Adobo huasteco de cerdo, un guiso con color, historia y mucho sabor

Una preparación tradicional que combina ingredientes intensos y técnicas heredadas de generación en generación

Guardar
Jugoso cerdo adobado en la
Jugoso cerdo adobado en la versión huasteca, con una salsa espesa de chiles y especias - mexicano. - (Imagen Ilustrativa Infobae)

El adobo huasteco de cerdo no es solo una receta: es una forma de narrar la vida cotidiana en la Huasteca.

Este guiso destaca por su equilibrio entre lo picante y lo ácido, logrado gracias a la mezcla de chiles guajillo y ancho con jitomate asado y un toque de vinagre. La carne de cerdo se impregna de una salsa espesa que la envuelve sin ocultar su textura.

El resultado es un delicioso plato pensado para servirse con tortillas calientes y acompañamientos que completan la experiencia.

Receta de adobo huasteco de cerdo

El adobo huasteco es perfecto
El adobo huasteco es perfecto para servirse en un platillo tradicional mexicano. - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Esta receta es del chef Ricardo Muñoz Zurita y el paso a paso lo puedes encontrar dentro del catálogo web de Larousse Cocina. En hacerlo tardarás aproximadamente dos horas con 15 minutos y el resultado será de un rendimiento de 12 porciones.

Ingredientes

  • 2 kg de carne de cerdo en trozos (costilla o falda)
  • 1 cebolla blanca partida en cuartos
  • 1 cabeza de ajos partida por la mitad
  • 4 Ɩ de agua
  • 6 cucharaditas de sal
  • 16 chiles guajillo grandes
  • 3 chiles anchos grandes
  • 3 jitomates grandes asados
  • ½ cebolla blanca asada
  • 15 dientes de ajo
  • 2 cucharaditas de comino
  • 1 cucharadita de orégano seco
  • ½ cucharadita de pimienta negra
  • 4 clavos de olor
  • 3 cucharadas de manteca de cerdo o aceite
  • ½ taza de vinagre blanco

Guarnición

  • tortillas de maíz al gusto
  • frijoles negros de la olla al gusto
  • arroz blanco al gusto

Preparación

  • Precaliente el horno a 180 °C
  • Coloque en una olla grande la carne de cerdo, la cebolla y la cabeza de ajos; cubra con el agua, añada 4 cucharaditas de sal y hierva hasta que la carne esté cocida y algo suave. Separe el caldo de la carne, cuele y reserve ambos por separado
  • Limpie los chiles; retire los rabos, las semillas y las venas y deséchelos. Áselos ligeramente en el comal y remójelos en 4 tazas de caldo caliente de la cocción de la carne
  • Licue los jitomates, la cebolla y los ajos hasta obtener una salsa muy tersa. Cuele y reserve
  • Licue los chiles ya remojados con suficiente caldo de carne. Reserve.
  • Muela en un molino de especias o en un molcajete el comino, el orégano, la pimienta y los clavos hasta hacerlos polvo. Reserve
  • Caliente la manteca o el aceite en una cazuela u olla de fondo grueso a fuego alto hasta que humee ligeramente, agregue el molido de chiles, fría y deje que se reduzca durante 15 minutos aproximadamente. Añada el molido de jitomates, las especias molidas y 2 cucharaditas de sal. Cuando hierva, baje el fuego y deje reducir la salsa un poco
  • Añada la carne, el vinagre y 3 tazas de caldo de carne. Verifique la sazón, retire del fuego y hornee durante 1 hora o cocine sobre la estufa a fuego muy bajo durante 45 minutos. La consistencia de la salsa debe ser espesa de tal manera que cubra la carne sin que se resbale fácilmente
  • Sirva los trozos de carne con bastante salsa y acompañe con la guarnición

¿Por qué es bueno comer frijoles?

Los frijoles son el complemento
Los frijoles son el complemento perfecto a cualquier comida - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los frijoles negros que suelen acompañar este platillo no solo aportan contraste, también suman valor nutricional. Son una fuente importante de proteína vegetal, lo que los convierte en un complemento ideal para la carne y ayuda a lograr comidas más equilibradas.

De acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor, “gracias a sus propiedades ayuda a prevenir y controlar enfermedades cardiovasculares, hipertensión, colesterol alto, diabetes, obesidad, cáncer de colon y seno, osteoporosis y anemia. Además, reduce los síntomas de la menopausia, gracias a los fitoestrógenos”.

En la cocina tradicional, los frijoles representan constancia y sustento. Su presencia en la comida refuerza la idea de un plato con todos los nutrientes.