Elena Calleja, psicóloga: “Podemos amar a alguien y saber que no es nuestra persona, y éste es uno de los duelos más duros”

Según la experta, sin valores y principios en común es muy difícil sostener una relación a largo plazo

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Según una psicóloga podemos querer
Según una psicóloga podemos querer mucho a una persona y al mismo tiempo saber que no podemos construir un proyecto común con ella. (Freepik)

En muchas relaciones de pareja, el amor se percibe como el pilar central que lo sostiene todo. Se asocia con estabilidad y una conexión profunda entre las dos partes. Sin embargo, hay ocasiones en las que amar no es suficiente para mantener una relación duradera. Durante las primeras etapas, la intensidad emocional suelen marcar el ritmo. Es un periodo en el que las diferencias se diluyen y lo que predomina es el deseo de compartir. Pero con el paso del tiempo, las proyecciones de futuro comienzan a tomar forma. Es entonces cuando las personas descubren si comparten o no valores y prioridades.

La psicóloga Elena Calleja ha reflexionado sobre este tema en una reciente publicación y ha destacado que una de las experiencias más dolorosas que puede vivir una persona es amar profundamente a alguien y, aun así, tener que separarse. “Podemos querer a alguien y saber que no es nuestra persona, y eso es una de las cosas más duras y difíciles, porque el amor no basta”, explica.

Desde la perspectiva psicológica, esta situación expone al individuo a una contradicción interna. Por un lado, está el deseo de permanecer cerca de la persona amada, aferrándose al vínculo afectivo, por otro, la conciencia de que no existe un proyecto de vida común ni una base sólida de valores compartidos.

(Imagen Ilustrativa Infobae)
(Imagen Ilustrativa Infobae)

En consecuencia, ante este escenario, explica la especialista, es fundamental reflexionar con honestidad y comunicarlo, a pesar de que enfrentarse a la verdad nos resulte doloroso. “Duele mucho porque socialmente nos han enseñado que el amor todo lo puede, que el amor vence siempre. Y aunque haya una parte de verdad, debemos tener cabeza y soltar a tiempo”, señala Calleja.

En este sentido, aceptar que la compatibilidad es tan importante como el amor implica madurez emocional. Significa entender que las relaciones no se sostienen solo por los sentimientos, sino también por la capacidad de construir un futuro. Una pareja puede tener un gran vínculo afectivo y, aun así, no ser compatible a largo plazo. Según Calleja, si no existe un proyecto común o no se comparten valores fundamentales, la relación queda expuesta a cualquier imprevisto. “Si no hay un proyecto común o no compartimos ideas o valores, al final no importa cuánto nos queramos, la relación acabará por venirse abajo”. Además, en muchos casos, estas rupturas son especialmente duras porque, en apariencia, la relación “funciona”.

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La catarsis del duelo

Este tipo de separaciones, según la especialista, se vive como un proceso de duelo, con fases que incluyen la negación, la tristeza y, finalmente, la aceptación. No obstante, una vez atravesado ese dolor, también puede convertirse en una oportunidad valiosa de crecimiento personal. A diferencia de otras rupturas que responden a causas externas —como la falta de amor, la traición o el desgaste— dejar a alguien a quien se ama profundamente por incompatibilidad vital suele ser más difícil. No porque falten sentimientos, sino precisamente porque están presentes.

En nuestra cultura, se ha transmitido durante generaciones la idea de que “el amor todo lo puede”. Esta creencia, aunque romántica, no siempre se corresponde con la realidad. A veces, amar también significa saber soltar cuando la relación no tiene un camino común. Aceptar esta verdad no es un fracaso. Al contrario, puede ser un acto de gran responsabilidad emocional.