Una conexión inesperada, un deseo incontrolable y una vida que ya no era la misma

Por momentos, el calor de las emociones puede ser demasiado. Al salir de un congelamiento emocional la temperatura ambiente parece quemar. ¿Te animarías a descongelarte?

"No te estás muriendo. Estabas congelado" (Imagen Ilustrativa Infobae)

Hace muchos años tenía una linda amistad con una mujer. Era una de esas relaciones buenas, sanas, sin ninguna perspectiva sentimental. En ese entonces, yo tenía una excelente pareja, una vida ordenada y plena. Ella también. Todo estaba en equilibrio, o al menos eso parecía. Hasta que no lo estuvo más. Bastaron un par de mensajitos de teléfono para que se desencadenara un monumental efecto dominó.

Llevé el tema a terapia, angustiado por lo que podría causar este romance potencial, que me sentía incapaz de frenar. No quería que nadie sufriera, pero ¿Era posible? ¿O una vez que el dentífrico se sale del pomo, nadie puede volver a ponerlo adentro?

Con la voz entrecortada, le conté al terapeuta sobre esta conexión inesperada que me conmovía hasta la última célula de mi cuerpo. Me escuchó con calma y luego dijo: “Las emociones son como jugar con fuego”.

Read more!

Lo miré con miedo, como queriendo saber si me estaba empujando a vivir esa aventura. Él terminó su idea diciéndome: “Con el fuego no solo puedes quemarte. También puedes encender una chimenea o cocinar un asado. Vos decidiste eliminar el fuego de tu vida. Y así estás, congelado”.

Esas palabras me sacudieron, pero también despertaron algo en mí. Decidí dar el paso. Dejé el “freezer”, como decía mi terapeuta, y me entregué. Fue intenso, luminoso, y también devastador. La sensibilidad a flor de piel se alternaba con el infierno de ver mi vida desmoronarse. Por momentos, el calor de esas emociones parecía demasiado, y me preguntaba si alguna vez podría encontrar un equilibrio entre felicidad y angustia.

En otra sesión, le conté que sentía que me estaba muriendo. Él, con su calma habitual, contestó: “No te estás muriendo. Estabas congelado y ahora estás descongelándote. En el freezer no hay vida, y tampoco dolor. Ahora que saliste de ese congelamiento emocional sentís que la temperatura ambiente te quema. Pero es solo una sensación pasajera, estás aprendiendo a modular tus emociones", explicó. “Es como el cuerpo de una persona sedentaria que vuelve al gimnasio: al principio duele, pero es un buen dolor. Y en la medida que se entrena, desaparece”, agregó.

Y tenía razón. La crisis que en algún sentido me destruyó, también me despertó. Me enseñó a escuchar, a observar, a percibir, y a apreciar los matices de la vida que antes pasaban inadvertidos. Tenía tanta energía puesta en controlar mis emociones, en no correr riesgos, en impedir que emociones potencialmente desestabilizantes me complicaran, que no había lugar para sentir.

Con el tiempo entendí que pasar de estar congelado a sentir, es todo un proceso. No es inmediato ni perfecto, pero es profundamente transformador. Descubrí que la vulnerabilidad es el precio que pagamos por sentirnos vivos, y que la incertidumbre es la única certeza que tenemos. A veces, abrazar lo inesperado, lo caótico, puede devolvernos a nosotros mismos.

Pienso en todo lo que aprendí desde entonces. Aprendí que no podemos controlar la vida, que el fuego, aunque peligroso, también es vital. Nos calienta, nos ilumina, nos hace arder y, a veces, nos quema, pero es el riesgo de estar vivos.

"Las emociones son como jugar con fuego"(Imagen Ilustrativa Infobae)

Tal vez, el problema no sea el fuego en sí, sino nuestra resistencia a él. Nos protegemos tanto que olvidamos que sentir también es vivir. Fue Carl Jung quien dijo que “todo lo que se resiste, persiste y todo lo que se acepta se transforma”. Muchas personas se resisten a sentir emociones para no meterse en problemas. Pero sin saberlo, se están metiendo en un problema aún más grande. Cuanto más nos resistimos al dolor, más nos alejamos de la vida misma.

¿Y vos? ¿Pretendés controlar tus emociones para que no te causen problemas? ¿Te sentís encerrado en un freezer emocional? ¿Te animarías a descongelarte? Quizás, en ese fuego, encuentres no solo calor, sino también un camino hacia vos mismo.

 

* Juan Tonelli es speaker y escritor. El texto es parte del libro “Un elefante en el living, historias sobre lo que sentimos y no nos animamos a hablar”. www.youtube.com/juantonelli

Read more!

Más Noticias

Ofrecieron una recompensa de $5 millones por datos sobre un prófugo por el crimen del empresario en Don Torcuato

Germán Sallemi, de 25 años, fue estrangulado el enero de 2024 en un departamento del country Hindú Club

Eutanasia: la Provincia tiene hasta marzo para pronunciarse sobre el caso de una mujer que pide asistencia médica para morir

María del Carmen Ludueña tiene 63 años y hace siete está postrada en su cama. Vive en Moreno y la justicia bonaerense debe responder a su demanda

“No puedo más”: la historia de una mujer atrapada en un amor que no puede soltar

Perdida en un laberinto y sintiéndose incomprendida por su psicóloga y entorno, contacta con el autor de un artículo sobre un amor prohibido, que entiende su situación y le da un consejo que le llena los ojos de lágrimas

El proyecto de Ley Sintientes llega al Congreso: la norma que busca que los animales dejen de ser considerados “cosas”

La propuesta que encabeza la actriz Liz Solari será introducida este viernes en la Cámara de Diputados. El objetivo es que se considere a los animales como “personas no humanas sintientes”

El día en que Moreno declaró la guerra a los privilegios y un brindis desató una tormenta

Buenos Aires era una fiesta permanente cuando se conoció el triunfo de Suipacha. En una cena de Saavedra -ya en un enfrentamiento sin retorno con Mariano Moreno- un augurio no previsto provocó un hecho político con irremediables consecuencias para el secretario de la Primera Junta