Así fueron las primeras gestiones secretas entre Julio Grondona y el gobierno de Uruguay por el Mundial 2030

El columnista fue testigo de los acercamientos entre los funcionarios orientales y el entonces titular de la AFA, quien pese a estar en desacuerdo, se puso a disposición aunque aclaraba: “Para esa época ya no estaré”

Compartir
Compartir articulo
Suárez y Messi, figuras de las dos orillas (Foto: Pablo Porciuncula Brune/AFP vía Getty Images)
Suárez y Messi, figuras de las dos orillas (Foto: Pablo Porciuncula Brune/AFP vía Getty Images)

— Presidente, ya llegó la delegación de Uruguay, le anuncié a Julio Grondona que los esperaba y con quienes realizaba periódicas conferencias telefónicas desde mediados de la década de los 2000.

— Sí, muy buena gente, ¿quiénes vinieron?, preguntó.

— Están el Secretario de Deportes y Turismo, Fernando Cáceres y el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, Sebastián Bauzá, respondí.

La reunión fue a puertas cerradas y duró más de una hora. A su término pregunté si había que publicar algo en el sitio oficial de la AFA:

— Por ahora no digas nada, instruyó. Y de inmediato agregó: Uruguay quiere festejar los cien años del primer Mundial en el 2030 organizando un Mundial y les gustaría hacerlo con nosotros, con la AFA.

— ¿Y eso no es posible Don Julio?

— ¿Un Mundial entre Uruguay y Argentina? ¿Y cómo lo financiamos? ¿Quién hace los estadios, los aeropuertos, las rutas, los hoteles, los lugares para entrenamiento y concentración? Hoy por hoy, organizar un Mundial es muy difícil para nosotros, para los de Sudamérica, es casi imposible. Hay que hacer todos los estadios nuevos según las normas de la FIFA. Esos estadios tienen que tener estacionamiento cubierto para 1500 autos, palcos cerrados para 20 personas como mínimo y va a haber que instalar pequeñas estaciones satelitales y la sala de prensa dentro de los estadios… Hay que invertir un dinero imposible para nuestras economías. Y después pasa el Mundial y te preguntan ¿no hubiera sido mejor hacer hospitales o escuelas? Pero la idea es buena y es justa. Cien años son cien años y el fútbol tiene que hacer algo. Vamos a ver, igual yo para entonces no voy a estar pero hay que pensar en hacer algo, una buena celebración.

— ¿Pero no un Mundial, presidente?, le insistí.

— Es imposible. Sudáfrica ya es un parto, un terrible dolor de cabeza y Brasil va a costar mucho, mucho. La FIFA va a tener que poner mucha plata. Y estamos hablando de Brasil, el país mas poderoso de la Conmebol—, concluyó Grondona esa tarde del 2009 anticipando un diagnóstico preciso en la línea del tiempo futuro.

Tabaré Vázquez ya había planteado realizar el Mundial durante su primera presidencia, en la foto junto a Mauricio Macri.
Tabaré Vázquez ya había planteado realizar el Mundial durante su primera presidencia, en la foto junto a Mauricio Macri.

El propósito de Uruguay era tan legítimo como entusiasmante. No se sabe de dónde ni de quién partió la idea según el propio Fernando Cáceres, que por entonces era el Secretario de Turismo y Deportes durante la primera presidencia del doctor Tabaré Vázquez y que regresó a ese cargo en coincidencia con el segundo período presidencial de Tabaré tras haber sido Secretario General de la Asociación Uruguaya de Fútbol durante los cinco años de la presidencia de Pepe Mujica.

Hay varias versiones. Unos la atribuyen la idea a un ciudadano uruguayo que reside en Israel y otros a un clamor espontáneo madurado por la lógica pura. Como fuere, el presidente Tabaré Vázquez tomó la idea, la impulsó, se involucró personalmente y le dio carácter de asunto oficial al instruir a su entonces canciller Reinaldo Gargano y a sus sucesores Gonzalo Fernández y Pedro Vaz para que trabajaran con su par argentino Héctor Timerman.

El punto de partida oficial fue durante una visita de Joseph Blatter a Montevideo para celebrar los 75 años del Primer Mundial de Fútbol. Fue el 3 y 4 de octubre de 2005 y lo acompañaron Julio H. Grondona, primer vicepresidente de la FIFA; Ángel María Villar Llona, vicepresidente; Isaac Sasso Sasso, Ricardo Terra Teixeira, Senes Erzik, Nicolás Leoz y Ahongalu Fusimalohi, miembros del Comité Ejecutivo; Urs Linsi, Secretario General y Jérôme Champagne, secretario general adjunto.

Fue en tal oportunidad en que el Estado Uruguayo dio a conocer oficialmente a la FIFA su intención de organizar el Mundial del 2030. Para ello puso a trabajar de manera sucesoria a sus mejores hombres: entre ellos, Fernando Cáceres, Ernesto Irurueta (Director Nacional de Deportes), Héctor Lescano (por entonces Secretario de Deportes y Turismo), Sebastián Bauzá y su sucesor Wilmar Valdez (presidentes de la AUF).

Al tomar estado oficial, Argentina designó a quien era el secretario de Deportes de la Nación para integrarse al equipo de la Cancillería y elaborar minutas de convergencia con el proyecto que siguió el presidente José Mujica y su canciller Luis Almagro.

El estadio Centenario, donde empezó todo en la historia de los Mundiales
El estadio Centenario, donde empezó todo en la historia de los Mundiales

Para Uruguay se trataba de la digna celebración de los 100 años de aquel Mundial cuya final disputaron su selección y la Argentina y que terminó favorable a la Celeste por 4 a 2 con goles Pedro Dorado, José Pedro Cea, Victoriano Santos Iriarte y Héctor Castro. Fue día difícil aquel 30 de julio de 1930 para los jugadores argentinos, pues solía decir el último sobreviviente Francisco Pancho Varallo “había 300 policías con bayonetas en el campo de juego y no era para custodiarnos a nosotros”.

Los goles de Carlos Peucelle y Guillermo Stabile no sirvieron más que para la cita estadística al igual que las manifestaciones multitudinarias frente a la Embajada de Uruguay en Buenos Aires, adonde la gente fue a protestar por el destrato que recibieron los jugadores argentinos en Montevideo al decir de los propios actores. Uruguay ya le había ganado una final a la Argentina en los Juegos Olímpicos de Amsterdan en 1928 por 2-1 en segunda vuelta pues en el primer encuentro habían finalizado 1-1. De allí nació una rivalidad convertida en el clásico más antiguo, disputado y sanguíneo del fútbol sudamericano y mundial.

El equipo de Uruguay que le ganó la final a Argentina en 1930
El equipo de Uruguay que le ganó la final a Argentina en 1930

Pero cien años borran todo y Julio Grondona se hallaba frente a un enorme problema, pues el proyecto de organizar el Mundial del 30 con Uruguay avanzaba y la entonces presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner lo convocó a Casa de Gobierno para decirle que “hiciera todos los esfuerzos posibles por concretarlo”.

Los Secretarios de Turismo Enrique Meyer y de Deportes Claudio Morresi trabajaron fuertemente bajo la “idea fuerza” de organizar un “Mundial en democracia”. Y desde ambas secretarías comenzaron a movilizarse todos los sectores de la gestión: las cancillerías, las secretarías de turismo, de deportes, las asociaciones de fútbol de ambos países con sus niveles gerenciales y obviamente los presidentes de ambas naciones. La idea impulsada por Tabaré Vazquez iba tomando una dimensión de enorme significación política.

Este avance “imparable” que se iba consumando en el nivel oficial modificaba la idea empírica de Don Julio de realizar un festejo. Se estaba pergeñando un proyecto organizativo de campeonato mundial binacional que el presidente de la AFA y vice de la FIFA consideraba improbable. Puesto que a cambio había que ofrecer algo sustentable Grondona no tuvo más remedio que involucrarse íntegramente y olvidarse de su escéptica frase: “Total yo no voy a estar…”.

La obtención del campeonato mundial por parte de España en el 2010 fue un punto de partida para proyectar una idea intermedia. En el Club Argentino de Equitación y en el marco de un agasajo a la selección campeona del mundo antes del amistoso entre Argentina y España en el estadio de River, Don Julio tomó un café a solas con su amigo Angel María Villar, presidente de la Federación Española de Fútbol.

Julio Grondona tenía en mente un torneo distinto para festejar Foto NA: Hugo Villalobos
Julio Grondona tenía en mente un torneo distinto para festejar Foto NA: Hugo Villalobos

— ¿Jugarías una Copa de Campeones Mundiales en enero del 2030?

— Hombre, faltan 20 años, Julio ¿qué pasa contigo? Ni tú ni yo lo veremos, ¿por qué debemos hablar hoy sobre esto?

— Angel María, estuviste en Montevideo cuando el Centenario cumplió 75 años. Viste y escuchaste el entusiasmo de los amigos uruguayos, son 100 años del primer Mundial de fútbol, debemos pensar y proponerle algo a Blatter. Es cierto que nosotros no lo veremos pero en cambio lo podemos dejar programado para que el Comité Ejecutivo lo vote y el Congreso lo apruebe, ¿me entendés ahora Angel María?

— ¿Y qué tiene que ver España?

— Era el campeón mundial que faltaba para tener una cifra par y hacer un Octogonal de Campeones.

— ¿Cómo sería, cómo lo imaginas Julio?

— Bueno, ayudame, yo tengo una idea. Mirá, lo veo así: Uruguay, Brasil y Argentina son los tres campeones mundiales de Sudamérica. Después tenemos a Italia, Alemania, Francia, Inglaterra y España por Europa. Cuatro juegan entre sí en Argentina y los otros cuatro en Uruguay. Serían dos cuadrangulares por eliminación directa. Los dos ganadores de Argentina van a Montevideo a jugar con los dos ganadores de allí y queda la final entre ellos en el Centenario, ¿te gusta? Ojo, Inglaterra y Brasil tendrían que ir a Montevideo para evitar problemas con nuestra gente en las tribunas. Vos venís (España) a Buenos Aires a jugar con Italia y nosotros por ahí jugamos con Francia. O cambiamos: vos vas con Francia y nosotros con Italia, eso es lo de menos, lo veremos… Entonces Alemania, Brasil e Inglaterra van con Uruguay en Montevideo y nosotros con Francia e Italia jugamos aquí. Igual Angel María si es necesario “sorteamos”.

— Hombre, si en el 2026 jugaremos el Mundial en los Estados Unidos que debimos jugar en el 2022 en lugar de Qatar, en el 2030 deberemos jugarlo en Europa ya sea en España o en Inglaterra y además tenemos Champions, UEFA, ¿cuando jugamos esta Copa de Campeones del Mundo?

— Hay que hablar con Platini y Blatter y pedirles que liberen las primeras dos semanas de enero de 2030. En 14 días hacemos todo: jugamos los dos partidos aquí y los dos de allí con 24 horas entre partido y partido, alternando uno aquí y uno en Montevideo al día siguiente. Y a las 96 horas mandamos la final. Ponele un sábado va un partido en Buenos Aires, al día siguiente domingo en Montevideo; el lunes o martes aquí el segundo y el martes o miércoles allí. El fin de semana terminamos y les devolvemos los jugadores a sus clubes.

Blatter ya había pensado en festejar el primer Mundial en el Centenario (Getty)
Blatter ya había pensado en festejar el primer Mundial en el Centenario (Getty)

Angel Maria Villar quedó en pensarlo. Y Grondona en buscar variantes. Se tomaron su tiempo. Pues si bien es cierto que ya Blatter estaba impuesto sobre que había que celebrar dignamente el primer Mundial en el Centenario, el hecho quedaba tan lejano que nadie aceleraba. A excepción de Uruguay. Y durante la cena de lanzamiento de la Copa América 2011 en el Hilton de Puerto Madero el presidente de la AFA ya aseguraba la conformidad de los potenciales participantes tras dos viajes a Zurich realizados en ese primer semestre de 2011.

No obstante, las autoridades de Uruguay no desistían de la idea madre que era hacer el Mundial. Y aunque las gestiones nunca cesaron fue durante una reunión de la FIFA en San Pablo, previa a la iniciación de la Copa de las Naciones, en que se logró un enorme paso hacia adelante de esto que hoy es sólo una historia anécdotizada.

Fue precisamente en San Pablo en junio del 2013, unos días antes de comenzar la Copa FIFA de las Confederaciones, cuando Julio Grondona le inquirió a Jerome Valcker por entonces Secretario General de la FIFA:

— Dígame secretario general, ¿usted conoce el Museo del Centenario, ese Monumento Histórico del Fútbol Mundial?

— No, no lo conozco…

— Bueno vaya y conózcalo. Y me dice después si hay alguien en el mundo que haya cuidado mejor el patrimonio de nuestro juego que los uruguayos. Vaya Valcke y después hablamos de lo que quería decirles a todos ustedes que son miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA y capaz que no saben nada de esto…

— ¿Y que nos quería decir señor Vicepresidente?, le preguntó Valcke a Grondona ante la mirada cómplice de Blatter y Villar

Que el fútbol tiene que celebrar allí los 100 años del primer Mundial. Que tiene que ser algo importante, significativo, una verdadera y gran fiesta del fútbol de todo el mundo.

Grondona ya había lanzado el “misil” hacia la oficialización celebratoria como primer objetivo. Y ante el silencio y la aprobación de los principales dirigentes agregó con firmeza: “Le digo más secretario general, esa fiesta la tiene que pagar la FIFA. Sí señor, debería pagar todo y también invitar a todos los jugadores sobrevivientes de los mundiales, no se si del 70 para acá ya que el mayor va a tener unos 80 años. E insistió: “Yo no voy a estar pero Uruguay y todo el fútbol se merecen que a los 100 años del primer Mundial haya una gran fiesta que la FIFA deberá auspiciar y reconocer con una Copa y un título oficial”.

Grondona pensaba oficializar esta propuesta que sería aceptada por la FIFA en el Congreso del 2015 al que nunca llegó. Murió el 30 de julio del 2014.

* Este artículo fue publicado el 22 de octubre de 2017. Se lo vuelve a publicar tras conocerse que FIFA confirmó que la Copa del Mundo centenario se iniciará en Sudamérica con tres partidos inaugurales repartidos en Uruguay, Argentina y Paraguay, antes de emigrar con los restantes 101 partidos a España, Portugal y Marruecos.