Ana de Armas confiesa que esperaba que ‘Blonde’ cambiase su carrera: “Todavía siento que tengo que demostrarme algo a mí misma”

La actriz fue nominada al Oscar por dar vida a Marilyn Monroe, aunque cree que desde entonces no le ha llegado ningún gran papel salvo ‘Ballerina’

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En esta imagen proporcionada por Netflix muiestra a Ana de Armas en el papel Marilyn Monroe en "Blonde". (Netflix vía AP)

La actriz Ana de Armas recuerda con precisión la incómoda reunión inicial en la que discutieron su audición para Marilyn Monroe en la película Blonde, según relató en el Red Sea Film Festival. No todos los presentes apoyaban su elección para el papel protagonista, una controversia que la marcó desde los primeros compases de la superproducción. La decisión final, sin embargo, recayó en el director australiano Andrew Dominik, convencido tras una década de búsqueda de que sólo de Armas podía encarnar a Monroe.

La resistencia al casting de de Armas respondía, en parte, a su origen cubano. La propia actriz lo reconoció ante los asistentes al certamen: “Entiendo que una cubana interpretando a Marilyn Monroe es algo muy extraño”. Los días previos a la confirmación del papel fueron especialmente duros; entrenada en solitario, su acento distaba aún de lo esperado para el mito estadounidense. “Mi acento era un desastre”, admitió. Pese a las dudas de algunos productores, la actriz y el director convencieron al grupo responsable de que era la única opción viable. “Esto fue lo más aterrador que he hecho en mi vida”, sintetizó de Armas, aludiendo al vértigo de asumir un icono global bajo el escrutinio de la industria y del público.

El rodaje supuso también una “hermosa tortura”, en palabras de la intérprete. Con Dominik como principal respaldo, de Armas relató cómo la confianza del director fue determinante para sobrellevar la presión y las críticas que acompañaron al proyecto desde el inicio. El director, conocido por su meticulosidad, se rehusó a continuar con el filme si no era con la actriz cubana, destaca el testimonio recogido por el festival. Al llegar la temporada de premios, la nominación al Oscar por Blonde no significó un quiebre profesional inmediato para de Armas. “Algunas personas sienten que fue una especie de casualidad, que de alguna manera lo logré”, declaró. Para la actriz, la nominación no se tradujo en una oleada de ofertas de nuevos roles y reconoce la sensación constante de tener que demostrar su valor en cada proyecto, a pesar del reconocimiento alcanzado. “Sigo teniendo la sensación de que tengo que volver a demostrar mi valía de alguna manera”.

Además de los retos individuales, de Armas lamentó la falta de distinciones para el resto del equipo de la película. “No era la única cosa buena de la película. Andrew merecía ser reconocido, igual que vestuario, maquillaje, cada departamento… Fue un poco solitario representar al filme y lidiar con la controversia y los temas difíciles al ser la única nominada”, explicó según el medio del evento. Esta soledad se acentuó al asumir la función de única portavoz del largometraje durante su campaña de premios. Aunque fue grato para ella participar en la ceremonia, la experiencia estuvo marcada por el deseo de que más personas recibieran el mismo nivel de atención y reconocimiento que ella.

(Netflix)
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Más allá de Marilyn

El cronograma de la actriz se vio forzado por un imprevisto durante la filmación de Sin tiempo para morir, donde compartió pantalla con Daniel Craig. Un accidente sufrido por Craig obligó a alterar los planes y de Armas terminó primero el rodaje de Blonde y casi de inmediato pasó al plató de la saga de Bond. Cerró una etapa el viernes y el lunes siguiente estaba ya en el rodaje de la superproducción británica. “En mi primera escena en Bond, empecé a hablar como Marilyn”, bromeó. Necesitó menos de dos días para desconectarse emocionalmente de un personaje colosal y sumergirse en un proyecto completamente diferente. “Creo que si ves a Paloma (su personaje en Bond), puedes notar algo de Monroe, aunque no fue algo intencionado”, admitió. Para la actriz, esta fusión accidental dotó a Paloma de una dimensión adicional, insospechada en el guion.

La llegada a la franquicia Bond supuso un giro decisivo en su carrera. De Armas recuerda la llamada del director Cary Joji Fukunaga antes siquiera de tener un guion en sus manos. “Quiero que seas parte de la película. Será una agente cubana”, le adelantó Fukunaga. “Si va a haber una agente cubana en una película de Bond, tengo que ser yo”, pensó de Armas. La intérprete aceptó sin vacilar, convencida de que representar a su país en una saga tan influyente era una oportunidad irrenunciable. Su breve aparición –quince minutos en pantalla– le valió elogios de la audiencia global y multiplicó las oportunidades profesionales.

El desenlace de su personaje, con el obsequio de un puro a Bond y una ovación de pie en la premiere, permanece como uno de los hitos personales de la actriz. “Nunca olvidaré ese momento. Recibí muchas oportunidades gracias a ese papel”. De Armas destacó también la calidez con la que es recibida siempre en Cuba. Según declaró durante el festival, cada regreso a su país se convierte en un acontecimiento por el cariño del público: “Siempre han sido muy solidarios. Están orgullosos, hay muchísimo amor. No hay una sola persona que no me lo agradezca y eso significa mucho para mí. No es algo que dé por sentado.”