Hulk Hogan, la bestia blanca que apareció en videos porno, se declaró racista y a los 70 se entregó al amor

Con más de dos metros de altura y 140 kilos, fue la máxima estrella del wrestling. Millones de fans lo siguieron incluso cuando su cuerpo dijo basta tras decenas de cirugías. Pero apareció en un video erótico con la esposa de un amigo y en otro haciendo declaraciones contra los negros, y lo bajaron del pedestal de los grandes héroes. A los 70 años, está por casarse con su profesora de yoga, 26 años menor

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Hulk Hogan fagocitó a Terry Eugene Bollea, un gigante anónimo que se convirtió en estrella de lucha libre, pasión de multitudes, campeón del mundo en escándalos mediáticos, con videos porno y declaraciones racistas incluidas (Photo by Paul Kane/Getty Images)
Hulk Hogan fagocitó a Terry Eugene Bollea, un gigante anónimo que se convirtió en estrella de lucha libre, pasión de multitudes, campeón del mundo en escándalos mediáticos, con videos porno y declaraciones racistas incluidas (Photo by Paul Kane/Getty Images)

Acaba de cumplir 70 años y, en ese cruce de ficción y realidad que es su vida, la ficción se impuso: Hulk Hogan fagocitó a Terry Eugene Bollea, un gigante anónimo que se convirtió en estrella de lucha libre, pasión de multitudes, campeón del mundo en escándalos mediáticos, con videos porno y declaraciones racistas incluidas. Aquel muchacho, Terry, luego digerido por el personaje Hulk, nació el 11 de agosto de 1953 en Augusta, Georgia, aunque se crió en Port Tampa, Florida. Probó con el béisbol, pero una lesión le cortó ese camino a los 16 años. Probó con la música y, según él, estuvo a punto de ser bajista de Metallica en lugar de Cliff Burton. Con la música le fue bien, no porque fuera bueno sino porque le abrió el sendero hacia su conversión en Hell Angel del ring, guerrero de las batallas coreografiadas, ídolo de millones en un remoto mundo analógico.

“Tocaba en una banda que se llamaba Ruckus y, de repente, algunos luchadores comenzaron a venir a los shows. Venían luchadores regionales que competían en Tampa, Miami, Orlando y Tallahassee. Allí conocí a Oliver Humperdink, que representaba a Billy Graham, superestrella de la lucha libre. Le dije que quería ser luchador. Y él me respondió: sí, claro”, le explicó a la revista Vice en 2014. En agosto de 1977 comenzó su carrera profesional. Dos años después entró en la WWF (World Wrestling Entertainment) y, tras haber coincidido en un programa de TV con Lou Ferrigno, protagonista de la serie “El increíble Hulk” y no tan alto él, Terry se quedó con el apodo. “Hasta entonces yo luchaba con el nombre Terry Boulder. Mis compañeros de lucha me vieron al lado de Ferrigno y, cuando volví al vestuario esa noche, empezaron a llamarme Terry Hulk Boulder”. Ferrigno medía 1,96; Bollea/Boulder/Hogan, 2,01. Y pesaba 140 kilos.

La pelea con Rocky

A comienzos de los 80. Sylvester Stallone aprovechó la fama de Hulk Hogan y lo convocó para “Rocky III”, otro producto de la era Ronald Reagan, cargada de testosterona y patriotismo. En la secuencia, de un combate de exhibición con fines benéficos, Stallone, de 1,77 m., aprovechó el tamaño de Hogan para poner a Rocky en un simpático ridículo: Thunderlips (Hulk) levantó al boxeador ficcional como si fuera un niño, lo exhibió -brazos en alto- paralelo al piso y lo lanzó a la lona. Ganaron ambos: la popularidad de Hogan aumentó exponencialmente. “Ahora soy Hulk Hogan apenas abro la puerta de mi casa. Salgo a la calle, alguien me saluda y ya no puedo contestarle como Terry”, declaró, ya con su look de bigotes manubrio dorados y pelo al tono. Pelo que luego fue cayendo y le dejó paso a la bandana.

La sutileza no era -no es- uno de los puntos fuertes de Hogan. En el plano cinematográfico, quedó en claro cuando casi mata al actor Kurt Fuller en medio del rodaje de la película “No Holds Barred”, en 1989. Hogan interpretó, obvio, a un luchador; Fuller, a un ejecutivo de una cadena de televisión algo tramposo que lo quería en sus shows. “Hubo una escena en la que mi personaje le ofrecía mucho dinero. Él tenía que mirar el cheque, hacérmelo tragar, y decir apenas una línea -contó el actor-. Era un buen gag. Pero nadie le avisó a Hulk que no era literal lo de hacerme tragar el cheque. Lo empujó por mi garganta hasta que se me atascó en la tráquea y casi me muero. Tuvieron que frenar todo y sacarlo. Él me dijo: ‘Oh, lo siento, hombre, no sabía que debíamos fingir’. Por suerte estoy vivo”.

Hogan junto a Stallone y Mr T, muchos años después de compartir los sets en Rocky III (Photo by E. Charbonneau/WireImage for StellarQuest PR and Consulting)
Hogan junto a Stallone y Mr T, muchos años después de compartir los sets en Rocky III (Photo by E. Charbonneau/WireImage for StellarQuest PR and Consulting)

Golpes de la vida

En el ring, Hogan se sentía en su hábitat. Los fans conocían sus tomas, golpes y patadas por los nombres: Atomic Leg Drop, Irish Whip, Bearhug (Abrazo de oso), Axe Bomber. Hogan se indignaba con los que hablaban de la lucha libre como un espectáculo guionado; según él se trataba de un deporte mezcla con arte: “A los que dicen que la lucha es falsa, los golpearía. Y hablar de show es directamente un insulto”. Y sin embargo, más allá de las opiniones sobre su actividad, tenía en claro que los escándalos lo beneficiaban. De hecho, a partir de los 90 se involucró en todos las que tuvo a su alcance y, luego, cuando su popularidad como luchador declinó, probó directamente con un reality show, “Hogan Knows Best”, en el que se mostraba en su mansión de Clearwater, Florida, en medio de conflictos con su esposa, Linda, y sus dos hijos, Brooke y Nick. En 2008, la dirección del programa decidió que Brooke -hoy actriz y cantante- resultaba más interesante y postergó a su padre.

A la voracidad del paso del tiempo, que nos devora a todos, Hogan debió sumarle el calvario de las lesiones por la lucha libre. Su hija Brooke lo explicó hace dos años: " Si contamos cuántas cirugías ha tenido en los últimos diez años creo que estaríamos hablando de unas 25. Ha tenido en ambos hombros, en uno de sus bíceps, en la rodilla, decenas en la zona lumbar, Y tuvo uno de sus hombros inmovilizado todo el año pasado. Eso fue un desastre. Pasó varias resonancias magnéticas y fue algo de gran importancia, así que tuvimos que volver atrás y deshacer toneladas de terapia física. Le han reemplazado las dos rodillas varias veces, creo que dos veces ambas, le han hecho caderas nuevas, ha tenido problemas en los codos. Terrible”.

En 2008, el realizador Darren Aronofsky (“Pi”, “Réquiem por un sueño”, “The Whale”) dirigió la película “The Wrestler” (El luchador), con Mickey Rourke como protagonista, en un personaje que se parecía a Hogan en el ocaso. Eric Bischoff, empresario de la industria de la lucha libre, contó: “Me reuní con Darren porque quería que yo participara en la película. Se acercó a muchas personalidades de la industria y, desde el principio, quería contar con Hulk Hogan. Llegó a enviarle uno de los dos guiones. Hulk le echó un vistazo y pensó en que no quería interpretar a un viejo luchador acabado. Seguramente pensaba que él no era así”.

La estrella en un video porno

Más allá de su ocaso, Hogan fue considerado el luchador más importante del wrestling desde que se proclamó campeón por primera vez, en 1984. Desde entonces, su popularidad creció, tanto en su época de héroe como de villano (Hollywood Hogan). Ganó 12 títulos del mundo. Se retiró en 2006, tras un último combate con Randy Horton, pero siguió activo hasta 2012. Ese año se filtró un video del tipo porno casero -en blanco y negro, de escasa calidad técnica- en el que aparecía teniendo sexo con Heather Clem, esposa de su amigo DJ Bubba Clem, también conocido como “Bubba, the Love Sponge”, sospechado de haber sido el que filmó la escena hot y la distribuyó.

Más allá de su ocaso, Hogan fue considerado el luchador más importante del wrestling desde que se proclamó campeón por primera vez, en 1984 
(AP)
Más allá de su ocaso, Hogan fue considerado el luchador más importante del wrestling desde que se proclamó campeón por primera vez, en 1984 (AP)

Hogan entabló una demanda contra Gawker, la web que había subido el video (tuvo 5 millones de visitas en seis meses) y declaró que Bubba lo había incitado a tener relaciones con Heather sin avisarle que estaba siendo filmado por una cámara de seguridad. Heather, ya separada de Bubba, afirmó que su ex marido había tenido la idea de grabar la escena y había estado presente mientras tenía sexo con el luchador. En un principio, DJ testificó que su amigo, o ex amigo, sabía que estaba siendo grabado. Más tarde, cambió su declaración y, finalmente, no compareció en el juicio. La causa siguió su curso. Al margen de lo que hubiera ocurrido, Hogan no pudo desligarse de una situación turbia que complicó algunos contratos por derechos de imagen. Poco después, otro escándalo terminaría de demoler su reputación erosionada.

Discriminación para todos

En 2015, apareció en un nuevo video en el que se refería a la hipótesis de que su hija tuviera como pareja a un hombre negro. Usó una palabra que en los Estados Unidos es sumamente despectiva hacia los afroamericanos, nigger, y la combinó con puto: completo. “No pienso engañar a nadie -lanzó Hulk-. No tengo doble discurso: soy racista hasta cierto punto, putos negros. Pero si mi hija tuviera que acostarse con un negro, preferiría que se casara con un negro de dos metros y medio y que tuviera más de cien millones de dólares en la cuenta, como por ejemplo un jugador de la NBA”. No fue todo. Además agravió, entre otros, a Dwayne Johnson, luchador de la WWE y estrella de la saga “Rápido y furioso”.

En la causa contra el sitio Gawker, la Justicia falló en favor de Hogan, que recibió una indemnización de 115 millones de dólares. Pero el otro video le hizo morder la lona. La WWE podía soportar el adulterio, pero el racismo y la xenofobia iban en contra de la construcción del gran héroe americano. La World Wrestling Entertainment decidió echar a Hulk de la asociación que lo había tenido como estrella absoluta. El naufragio del luchador fue completo: hasta dejaron de fabricarse muñecos con su imagen. Hogan intentó disculparse públicamente. Tarde. La decisión de arriba era eliminarlo de cualquier acto o mención pública: el nombre del ex campeón, coreado por millones de fans, fue borrado hasta de la web de la WWE.

El video porno de Hogan tuvo unos 5 millones de reproducciones
El video porno de Hogan tuvo unos 5 millones de reproducciones

Parálisis y amor

Los tiempos de esplendor pasaron. Hulk se dedicó a otras pasiones, como los autos (tuvo desde un Dodge Demon personalizado, de 100 mil dólares, hasta un legendario Dodge Charger: una flota de autos invaluable). Hasta que, en febrero de este año, Kurt Angle, ex luchador, contó en su podcast “The Kurt Angle Show” que Hogan seguía siendo carne de quirófano y que la última cirugía le había afectado nervios de su espalda. “Está con bastón. Pensé que lo usaba porque sentía dolor. Pero no, no siente ninguna molestia. En realidad, ya no siente nada”, dijo. Su amigo, de cualquier forma, prometió muchas veces no darse por vencido ni después de muerto, convencido de que lo espera un edén violento. “Les prometí a todos y cada uno de los Hulkmaniacs que cuando fuera al gran campo de batalla en el cielo traería conmigo el título de WWF”, sacó pectorales.

El mes pasado, aún en la Tierra, Hogan -ave fénix de gimnasio- anunció que, a pesar de sus achaques y al borde de los 70, estaba a punto de casarse con su profesora de yoga, Sky Daily, 26 años menor que él. “Ha sido tan loca como para decirme que sí, hermano”, les contó a sus fans en una story de Instagram en la que informaba su compromiso. Su matrimonio con Linda Hogan había durado desde 1983 hasta 2009; en 2010 se casó con Jennifer McDaniel; el divorcio fue en 2021. A Daily la conoció en 2022 en un casamiento. “Durante la fiesta, nos sentamos y hablamos. Al irme, cuando subí a mi auto, golpearon mi ventanilla. Me inquieté, pero era una amiga mía, la novia de la boda. Me pidió que llamara a su amiga Daily”. De la lucha libre al yoga, de la agresividad al amor, de la mala alimentación y el consumo desmedido de alcohol a la vida saludable. Daily, de 43 años, al parecer le marcó la cancha y tiene, por el momento, a la gran bestia blanca domesticada. Pero quién sabe. Tal vez. La historia continúa.

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