Hay que reconstruir la República

Las sucesivas crisis económicas indican indubitablemente que el Presidente nunca tuvo, ni tiene plan alguno de gobierno, que se conduce tratando de complacer los cambiantes humores e intereses de la vicepresidenta

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Lograr ser fiable y creíble cuesta mucho, perder estos atributos es muy rápido y recuperarlos más difícil (DyN)
Lograr ser fiable y creíble cuesta mucho, perder estos atributos es muy rápido y recuperarlos más difícil (DyN)

El caótico funcionamiento de la Administración de Alberto Fernández, con las mutuas incriminaciones y amenazas públicas entre el Presidente y la vicepresidenta, desconcierta y pone en peligro la gobernabilidad; se acrecienta la inflación y acelera la emisión monetaria que alcanza dimensiones que prenuncian una cercana hiperinflación; la cosecha, la siembra y el transporte se paralizan por la escasez de gasoil; la industria se detiene por la carencia de dólares para importar insumos, provocando aumento de precios y desabastecimiento; se multiplican los movimientos sociales con protestas que paralizan rutas y ciudades; el Banco Central agotó sus reservas; subieron la cotización del dólar y el Riesgo País. Estas calamidades que nos acucian nos están llevando inequívocamente al desastre.

El Presidente se encuentra extraviado y confundido, adolece de credibilidad y de los consensos básicos que puedan inspirar confianza mínima para gobernar, esto nos coloca ante una delicada disyuntiva para la que hay que encontrar solución.

Lograr ser fiable y creíble cuesta mucho, perder estos atributos es muy rápido y recuperarlos más difícil. El Presidente en los primeros meses de su gestión tenía el respaldo de amplios sectores de la sociedad, sin embargo, ante los primeros vaivenes su gobierno los perdió y ni siquiera atinó a recuperarlos.

El Presidente se encuentra extraviado y confundido, adolece de credibilidad y de los consensos básicos que puedan inspirar confianza mínima

Así llegó a lo que quizás sea el último acto de este sainete trágico: la sorpresiva renuncia del ministro de Economía Martín Guzmán y la desesperada búsquela de su reemplazo, la cual puso en evidencia el caos de la coalición gobernante; tres jugadores participaron en la confrontación y lo hicieron a fondo; Alberto Fernández que solo logró que su figura como presidente deje de existir; el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, que se jugó a todo o nada y se quedó con nada, es decir solo seguir jugando desde atrás con la esperanza que todo se derrumbe y eventualmente por la Ley de Acefalía pueda llegar a la presidencia; y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner una experta jugadora política que ganó, pero que solo logró una victoria a lo Pirro, porque solo consiguió potenciar el incendio en el que la sociedad se está consumiendo, pero esta vez debió salir de la retaguardia y ponerse al frente del combate; ahora se encuentra haciendo equilibrio sobre la cuerda sin red.

La nueva ministra

Esta incertidumbre se intensificó con la designación de Silvina Batakis al frente de Economía, igual cargo desempeñó durante la gobernación en la Provincia de Buenos Aires de Daniel Scioli, el resultado de la misma lo descalifica, y también sus primeros anuncios y mensajes: “Vamos a seguir el programa económico de Alberto Fernández”, cuando todos sabemos que no lo tiene y ni nunca lo tuvo; “El derecho a viajar colisiona con la generación de puestos de trabajo”, son disparates mayúsculos que solo auguran más problemas, acrecentado así fundados temores y dudas en cuanto a su gestión.

Esta incertidumbre se intensificó con la designación de Silvina Batakis al frente de Economía, igual cargo desempeñó durante la gobernación en la Provincia de Buenos Aires de Daniel Scioli, el resultado de la misma lo descalifica, y también sus primeros anuncios y mensajes (Reuters)
Esta incertidumbre se intensificó con la designación de Silvina Batakis al frente de Economía, igual cargo desempeñó durante la gobernación en la Provincia de Buenos Aires de Daniel Scioli, el resultado de la misma lo descalifica, y también sus primeros anuncios y mensajes (Reuters)

Esta lucha de poder e intereses se desarrolla y define en Buenos Aires, el interior es un espectador que solo aporta su trabajo y las divisas que dan sostén al gobierno para que continúe con sus desvaríos.

Crisis es oportunidad, la oposición debe aprovecharla y no permanecer silenciosa, la gente le está demandando que fije su posición y proponga un plan de salvataje para dar un poco de luz y esperanza en este oscuro túnel de incertidumbres y fracasos por el que transitamos.

La solución pasa por la prudencia, discreción, energía y patriotismo de su clase dirigente para restablecer el orden administrativo, la moral y el imperio de la ley, virtudes estas que tenían Carlos Pellegrini y los hombres que lo acompañaron durante la crisis de 1890 a la que dieron rápida y exitosa solución, su gestión fue llevada a cabo bajo la consigna de “La libertad dentro del orden”.

Crisis es oportunidad, la oposición debe aprovecharla y no permanecer silenciosa, la gente le está demandando que fije su posición y proponga un plan de salvataje

Tenemos que reconstruir la República. También sabemos que como la historia nos lo demuestra resulta absolutamente imposible detener de un momento a otro situaciones de crisis profunda y terminal como en la que estamos inmersos. Por otra parte, la inestabilidad y el enfrentamiento político continúa agravándose, esto ahora coloca a toda la clase dirigente ante la tremenda responsabilidad histórica de encontrar el camino dentro de la Ley y la Constitución Nacional.

Las circunstancias imponen la absoluta necesidad de mantener la seguridad y el orden público para salvaguardar y mantener la paz social y ello requiere que se proceda con energía frente a eventuales acontecimientos de descontrol que puedan producirse.

Las circunstancias imponen la absoluta necesidad de mantener la seguridad y el orden público para salvaguardar y mantener la paz social y ello requiere que se proceda con energía frente a eventuales acontecimientos de descontrol (Adrián Escandar)
Las circunstancias imponen la absoluta necesidad de mantener la seguridad y el orden público para salvaguardar y mantener la paz social y ello requiere que se proceda con energía frente a eventuales acontecimientos de descontrol (Adrián Escandar)

Llegó la hora para los argentinos de librar el gran combate que devuelva la dignidad perdida. Las batallas para dar son muchas, y en diferentes frentes, sin embargo, la más significativa sin duda está en la educación, en lo inmediato hay que rescatar a cientos de miles de niños y jóvenes que abandonaron sus estudios dejando así su futuro librando a la incertidumbre y la marginalidad.

El estado mayor que deberá conducir todas estas batallas lo tenemos, pero está adormecido y disperso. ¿Dónde está? ¿Quiénes son? Los tenemos en las universidades con profesores que se distinguen por la calidad de su saber, en la justicia con magistrados que silenciosamente día a día pese a las enormes dificultades y carencias la mantienen viva, con fuerzas de seguridad que luchan desventajosamente contra el narcotráfico y el delito, con empresarios que todos los días pese a la adversidad apuestan a la producción junto a trabajadores agobiados por la necesidad que con dignidad y esfuerzo crean riqueza dando sustento a la economía y la paz social.

Tenemos lo que el mundo demanda, granos, combustibles, minería, alimentos y talento

El próximo gobierno para ser exitoso tendrá como única salida la formación de un gabinete de notables de todos los sectores de la civilidad para comenzar así una nueva etapa de auténtica conciliación nacional. De proceder con idoneidad y honestidad el futuro es promisorio: tenemos lo que el mundo demanda, granos, combustibles, minería, alimentos y talento.

Las circunstancias requieren de coraje, comprensión, equidad, orden, disciplina, esfuerzo y trabajo, mucho trabajo, debemos arriesgarlo todo por nuestra dignidad y honor, la República nos lo demanda.

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