Los gallegos siguen encontrando pellets en sus playas casi dos años después del vertido de seis contenedores en el Atlántico

Las pequeñas bolitas de plástico continúan llegando a las costas de Galicia coincidiendo con la aprobación del reglamento europeo que obligará a las empresas a reforzar el control del transporte de estas partículas

Guardar
Pellets en una playa de
Pellets en una playa de Galicia (Europa Press)

Las playas gallegas continúan recibiendo restos del vertido de pellets del buque Toconao cuando están a punto de cumplirse dos años del accidente que provocó la pérdida de miles de millones de pequeñas bolitas de plástico en aguas del Atlántico. En la playa de Ber, en Pontedeume (A Coruña), los vecinos han vuelto a encontrar estos residuos esta misma semana, lo que confirma que el impacto del vertido sigue presente a pesar del tiempo transcurrido.

El incidente se remonta a diciembre de 2023, cuando el carguero Toconao, de bandera liberiana, perdió seis contenedores frente a la costa norte de Portugal. En su interior transportaba 26,3 toneladas de pellets, unas diminutas esferas de plástico utilizadas como materia prima en la industria para la fabricación de productos como envases, tuberías o componentes automovilísticos. A comienzos de 2024, la corriente marina arrastró buena parte de estos microplásticos hasta el litoral gallego, provocando una de las mayores crisis ambientales recientes en la comunidad.

La huella del vertido, aún visible

El hallazgo de nuevos restos en Pontedeume pone de manifiesto la persistencia del problema. Los pellets, debido a su pequeño tamaño y flotabilidad, son extremadamente difíciles de retirar una vez que se dispersan en el mar. La limpieza realizada en los primeros meses de 2024 permitió retirar grandes cantidades del material, pero los expertos ya advirtieron entonces que el proceso de eliminación total sería largo y, probablemente, incompleto.

Pellets encontrados en una playa
Pellets encontrados en una playa de Galicia (Elena Fernández - Europa Press)

Un vecino de la localidad recogió este martes varias muestras en la orilla, observando cómo las diminutas bolitas seguían acumulándose entre las algas y la arena. Este fenómeno, que se repite de forma intermitente en distintos puntos de la costa gallega, evidencia que las corrientes marinas continúan arrastrando residuos procedentes del vertido original.

Los científicos señalan que los pellets pueden permanecer en el ecosistema durante décadas, degradándose lentamente y fragmentándose en microplásticos aún más pequeños. Aunque el material no es tóxico en sí mismo, los investigadores advierten de su capacidad para actuar como esponja de contaminantes químicos presentes en el agua, así como de su potencial para entrar en la cadena alimentaria marina.

Cuando se produjo el vertido, los expertos alertaron del riesgo que supone que los peces y otras especies ingieran estas partículas, que pueden terminar llegando al consumo humano. Este problema, aunque difícil de cuantificar, se considera uno de los principales desafíos asociados a la contaminación por plásticos en el mar.

La respuesta europea ante una crisis ambiental

Coincidiendo con este segundo aniversario, el Parlamento Europeo ha aprobado este mes de octubre una nueva normativa destinada precisamente a prevenir vertidos de pellets como el del Toconao. El reglamento, que se debatía desde hace meses, busca reforzar los sistemas de control y trazabilidad en toda la cadena de producción y transporte de estas partículas plásticas.

La Fiscalía de Medioambiente investiga el vertido de pellets en las costas gallegas.

La norma obligará a las empresas a desarrollar planes de gestión de riesgos y a implementar medidas técnicas que garanticen un embalaje y manipulación más seguros, tanto en instalaciones industriales como durante el transporte marítimo. Además, establece requisitos de registro y verificación que deberán cumplir los operadores para evitar fugas accidentales o pérdidas de carga.