaje de unidad y resistencia que trascienda fronteras y generaciones”. Este mensaje, presente en la logística y la planificación del relevo, orienta el significado del acontecimiento más allá de la competición deportiva, incorporando una dimensión simbólica que abarca tanto la historia como la situación contemporánea de Europa y el mundo.

El origen de la Llama Olímpica una semana antes, en la Antigua Olimpia, confiere a la antorcha un valor adicional, fusionando el legado de las antiguas celebraciones griegas con las siguientes fases de la tradición moderna. Desde el acto de encendido en Olimpia, la llama recorre varios hitos históricos antes de llegar a Italia, en una sucesión de eventos cuyo punto culminante se dará el 6 de febrero en el estadio de San Siro, Milán, detalló el medio. Ese día, durante la inauguración oficial, el pebetero olímpico será encendido como símbolo del arranque formal de los Juegos de Invierno Milán-Cortina 2026, que tendrán lugar entre el 6 y el 22 de febrero.

En todo su trayecto, la antorcha olímpica involucrará a representantes de diferentes grupos sociales, edades y sectores, según subrayó la agencia de noticias. La organización prevé una movilización coordinada entre autoridades locales, voluntariado y cuerpos de seguridad para custodiar el paso seguro de la llama y propiciar actividades en las diferentes escalas del recorrido. El objetivo declarado es acercar la experiencia y el espíritu olímpico a la sociedad en su conjunto, validando el relevo nacional como reflejo de la colaboración y el esfuerzo colectivo.

El evento en el Estadio Panathinaikó se mantuvo fiel a los protocolos tradicionales de transferencia solemne entre los comités olímpicos de Grecia e Italia, pese a las restricciones introducidas por las condiciones climáticas. De acuerdo con lo reportado por la agencia, autoridades griegas e italianas reafirmaron en el acto su compromiso con la defensa de la herencia cultural y deportiva de los Juegos, así como con la búsqueda de nuevos cauces para afianzar la convivencia pacífica entre las naciones a través del deporte.

La transición de la llama hacia Italia, tras este acto formal en Atenas, inaugura oficialmente la cuenta regresiva para la apertura de Milán-Cortina 2026. El testimonio entregado por los organizadores y los mensajes circulados durante el relevo destacan la relevancia de mantener la continuidad de estos rituales incluso en circunstancias adversas, como reflejo del espíritu olímpico. Según indicó la agencia informativa, el relato del paso de la antorcha servirá en los próximos dos meses como una herramienta de cohesión y visibilización de los valores de respeto, unidad y colaboración que el olimpismo promueve a escala internacional.