Brechas de seguridad en el gobierno: la importancia de la responsabilidad y la planificación para reducir incidentes

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Víctor Ruiz es analista y consultor en temas relacionados con ciberseguridad. (Silikn)
Víctor Ruiz es analista y consultor en temas relacionados con ciberseguridad. (Silikn)

En fechas recientes, diversas entidades gubernamentales en México han sido blanco de incidentes cibernéticos que han comprometido la información de millones de ciudadanos. Entre las instituciones afectadas se encuentran la Plataforma Llave CDMX, el Banco del Bienestar, el Gobierno de Yucatán, el C5i del Estado de Hidalgo, el Portal del Empleo, el Gobierno de la Ciudad de México, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de Oaxaca, el Servicio de Administración Tributaria y el Sistema de Acreditación de Prensa de Presidencia, entre otros.

Con el fin de cumplir de manera efectiva con las responsabilidades asignadas y los compromisos establecidos, y así prevenir posibles brechas de seguridad, es imperativo que los funcionarios encargados de proteger estos datos cuenten con un plan e incorporen la asesoría de expertos en ciberseguridad. Además, resulta fundamental que comuniquen de manera clara y eficaz los procedimientos a seguir tanto a las partes interesadas internas como externas, evidenciando así su compromiso con la prevención de futuros incidentes.

En este contexto, la clave para reducir el impacto negativo tras una brecha de seguridad es actuar con responsabilidad. Se espera que quienes tienen la tarea de proteger la información respondan de manera razonable y adecuada cuando la organización para la que trabajan se enfrenta a una amenaza o ha sido afectada por una violación de datos.

Una filtración de datos puede acarrear significativas consecuencias financieras, reputacionales, legales y emocionales para una organización. En el ámbito gubernamental, además de la pérdida de confianza y la generación de incertidumbre, se suman implicaciones sociales, políticas y económicas que afectan a toda la ciudadanía.

(Imagen Ilustrativa Infobae)
(Imagen Ilustrativa Infobae)

Cuando ocurre un incidente de esta naturaleza, las personas afectadas se preocupan por las posibles consecuencias y cómo podrían verse perjudicadas. No sólo enfrentan una amenaza real a su bienestar, sino también una perturbadora invasión de su privacidad personal. Conscientes de que están en riesgo, experimentan preocupación y miedo debido a la incertidumbre sobre cómo podría utilizarse su información en su contra.

Entonces ¿qué se debería hacer en estos casos?, ¿cómo afrontar los desafíos, minimizar el riesgo y garantizar que las acciones cumplan con los estándares y las mejores prácticas?

Nuestra recomendación comienza con la implementación de un plan de respuesta a incidentes, el cual es esencial para contrarrestar rápidamente los efectos negativos de un incidente, minimizando su impacto en la organización y sus usuarios. Este plan resguarda los datos sensibles y confidenciales, evitando su filtración y uso indebido. Además, facilita una respuesta organizada y coordinada al asegurar que todos los involucrados comprendan sus roles y responsabilidades, lo que mejora la eficacia en la gestión de la crisis.

Al responder efectivamente a un incidente, se fortalece la confianza de los clientes, ciudadanos y otras partes interesadas, demostrando el compromiso de la organización con la seguridad y la protección de los datos. Asimismo, contribuye al cumplimiento de normativas y regulaciones de protección de datos, previniendo posibles sanciones legales y financieras. Finalmente, posibilita el aprendizaje de incidentes pasados para mejorar continuamente las políticas y procedimientos de seguridad, fortaleciendo así la capacidad de la organización para enfrentar futuras amenazas.

(Imagen Ilustrativa Infobae)
(Imagen Ilustrativa Infobae)

Un plan de respuesta a incidentes sigue una secuencia de pasos organizados para garantizar una gestión efectiva de la situación. Aunque estos pasos pueden variar dependiendo de la naturaleza y el alcance del incidente, generalmente incluyen las siguientes etapas:

- Preparación: Esta fase involucra la preparación previa al incidente, como la identificación de activos críticos, la evaluación de riesgos y el establecimiento de políticas y procedimientos de seguridad. También implica asignar roles y responsabilidades dentro del equipo de respuesta a incidentes y proporcionar capacitación en seguridad al personal.

- Detección y Reporte: Se implementan herramientas y sistemas de monitoreo para detectar posibles incidentes de seguridad. Una vez identificado un incidente, se reporta de inmediato al equipo de respuesta para iniciar la investigación y la acción correspondiente.

- Evaluación y Clasificación: Se evalúa la gravedad y el alcance del incidente, determinando su nivel de criticidad y activando los procedimientos adecuados según su tipo.

- Contención y Erradicación: Se toman medidas para contener la propagación del incidente y mitigar los daños adicionales, como desconectar sistemas comprometidos o eliminar malware.

(Imagen Ilustrativa Infobae)
(Imagen Ilustrativa Infobae)

- Investigación y Análisis: Se lleva a cabo una investigación exhaustiva para determinar cómo ocurrió el incidente, qué datos o sistemas se vieron comprometidos y quién podría estar detrás del ataque.

- Notificación y Comunicación: Dependiendo de la naturaleza del incidente, se notifica a las partes interesadas internas y externas, manteniendo una comunicación transparente y oportuna para mantener la confianza y mitigar cualquier impacto negativo adicional.

- Recuperación y Restauración: Una vez contenido el incidente y completada la investigación, se procede con la restauración de sistemas y la recuperación de datos. Se implementan medidas adicionales de seguridad para prevenir futuros incidentes similares.

- Lecciones Aprendidas y Mejora Continua: Se realiza una revisión post-incidente para identificar lecciones aprendidas y áreas de mejora. Se ajustan políticas, procedimientos y controles de seguridad para fortalecer la postura de seguridad de la organización y prevenir incidentes futuros.

Recordemos que un mal manejo de una crisis cibernética por parte del gobierno puede tener consecuencias profundas y duraderas que van más allá de las repercusiones habituales en el ámbito empresarial, afectando la confianza pública, la reputación nacional e internacional, la seguridad nacional y las relaciones políticas.

Es por ello que es crucial para las instituciones gubernamentales contar con planes de respuesta a incidentes sólidos y efectivos, así como con medidas de seguridad cibernética robustas para prevenir y mitigar los impactos de tales eventos.

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* Fundador de SILIKN | Emprendedor Tecnológico | (ISC)² Certified in Cybersecurity℠ (CC) | Cyber Security Certified Trainer (CSCT™) | EC-Council Ethical Hacking Essentials (EHE) | EC-Council Certified Cybersecurity Technician (CCT) | Líder del Capítulo Querétaro de OWASP.

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