Esta es la impresionante cantidad de dinero en efectivo que circula en todo México

Banxico informó que hasta enero de 2024, aumentó la cantidad de billetes y monedas en manos de todos los mexicanos

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México tiene una base monetaria
México tiene una base monetaria de 2.9 billones de pesos, según Banxico. Foto: Cuartoscuro

El Banco de México (Banxico) reportó que hasta enero de 2024, la base monetaria creció 5.9%, por lo que el dinero en efectivo que circula en manos de todos los mexicanos llegó a 2 billones 957 mil millones de pesos, mientras que el saldo líquido en poder de los bancos fue de 7 mil 291 mil millones de pesos.

Esto quiere decir que si los habitantes de las 32 entidades suman todos sus billetes y monedas se alcanza la cifra de 2.9 billones de pesos, mientras que las instituciones bancarias tienen disponibles, de forma física, poco más de siete mil millones de pesos.

La base monetaria esta formada por los billetes y monedas en circulación y por el saldo neto total de las cuentas corrientes que las instituciones de crédito mantienen en Banxico para su disponibilidad inmediata, mientras que el Agregado monetario está compuesto por el dinero en poder de los bancos u otras entidades financieras.

Aunque en la actualidad se ha avanzado en la digitalización de la economía, el uso de efectivo sigue muy arraigado entre los mexicanos, quienes prefieren hacer sus transacciones con “dinero en mano”.

El uso de efectivo aumenta
El uso de efectivo aumenta durante los fines de semana, vacaciones y festividades. REUTERS/Edgard Garrido/Ilustración/Archivo

Por esa razón, el Banco de México tiene la tarea de proveer a la economía la moneda nacional y es el encargado de fabricar billetes, además de solicitar la acuñación de moneda metálica a la Casa de Moneda de México, pues esta última depende de la Secretaría de Hacienda.

Así se garantiza que el efectivo esté disponible en el lugar, en el momento y en las denominaciones requeridas por el público, esto en colaboración con los bancos y las empresas de traslado de valores.

Aunque en los últimos años ha ganado terreno el uso de transferencias y pagos digitales, el uso de los billetes y las monedas se mantiene constante. Sin embargo, su demanda depende de factores de la vida cotidiana, como los días de la semana, vacaciones, festividades, entre otros.

Conforme la actividad económica crece, hay más transacciones y muchas de ellas exigen un mayor monto de billetes. Debido a que una parte de las operaciones comerciales en México se hacen con efectivo, por ejemplo en mercados y en la economía informal, se usan más los billetes y las monedas.

De acuerdo con Banxico, conforme se acercan las fiestas navideñas, la utilización de los billetes y monedas aumenta sustancialmente, eso explica por qué en enero de 2024 la base monetaria fue mayor.

Otro factor que influye en el uso de billetes y monedas es cuando aumentan los precios de los bienes y servicios, es decir, la inflación.

Banxico ordena a la Casa
Banxico ordena a la Casa de Moneda la elaboración de monedas conforme la economía del país lo requiere. REUTERS/ Henry Romero

Las desventajas de tener el dinero en efectivo

Mantener dinero en efectivo podría significar un mayor costo para las personas, debido a la oportunidad perdida de ganar intereses en una entidad bancaria o las posibles utilidades de una inversión, como por ejemplo los Cetes.

Esta realidad afecta tanto a los usuarios habituales de servicios financieros como a aquellos que, por diversas razones, no participan del sistema bancario, encontrándose en desventaja ante la inflación, que erosiona el poder adquisitivo del dinero a lo largo del tiempo.

Desde una perspectiva económica, la decisión de acumular efectivo en lugar de depositarlo en cuentas bancarias o invertirlo en oportunidades de negocio plantea entonces un dilema financiero. Para quienes depositan su confianza y recursos en el sistema bancario, el interés que se deja de percibir representa el costo de oportunidad de mantener liquidez.

En contraposición, para las personas fuera del sistema bancario, el aumento generalizado de precios e inflación actúa como un impuesto silencioso, disminuyendo el valor real de sus ahorros en efectivo con el paso del tiempo. Este fenómeno impulsa a los consumidores a reconsiderar sus estrategias de ahorro y gasto, inclinándose menos hacia la retención de efectivo cuando los costos asociados a este incrementan.