La policía sudanesa lanzó gases lacrimógenas e hirió a varios manifestantes el domingo en Jartum durante una protesta multitudinaria contra el ejército en el poder en Sudán, en el tercer aniversario de la revolución que derrocó al exdictador Omar al Bashir.
Las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos y balas reales al aire para tratar de dispersar a los manifestantes cerca del palacio presidencial en Jartum, la capital, dejando varios heridos, dijeron testigos a la AFP.
"El pueblo quiere la caída de Burhan", gritaban los manifestantes, en referencia al general Abdel Fattah al Burhan, que lideró el golpe el 25 de octubre.
Ese día, el general, jefe del ejército, detuvo a la mayoría de los civiles que dirigían el país con él.
Las protestas de este domingo tienen lugar tres años después del inicio de la "revolución" en Sudán que derrocó a Omar al Bashir, tras 30 años de dictadura.
Tras el golpe de Estado en octubre y una represión que desde entonces ha causado 45 muertos y cientos de heridos, aquellos que impulsaron la revuelta anti-Bashir quieren ahora reactivar un movimiento que ha ido perdiendo fuerza en un contexto de grave crisis económica.
En la noche, los manifestantes declararon que celebrarán una sentada pacífica similar a la que acabó derrocando al exdictador.
El 19 de diciembre de 2018, en el marasmo económico en el que estaba hundido el Sudán de Bashir, bajo embargo internacional, cientos de miles de sudaneses se manifestaron y obligaron al ejército a relevar al dictador cuatro meses después.
Si los sudaneses escogieron ese día fue porque en 1955, en esa misma fecha, el Parlamento proclamó la independencia del Reino Unido.
Este domingo, los partidarios de un poder civil llamaron a salir a las calles contra el ejército, cuyo máximo responsable, el general Burhan, restableció el predominio de los militares.
Aunque los golpistas detuvieron durante semanas al primer ministro civil, Abdalá Hamdok, el 21 de noviembre el ejército lo volvió a colocar en el cargo.
Hamdok, argumentando que no quería un baño de sangre, instó el sábado a desconvocar las marchas.
"Actualmente nos encontramos frente a una importante regresión en el desarrollo de nuestra revolución que amenaza a nuestra seguridad, la unidad y la estabilidad del país, y corre el riesgo de llevar al Estado hacia un abismo que nos dejará sin patria ni revolución", dijo.
- "Control total" del ejército -
La policía antidisturbios fue desplegada en los cruces más importantes de Jartum, y las autoridades cerraron los principales puentes que unen la capital con los suburbios del oeste y del norte.
Todas las carreteras que rodean la sede general del ejército, en el centro de la ciudad, fueron cerradas con alambradas y bloques de hormigón, según un periodista de la AFP.
"El golpe de Estado ha roto el camino a la transición democrática: con él, los militares han tomado el control total de la vida política y económica", dijo a la AFP Ashraf Abdelaziz, dueño del diario independiente Al Jarida.
Tras el golpe de Estado y la consecuente suspensión de la ayuda internacional, "la maquinaria de seguridad ha ganado a las instituciones políticas. Aunque, para llevar a cabo una transición democráticas, es necesario que la política sea el motor", según Abdelaziz.
Los militares renombraron a Hamdok y prometieron elecciones libres en julio de 2023 pero siguen sin haber formado un gobierno. Frente a ellos, los partidarios de un poder civil, que acusan a Hamdok de "traición", no logran unirse y superar sus divisiones.
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