Ramón Quiroga, arquero de Perú en el polémico 6-0 de Argentina en el Mundial 78: “Ese partido lo volví a ver diez veces, tengo la conciencia tranquila”

El rosarino nacionalizado peruano se radicó hace 53 años y analiza el duelo por Eliminatorias que se disputará este martes en Lima. “En todo este tiempo me pasó un poco de todo. Me divorcié, tuve nietos, me comí una bomba y estuve al borde de la muerte”, revela

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Ramón Quiroga jugó dos Mundiales con el buzo de la selección de Perú (Getty)
Ramón Quiroga jugó dos Mundiales con el buzo de la selección de Perú (Getty)

Existe un partido entre la selección argentina y la de Perú que quedó marcado en la historia del fútbol. Aquel enfrentamiento se desarrolló el 21 de junio de 1978 en el Gigante de Arroyito, en el marco de la segunda fase del Grupo B de la Copa del Mundo. El elenco albiceleste ganó 6 a 0, con dos goles de Mario Kempes, uno de Alberto Tarantini, un par de Leopoldo Jacinto Luque y el restante de René Houseman. El local necesitaba ganar por cuatro goles de diferencia para ser finalista y se impuso por seis.

“Tengo la conciencia tranquila. Mi vida está instalada en Lima desde hace 36 años. Soy uno más y gracias a Dios camino tranquilo por las calles”, asegura Ramón Chupete Quiroga, ex portero de la selección incaica, quien padeció los seis tantos y fue mirado de reojo por haber nacido en Argentina.

El oriundo de Rosario todavía siente que pone la cabeza en la guillotina cuando tiene que dar explicaciones por aquel “resultado raro”, como supo definirlo. “No agarré una. Pero no me vendí”, aclaró en su momento para limpiar su imagen.

El guardavalla debutó en Rosario Central de la mano de Ángel Tulio Zof, consagrándose campeón en 1971 con 21 abriles. Con el tiempo, no logró afianzarse en el puesto y recaló en Sporting Cristal, donde empezó su vida en Perú. A pesar de que estuvo una temporada, llegó a Independiente para ganar la Copa Interamericana ´76 junto a Ricardo Bochini, Hugo Villaverde, Ricardo Pavoni y Enzo Trossero. Sin continuidad, regresó al país que lo adoptó para continuar con su carrera logrando participar de dos Mundiales, en Argentina 78 y España 82.

“En Perú me pasó un poco de todo. Me divorcié, tuve nietos, sufrí atentados, me comí una bomba cuando hubo terrorismo y estuve al borde de la muerte”, revela en un mano a mano con Infobae desde Lima.

- ¿Qué es de su vida, Ramón?

- Sigo trabajando como comentarista deportivo en un canal de televisión desde hace 16 años. Hablo de fútbol y coment los partidos locales y también de las juveniles. Fui elegido para ir a cubrir el Mundial de Qatar 2022, pero como al final Perú no clasificó, me quedé en Lima.

- ¿Qué le pareció el paso de Ricardo Gareca como entrenador de la selección incaica?

- Gareca les cambió el chip a los peruanos. Es una pena que se haya ido de la selección, pero hoy está Juan Reynoso que piensa muy parecido a Ricardo, especialmente en cuánto a la disciplina. El Cabezón salió campeón con Melgar, también en México, entonces recurrieron a él y está bien elegido para comandar al seleccionado peruano. Tiene mucha experiencia. Esperemos que clasifiquemos para la Copa 2026.

- Se viene la selección argentina, la campeona del mundo, como próximo rival por Eliminatorias sudamericanas.

- Sí, esperemos que Messi no esté en condiciones de jugar, sería lo ideal para Perú. Argentina tiene jugadores de sobra. Pero una cosa es con Messi y otra sin él.

- ¿Se hace fuerte Perú de local?

- Solamente hemos jugado contra Brasil y perdimos 1 a 0 sobre la hora con el tanto de Marquinhos. El técnico Reynoso hizo algunos cambios equivocados. Lo sacó a André Carrillo que es alto para defender en las pelotas paradas. Tras ese cambio, nos marcaron de cabeza, a falta de un minuto para el final. ¿Si firmo el empate? Nos vendrían bien los tres puntos pero, si no podemos, nos abrazamos al empate.

- ¿Cuánto hace que está instalado en Lima?

- Hace 53 años, una eternidad. Desde Argentina me vine a los 21 y ahora tengo un montón de años (risas). Toda una vida estando acá. Me pasó de todo: divorcios, nietos, atentados, me comí una bomba cuando hubo terrorismo en Perú y estuve al borde de la muerte.

- ¿Qué le pasó?

- Fue el 9 de mayo de 1991. Entrenábamos en un estadio que se llamaba Héroe Manuel Bonilla, en Miraflores, cuando yo era el entrenador de Municipal de Lima. Ahí jugaron Mario Sciaqua, Horacio Pepa Baldessari, entre otros. En esa época, estuve a punto de morir porque tiraron bombas caseras ya que enfrente estaba el cuartel San Martín, que hoy no existe. Al lado, existía un grifo y los terrucos nos bombardearon.

- ¿Cómo sucedió?

- Al terminar el entrenamiento en el estadio Municipal de San Isidro, el capitán Juan Vidales encontró en la cornisa de una de las ventanas del vestuario un envase de desodorante. Entonces, comenzó a tomarlo con la mano y a jugar con él. Se lo pasó a sus compañeros como si se tratará de una pelota. Lo tomó ‘Cococho’ Reyna, y luego Juan Mármol, que incluso llegó a llevárselo a la boca. Pero lo dejaron tirado en el vestuario y se fueron. Segundos después, el vicepresidente del club volvió a tomar el artefacto y repitió el juego con el lateral Héctor Mathey, pero le explotó la bomba y el joven de 19 años murió. El directivo perdió una de sus manos y yo sufrí las esquirlas en mi costado izquierdo porque estaba a cinco metros. Si me hubiese agarrado de frente, estaría aún más afectado.

- ¿Cuántas esquirlas todavía mantiene en su cuerpo?

-Me entraron como treinta, en mis piernas, en mis brazos, en una de las rodillas, en las manos, en los hombros, en una nalga y una me perforó el intestino grueso. Estuve internado más de un mes en una clínica local. Me curaron las heridas, pero sufrí una hemorragia interna y estuve bien jodido. Vinieron a verme mi mamá y mi hermana porque mi papá había fallecido hacía un tiempo. Todavía conservo tres: la de la nalga, en uno de mis hombros y en una mano, y no puedo sacármelas.

- ¿Lo perjudica en algo en el día a día?

- Sí, cuando viajo a los Estados Unidos, especialmente, porque son más rigurosos en la revisión en los aeropuertos. Me ponen las cámaras, me pasan el lector en la aduana y suena la alarma. Entonces, me apartan y me llevan a una oficina para indagarme y debo mostrar los certificados médicos. Después, no me afecta en nada más, ya que puedo dormir bien.

- ¿Cómo fueron sus inicios con la pelota?

- Hice las Divisiones Inferiores en Rosario Central. Me probaron a los 14 años y quedé. Debuté en la máxima categoría con Ángel Tulio Zof. Luego, fui dirigido por Enrique Sívori y Ángel Labruna. Lo tuve también al Viejo Carlos Griguol.

- Muchos técnicos y diferentes estilos. ¿Qué tenía cada uno de ellos?

- De cada uno saqué lo mejor. De Sívori me quedé con la motivación, de Zof, su idea futbolística, ya que la primera vez que nos dirigió salimos campeones. Le ganamos a Newells en el Monumental de Núñez. De Carlos me acuerdo mucho de que nos golpeaba el pecho para darnos motivación y del orden táctico.

- Luego, recaló en el Independiente de Avellaneda dirigido por Pastoriza.

- Sí, estuve un año, en 1976. Compartí plantel con Ricardo Bochini, Daniel Bertoni, Hugo Villaverde y Enzo Trossero, entre otros. Teníamos un equipazo. En la actualidad los jugadores son más difíciles de manejar, pero en ese tiempo éramos todos iguales y nadie estaba por encima del otro. También se encontraba el Chivo Pavoni de lateral, Rubén Galván y Alejandro Semenewicz en el mediocampo; el Bocha como enganche.

- ¿Por qué eligió ser guardavalla?

- Mi papá era arquero y él me llevaba a entrenar; quería seguir sus pasos. Fue uno de los creadores de mi persona. Mis referentes en el arco fueron Miguel Santoro, Antonio Cejas, Edgardo Andrada de Rosario Central y Juan Carlos Bertoldi de Newell’s.

- Le tocó participar de dos Mundiales, el de Argentina ´78 y España ´82. ¿Con cuál se queda?

- Con ambos, pero me gustó más el primero porque pasamos a la segunda ronda. Nos tocó enfrentar a la selección anfitriona y a Polonia. Teníamos un plantel muy corto y a Perú en toda su historia siempre le costó mucho armar un plantel competitivo. Pasa que, cuando uno se lesiona, empieza el rompedero de cabezas para los técnicos y se transforma en un problema. Producto de eso, hacíamos los cambios de memoria. Sabíamos que si el centrodelantero no andaba, entraba Percy Rojas, que jugó conmigo en Independiente. La otra modificación cantada era Hugo Cholo Sotil, que ingresaba siempre.

- Usted fue muy importante para que Perú avanzara a la segunda ronda...

- Me considero un jugador con suerte por haber jugado con esos monstruos. La verdad es que hice méritos también para llegar hasta donde llegó la selección. En los Mundiales antiguamente éramos 16 equipos, ahora van a ir 42 por copa. Hoy es más fácil clasificar, pero a nosotros se nos complicaba y, por suerte, ayudé bastante para jugar dos Mundiales.

Ramón Quiroga dejó la dirección técnica para dedicarse a ser comentarista (Sengo Pérez)
Ramón Quiroga dejó la dirección técnica para dedicarse a ser comentarista (Sengo Pérez)

- ¿Cómo era la relación entre ustedes durante aquel Mundial?

- Nos llevábamos bien. Teníamos un entrenador como Marcos Calderón, que sabía cómo manejarnos y de la idiosincrasia peruana; armó una buena lista final. La verdad que la llevábamos bien. Venías de tener a Didi en el banco de suplentes, que era brasileño y con Calderón recuperamos el hecho de tener un DT nacional. Anímicamente nos mantuvimos bien, ya que la mayoría se destacaba en el ámbito local y apenas tres venían de jugar en el exterior. De entrada, sabíamos que Argentina nos podía ganar, pero también lo podíamos hacer nosotros. Al final, el 6 a 0 nos dio más experiencia y fue un resultado raro.

- ¿Por qué lo cuestionaron tras esa goleada sufrida contra Argentina?

- Porque yo había atajado en Central y me convertí en un argentino nacionalizado peruano. Pero al final sigo viviendo en Lima y soy una persona muy agradecida a Perú. No me dicen nada en las calles, sólo me piden autógrafos y fotos. No me preguntan sobre ese partido, sino que me saludan muy atentamente. Ese encuentro lo volví a ver diez veces.

- ¿Qué conclusiones saca cuando lo vuelve a observar?

- No me comí ningún gol. Tal vez pienso que debí salir antes o, después en alguna jugada especifica, que debía haber esperado un poco más, pero no me comí ninguno, eso seguro. No me generó dudas el arbitraje de aquel partido. Me hizo un poco de ruido el tanto de Leopoldo Jacinto Luque de cabeza, de repente, pero nada más. Fue un centro pasado de Alberto Tarantini y cabecea Luque en posición adelantada. Me generó dudas. Me pareció que estaba offside, pero para el juez francés fue algo normal y lo cobró.

- Entonces, ¿qué explicación la encuentra a semejante resultado adverso?

- Hicimos muchos cambios de un encuentro al otro y contábamos con un plantel reducido. Esas cosas pasan y fue un partido raro. Se habló mucho por el resultado final, pero tengo la conciencia tranquila de que nada raro hubo, si no, no viviría en Lima.

- Existe una versión que indica que antes del encuentro estuvieron Jorge Videla y Eduardo Massera en el vestuario de Perú. ¿Es cierto?

- Bueno, ellos iban siempre a los vestuarios. Ahora sucede lo mismo. Previo a los partidos de Copa Libertadores, el presidente del país visita la cancha y los vestuarios. En mi época iban a ver la camiseta con la que íbamos a jugar. Era largo el vestuario visitante. No tengo la menor idea de a qué fueron. Yo no los vi. Eso sí, no creo que hayan ido a otra cosa que no sea para ver la camiseta que íbamos a utilizar.

- ¿Le pidieron que no juegue aquel encuentro por ser argentino?

- No. Yo estuve convocado para jugar todos los partidos. Fui un hombre importante en la selección peruana y me citaron para integrar la nómina de futbolistas. Por eso disputé todos los encuentros correspondientes. Aparte, habíamos logrado la clasificación al Mundial y no iba a quedar afuera de semejante enfrentamiento. Además, todos queríamos ganarle a la Albiceleste por ser local y la gran candidata al título.

- ¿Con Menotti habló alguna vez de ese tema?

- Hablo seguido con él, pero no de ese tema. Cuando estaba viviendo en Rosario nos veíamos cuando él se encontraba en el Hotel Riviera. Pero sobre Perú 0 vs Argentina 6 no hablamos más. Sobre otras cosas sí.

- ¿Qué recuerda de aquella Copa de España 82?

- Me tocó jugar primero contra Camerún, luego ante Italia pero debíamos ganarle a Polonia y no lo hicimos, y terminó siendo un mala Copa del Mundo para Perú. El seleccionado polaco tenía a Lato, que era su figura y marcó diferencias. Nos pasaron por encima y era un buena selección. Nosotros teníamos mucha experiencia, porque la mayoría de los que estuvimos en Argentina 78 repetimos cuatro años después.

- ¿A qué edad se retiró?

- Colgué los guantes a los 36 años en Universitario de Perú. A esa edad, hoy te retirás siendo muy joven. En mi época, teníamos un entrenador brasilero y perdimos mal un clásico, entonces lo echaron y como yo y Juan Carlos Oblitas éramos los referentes y más experimentados del plantel, nos ofrecieron ser la dupla técnica y no tuvimos más remedio que dejar el fútbol para pasar a dirigir. Nos quedamos como diez años en ese cargo junto a Percy Rojas, que estuvo en las juveniles. Luego, pasé a entrenar a Cienciano, volví a Universitario, recalé en Alianza Atlético, Deportivo Municipal, Unión Minas, Sport Coopsol y me retiré en Universitario. Ya no dirijo más.

- ¿Por qué?

- Porque si dirijo no duerme nadie en mi casa, ni el perro. Yo no juego y tenemos que rogar que jueguen bien mis futbolistas y no lo hacen. Entonces, vivo nervioso todo el tiempo. Uno no juega y a esta altura ya no puedo manejar esas situaciones. Así que para hacerme mala sangre me quedó en mi casa.

- ¿Tiene pensado algún día volver a radicarse en Rosario?

- Cuando voy, estoy unos dias allá visitando familiares y me regreso. Hay mucha inseguridad en Rosario. En Lima también, no es la excepción. Pero ya me desacostumbré a la vida de Argentina. Acá vivo en un barrio tranquilo, como Miraflores, y estoy bien.

Ramón Quiroga tendido en el suelo tras uno de los goles de Argentina contra Perú en el Mundial 1978. (Scheidemann/picture alliance via Getty Images)
Ramón Quiroga tendido en el suelo tras uno de los goles de Argentina contra Perú en el Mundial 1978. (Scheidemann/picture alliance via Getty Images)
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