
La compraventa de una propiedad es un proceso que involucra a varios actores, siendo uno de ellos la inmobiliaria. Estas empresas reciben los llamados honorarios, conocidos también como comisiones inmobiliarias; tarifas que cobra una agencia por intermediar en la venta de un inmueble. Estas firmas ofrecen servicios que van desde la promoción de la propiedad hasta la gestión de la documentación legal necesaria para completar la transacción. Sin embargo, una de las preguntas más frecuentes entre los vendedores y compradores de propiedades es: ¿quién paga estos honorarios?
En España, la Ley 12/2023, de 24 de mayo, por el derecho a la vivienda, establece claramente que en el caso de los alquileres, los honorarios de la inmobiliaria son responsabilidad del arrendador. No obstante, la ley no regula de manera específica quién debe hacerse cargo de estos honorarios en el contexto de una venta de propiedad. Esta falta de claridad legal deja la cuestión abierta a la negociación entre las partes involucradas: vendedor, comprador y agencia inmobiliaria.
¿Qué son los honorarios de la inmobiliaria?
Los honorarios de la inmobiliaria son las comisiones que cobra la agencia por su labor de intermediación en la venta de un inmueble. Estos honorarios suelen ser un porcentaje del precio final de venta de la propiedad y pueden variar según el tipo de servicio ofrecido por la agencia. Entre los servicios comunes que justifican estas comisiones se incluyen:
- Promoción del inmueble: Incluye la elaboración de fotografías, vídeos, y la realización de campañas publicitarias.
- Tasación de la propiedad: Valoración del inmueble para determinar un precio de venta adecuado.
- Gestión de visitas: Organización y realización de visitas a la propiedad con potenciales compradores.
- Negociación entre las partes: Asesoramiento y mediación durante las negociaciones de la venta.
- Gestión administrativa y legal: Preparación y revisión de todos los documentos necesarios para la venta, incluidos los contratos.
¿Quién paga los honorarios de la inmobiliaria?
Tradicionalmente, en España, los honorarios de la inmobiliaria suelen ser responsabilidad del vendedor, debido a que es el propietario quien contrata los servicios de la agencia para vender su inmueble. Sin embargo, no existe una norma estricta que determine que siempre deba ser así. En algunos casos, estos honorarios pueden ser negociados entre el vendedor y el comprador, o incluso puede ser el comprador quien asuma el coste si es él quien solicita los servicios de la agencia para encontrar una propiedad.
La inmobiliaria podrá, a su vez, cobrar los honorarios al comprador, en el caso de que sea este quien solicite los servicios de la agencia para encontrar una propiedad específica. Al no existir una regulación específica que lo prohíba, esta práctica es perfectamente legal, siempre y cuando esté estipulada en el contrato de intermediación.
El acuerdo sobre quién paga los honorarios debe quedar claramente especificado en el contrato de intermediación firmado con la agencia inmobiliaria al inicio del proceso. Este contrato debe detallar no solo quién se hará cargo del pago, sino también el porcentaje de la comisión y el momento en que se debe abonar. El momento en que se deben pagar los honorarios de la inmobiliaria también varía según el contrato establecido con la agencia. Algunas de las situaciones más comunes incluyen:
- Venta cerrada: Es la situación más habitual, en la que el pago de la comisión se realiza una vez que el comprador ha completado el pago al vendedor y se ha firmado la escritura de compraventa.
- Contrato de Arras: En este caso, cuando se firma un contrato de arras (una señal que asegura la compra), la agencia puede recibir una parte o la totalidad de la comisión acordada.
- Venta no cerrada: En algunas circunstancias, si la venta no se lleva a cabo, la agencia puede estipular que se le pague una parte de los honorarios como compensación por los servicios prestados, aunque no se haya completado la transacción.
¿Cuál es el porcentaje habitual de las comisiones?
En España, las comisiones de las inmobiliarias suelen oscilar entre el 3% y el 7% del precio de venta del inmueble, más el 21% de IVA. Este porcentaje puede variar según la región, el tipo de propiedad y la agencia inmobiliaria. Por ejemplo, para una propiedad vendida por 200.000 euros, los honorarios de la inmobiliaria podrían estar entre 6.000 y 14.000 euros, a lo que habría que añadir el IVA correspondiente. En muchos casos, los honorarios de la inmobiliaria son negociables.
Dependiendo de la situación del mercado, el tipo de propiedad y la política de la agencia, el vendedor o comprador puede intentar negociar un porcentaje más bajo de comisión. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los honorarios representan el valor de los servicios que la agencia presta para asegurar una venta exitosa y, por lo tanto, se debe llegar a un acuerdo que sea justo para ambas partes.
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