Primer caso mortal de alergia a la carne roja por picadura de garrapata: un hombre muere horas después de comer una hamburguesa

La picadura de una garrapata puede provocar una alergia a la carne roja que, en general, será para siempre y cuya sintomatología incluye un picor intenso en todo el cuerpo, urticaria, angioedema, problemas gastrointestinales, dificultades para respirar y anafilaxia

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(Imagen Ilustrativa Infobae)
(Imagen Ilustrativa Infobae)

La picadura de una garrapata puede provocar alergia a la carne roja. No es nada nuevo: en el 2007 se descubrió por primera vez la conexión entre una cosa y la otra y en 2009 el culpable concreto de tal reacción del cuerpo humano: el oligosacárido alfa-gal, una molécula presente en la carne de mamíferos pero ausente en humanos y primates. Lo que sí es nuevo, según informan desde el Sistema Sanitario de la Universidad de Virginia a través de Science Daily, es que esta alergia acabe siendo mortal.

Se han detectado casos en el continente americano (de la mano de la Amblyomma americanum o “Estrella solitaria“), en Asia, en Australia (Ixodes holocyclus), y en Europa, donde la especie de garrapata responsable de su transmisión es la Ixodes ricinus, también portadora de varios patógenos que pueden provocar otras enfermedades.

En general, el cuadro sintomático que provoca una reacción alérgica por alfa-gal incluye un picor intenso en todo el cuerpo, urticaria, angioedema (una hinchazón de los tejidos subcutáneos), problemas gastrointestinales, dificultades para respirar y anafilaxia.

El síndrome de alfa gal se cobra su primera víctima mortal

El caso de un piloto de Nueva Jersey, de 47 años, ha marcado un hito médico tras confirmarse como la primera muerte documentada por el síndrome alfa-gal en el país, una alergia grave a las carnes rojas transmitida por garrapatas. Según publicó la Journal of Allergy and Clinical Immunology: In Practice, la investigación de la Universidad de Virginia desveló el origen del fallecimiento de este hombre, que hasta entonces había permanecido como un enigma pese a las autopsias practicadas.

Todo comenzó una noche de verano, cuando el piloto asistió a una barbacoa familiar y comió una hamburguesa. Horas después, su hijo lo halló inconsciente en el baño de su casa, en un episodio que los análisis posteriores relacionaron con una reacción alérgica extrema. El episodio mortal no fue la primera vez que mostraba síntomas: semanas antes, durante una acampada familiar, el hombre experimentó dolor abdominal, vómitos y diarrea tras cenar carne, síntomas que atribuyó a una indisposición pasajera y no consultó con médicos.

Thomas Platts-Mills, especialista en alergias de la Universidad de Virginia, fue quien conectó los síntomas y la muerte con el síndrome alfa-gal. El experto, citado por la publicación médica, lamentó: “Es una tragedia que no hayan considerado que se trató de un episodio de anafilaxia como para conectarlo en ese momento al consumo de carne”. La pediatra Erin McFeely, coautora del estudio, aportó datos clave tras conversar con la viuda, y pudo también realizar análisis de sangre a los restos del piloto. “Tenía niveles que básicamente solamente se ven en casos fatales de anafilaxia”, precisó Platts-Mills.

Los análisis confirmaron la presencia de anticuerpos contra alfa-gal, un tipo de azúcar presente en la carne de mamíferos y transmitido por la saliva de algunas garrapatas. La reacción alérgica, explican los expertos, es inusual en tanto que puede aparecer entre 3 y 8 horas después de la ingesta, con síntomas que van desde urticaria y náuseas hasta anafilaxia.

La investigación de la Universidad de Virginia reveló que la sensibilización al alfa-gal no siempre es permanente. El inmunólogo Scott Commins, de la Universidad de Carolina del Norte, explicó que la reacción alérgica puede agravarse si concurren factores. “Usualmente solo suceden en personas que tienen asma subyacente o alguna otra condición médica. Es como la confluencia de factores”, indicó el experto, que subrayó la importancia de vigilar los síntomas digestivos o cutáneos tras consumir carne roja.

El diagnóstico del síndrome alfa-gal se apoya en la detección de anticuerpos, la demora en la aparición de los síntomas y el antecedente de exposición a garrapatas. Los pacientes más vulnerables suelen ser quienes trabajan o viven en entornos rurales, cazadores, veterinarios o personas con actividades al aire libre. Otros factores que pueden influir son la genética, ciertas enfermedades, la convivencia con mascotas o el uso de medicamentos concretos.

La difusión del síndrome ha aumentado en países como Australia, Japón, Suecia, Francia, Italia y España. Según el informe de la Universidad de Virginia, “la mayoría de los pacientes afectados no pueden consumir carne roja en el futuro, ni medicamentos que contengan componentes de mamíferos”, aunque sí toleran aves y pescado. Existen casos excepcionales de remisión espontánea, pero las causas y la evolución clínica siguen bajo investigación.

La vigilancia epidemiológica y la formación médica aparecen como prioridades para afrontar el avance de este fenómeno. Como recordó Platts-Mills en la publicación médica: “La información importante para el público es: primero, que el dolor abdominal grave que aparece entre 3 y 5 horas después de comer carne de res, cerdo o cordero debe investigarse como posible episodio de anafilaxia; y segundo, que las picaduras de garrapata que pican durante más de una semana o las larvas de garrapatas, conocidas frecuentemente como ‘ácaros’, pueden inducir o aumentar la sensibilización a la carne de mamíferos”.