Una mujer de 30 años gana más de 250.000 euros al año en un hospital sin haber estudiado medicina: “Quiero ganar más dinero”

Chabely Rodriguez, profesional en anestesiología, ha logrado alcanzar el sueño de muchos: multiplicar por dos sus ingresos anuales trabajando menos horas

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Una mujer de 30 años
Una mujer de 30 años gana más de 250.000 euros al año en un hospital sin haber estudiado medicina (Freepik)

Chabely Rodriguez, profesional en anestesiología, ha logrado alcanzar el sueño de muchos: multiplicar por dos sus ingresos anuales. Según ha relatado en CNBC Make It, su decisión de cambiar de trabajo, la gestión financiera y la planificación a largo plazo han marcado su vida.

De acuerdo con Rodriguez, su búsqueda de una estabilidad financiera ha guiado cada paso de su trayectoria. Eligió estudiar una carrera con alta empleabilidad en una universidad asequible, y ahora, a sus 30 años, ya figura entre los pocos que pueden permitirse un ritmo de vida que otros solo alcanzan tras varias décadas de ahorro.

Ganar casi el doble trabajando menos horas

Hasta 2023, Rodriguez mantenía un puesto como asistente de anestesiología en el que cobraba más de 200.000 dólares anuales. Esa cifra crecía con las horas extra y los turnos de 24 horas, una pauta que atribuye a una “mentalidad de escasez” que arrastra desde la infancia. Así lo explicó ante CNBC Make It: “Siempre quiero estar preparada para lo peor. He trabajado muchas horas extra solo para asegurarme de tener siempre un extra”.

El punto de inflexión llegó en 2024. Rodriguez dejó su puesto fijo y optó por contratos temporales como CAA (Asistente de Anestesiología Certificado) itinerante, por lo que pudo llegar a cobrar más de 300.000 dólares al año, casi 260.000 euros. Al tener un máster en anestesiología, le fue posible obtener la acreditación sin cursar Medicina, lo que acortó plazos académicos y contribuyó a reducir su endeudamiento, según detalló en CNBC Make It.

La nueva estrategia laboral no solo aportó mayores ganancias, también supuso cambios en la gestión del tiempo. El trabajo semanal habitual se mantuvo en torno a las 40 horas, cubriendo turnos extra solo cuando el equipo lo requería. El potencial de ingresos pudo haber alcanzado los 500.000 dólares anuales si hubiese seguido haciendo tantas horas extra como antes, una opción que, según dijo, descarta por motivos personales: “Quiero ganar más dinero, pero no quiero quemarme por el camino. Ahora que supero los 300.000 dólares, me siento bien con eso”.

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De priorizar los ahorros a dedicarse a invertir

El aumento de ingresos coincidió con un cambio en sus prioridades. Rodriguez inició su carrera en Florida convencida de que comprar una vivienda sería uno de sus principales objetivos. Esa expectativa cambió al mudarse a Georgia en 2024 y aceptar un contrato de seis meses. Ver que podía moverse y viajar, ganando más que antes con contratos temporales, desplazó su deseo de tener una propiedad. En sus propias palabras: “Aún no he llegado a querer asentarme en ningún lugar. Quiero seguir explorando, cambiando de sitio y tal vez pasar un par de meses fuera del país cada año”.

En ese proceso, la anestesióloga se mudó a Nuevo México. Con la mudanza también llegó una estrategia agresiva de inversión: el 40% de sus ingresos brutos se destinan a productos financieros y cuentas para la jubilación. En enero de 2025, la suma de sus inversiones alcanzó los 500.000 dólares.

Una de las claves para esa capacidad de inversión ha sido la rápida liquidación de su deuda universitaria. Lo explicó así: “Como fui agresiva pagando los préstamos, luego pude centrarme en invertir. Diría que incluso he superado mis expectativas en ese proceso. Eso ha estado bien, y siento que eso me ha hecho una persona más feliz, más tranquila, más segura, más confiada”.

Los nuevos hábitos han desviado su atención de las metas numéricas. Atrás quedó la intención de alcanzar dos millones de dólares en inversiones y jubilarse temprano: ahora, el crecimiento sostenible de su economía y la posibilidad de reducir el ritmo laboral al acercarse a los 50 años son ahora sus prioridades.

La mentalidad financiera de Rodriguez también comenzó a distanciarse de aquella escasez. La elección de compartir alquiler con su pareja y conducir un Toyota Corolla básico ilustra ese enfoque, al tiempo que da cada vez más peso a las experiencias, los viajes internacionales, el senderismo y la acampada. “Es algo que creo que no habría podido hacer hasta llegar a este punto”.

El bienestar conseguido ha permitido abrir nuevas posibilidades. Así lo expresó Rodriguez: “Me siento mucho más cómoda y puedo apartarme de situaciones que no me resultan agradables. Puedo invitar a mi pareja a algo, o darme un capricho… Ahora digo: ‘Eh, gano suficiente. No necesito exprimir al máximo para pagar esto’. Ahora, simplemente, puedo respirar”.