
El Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana de España es el organismo encargado de desarrollar las políticas relacionadas con el acceso a la vivienda, la planificación urbana, la construcción, el urbanismo, la gestión del suelo y la arquitectura. Fue fundado en 1957, tras la aprobación de la Ley del Suelo, asumiendo así las competencias en materia de urbanismo.
Sin embargo, fue disuelto en 1977, y no fue hasta la VIII legislatura, bajo la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero, que se restableció con el objetivo de “asegurar a todos los ciudadanos el acceso a una vivienda de calidad”. Posteriormente, en 2010, en el primer mandato de Mariano Rajoy, el ministerio fue nuevamente suprimido, pero en noviembre 2023, Pedro Sánchez decidió reactivarlo, “reafirmando así el compromiso del Gobierno con la mejora del acceso a la vivienda en el país, concretamente para los jóvenes”.
Desde su restablecimiento, la ministra de Vivienda y Agenda Urbana es Isabel Rodríguez García, nacida en Abenójar (Ciudad Real) el 5 de junio de 1981. Por el momento, a pesar de sus esfuerzos, la situación con la vivienda sigue igual. De hecho, los precios no dejan de aumentar. Lo que sí se ha hecho popular son las múltiples polémicas que la ministra ha desencadenado en diversas entrevistas y por las que ha sido duramente criticada en redes sociales.
¿Leyes de protección a la vivienda? Mejor pedir solidaridad a los caseros
Una de las recientes controversias protagonizadas por la ministra ocurrió el pasado martes, cuando hizo un llamamiento a la solidaridad de los propietarios para aliviar la presión en el mercado de alquiler en medio de la resistencia de las comunidades gobernadas por el PP a implementar un límite en los precios. “Creo que España es un país solidario y, en su mayor parte, el parque de vivienda en alquiler pertenece a los pequeños propietarios”, afirmó en una entrevista para Cadena Ser.
“Yo les pido que se hagan cargo de esta causa, de esta necesidad social, y que valoremos estas rentabilidades en términos sociales. Que los precios sean acordes a las capacidades de los españoles”, añadió.
Enseguida, redes sociales como X (antes Twitter) se llenaron de mensajes arremetiendo contra la ministra y exigiendo que legislara en vez de pedir solidaridad: “Pero, ¿qué solidaridad? ¿Para eso necesitamos ministros? Si no pueden legislar o hacer que se cumplan las leyes, no deberían estar en ese puesto”, defendía un usuario de la plataforma de Elon Musk.
La ‘ministra de la segunda vivienda’
Sin embargo, no era la primera vez que la ministra hacía declaraciones polémicas. Ya al inicio de su mandato, en su primer discurso, destacó la importancia de asegurar el derecho a la vivienda, al tiempo que abogó por “proteger” y ofrecer “esperanza” a los pequeños propietarios. Esta postura fue duramente criticada por el Sindicato de Inquilinos de Madrid, que calificó su intervención como el “peor estreno” posible y la apodaron como la “Ministra de la Segunda Vivienda”.
“Yo quiero tener también un mensaje de tranquilidad y esperanza, de sensibilidad, con los pequeños propietarios. Tranquilidad, porque este Gobierno pisa la calle y somos conscientes de que en España muchas personas, especialmente personas mayores, dedicaron todo su esfuerzo, todo su trabajo, todos sus ahorros, a la compra de una segunda vivienda que hoy complementa sus rentas”, expresó.
Se necesita vivienda para los trabajadores que atienden a los turistas...
El pasado mes de julio, durante una visita a Málaga para tratar la problemática de los alquileres turísticos, en Cadena Ser Málaga, Rodríguez argumentó que era fundamental garantizar que los trabajadores del sector hostelero y turístico pudieran acceder a la vivienda para poder atender a las demandas del turismo.
“Si los malagueños y malagueñas no tienen un lugar en el que vivir, ¿Quién va a atender a los turistas? ¿Dónde se alojan los camareros que nos sirven un vino y un espeto?” recalcó en su intervención para los medios, que posteriormente compartió en redes sociales.

En ese momento, los usuarios de redes sociales la acusaron de clasista: “¿No te avergüenza hablar a los malagueños como si fuésemos mano de obra esclava para atender a los guiris?”, expresaba un usuario en X.
Esta no es la única vez que se ha tachado de “clasista” a la ministra. Este jueves, Rodríguez respondía en una entrevista de La Hora de la 1 que hay personas “que tienen trabajos dignos, que son empleados públicos de la Comunidad de Madrid, maestros, maestras, enfermeros y enfermeras, que están obligados a compartir piso”. La frase causó un revuelo similar, mientras las polémicas ponen de manifiesto que los precios de la vivienda son uno de los temas que más preocupan a los españoles, y mientras los esfuerzos del Gobierno prueban que no es un problema de fácil solución, por muchas buenas intenciones que se tengan.
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