Habla Facundo Corvalán, el primer basquetbolista argentino afectado por el coronavirus

Desde el hospital de Junín donde se recupera, le contó a Infobae el operativo que armó con su familia para ir de Ezeiza hasta su ciudad natal. Colocó un tablero en la habitación para “no extrañarlo”.

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Facundo se toma la selfie tratando de que se vea el aro que colocó en la habitación donde se recupera, siempre con una pelota cerca.
Facundo se toma la selfie tratando de que se vea el aro que colocó en la habitación donde se recupera, siempre con una pelota cerca.

’Los enfermeros se dieron cuenta y ahora las porciones vienen más grandes”, cuenta con ironía a Infobae Facundo Corvalán desde su habitación en el Hospital de Agudos Abraham Piñeyro de Junín. Allí, el basquetbolista confirmó que su análisis de COVID 19 le dio positivo. Apenas unos días atrás se encontraba entrenando con normalidad junto al plantel del Real Canoe (Liga LEB Oro, segunda división) en España. “Hasta el miércoles 11 practiqué con el equipo, luego el gobierno español endureció las medidas de prevención. Mi madre había venido a visitarme y tenía pasaje de vuelta para el viernes; con ese panorama tomé una decisión: volver al país”, explica Corvalán en pleno aislamiento en el hospital de su ciudad de origen.

Corvalán juega en Real Canoe (Liga LEB Oro, segunda división) en España, desde donde llegó esta semana afectado por el virus que desató la pandemia.
Corvalán juega en Real Canoe (Liga LEB Oro, segunda división) en España, desde donde llegó esta semana afectado por el virus que desató la pandemia.

El jugador surgido en el club Los Indios asegura que comenzó a sentir los síntomas en pleno vuelo: “En un momento de la noche me desperté temblando y con fiebre. No soy de enfermarme nunca, así que pensé que venía por el lado del coronavirus. Pusimos todo en la declaración jurada, aunque mi madre (Silvina) apenas tenía un poco de dolor de garganta”.

Con la experiencia vivida en España ante el brote del coronavirus, ambos decidieron viajar con barbijos y guantes. El vuelo no estaba completo y Corvalán logró ubicarse en un lote de tres asientos vacíos para evitar un posible contagio. “Ni bien llegamos a Ezeiza entregamos la declaración jurada y nos separaron junto a mi madre y una señora grande con su hija, que también habían manifestado algún síntoma. Nos pasaron por una cámara que detecta el calor y eso nos dio bien. Pero yo les expliqué que podía ser porque en el vuelo tomé una pastilla al sentirme mal. Siguieron los controles y como era sólo fiebre, nos dejaron ir para Junín y cumplir allí con la cuarentena”, sigue relatando el basquetbolista que se destacó en Ciclista de Junín y Bahía Basket (allí fue campeón de la Liga de Desarrollo).

Facundo junto a su mamá, también afectada, agradeció con un posteo en sus redes.
Facundo junto a su mamá, también afectada, agradeció con un posteo en sus redes.

Ante esta situación, madre e hijo comenzaron a diagramar un complejo plan que involucraba al resto de la familia que esperaba con ansias la llegada del jugador que partió a España a mitad de 2019: “Mi viejo llevó el auto y nos compró un café. En la cajita del café escondió la llave. Y no nos acercamos a más de tres metros de él. De ahí manejé directo a Junín y cuando llegué volví a sentirme mal, me subió la fiebre hasta 40 grados. Mi padre ya estaba aislado en la parte trasera de la casa y mi hermano se fue a lo de un familiar. Como seguían los síntomas, llamamos al 107. Y luego nos fueron a buscar en ambulancia y nos trajeron para acá”.

En medio de la charla con Infobae, el personal médico del hospital pasa por la habitación de Facundo para dejarle el almuerzo y realizarle un nuevo control. “36.6°”, exclama aliviado. Es que los síntomas fuertes comenzaron en el avión y duraron apenas dos días. También la temperatura elevada. Por la constante cercanía con su madre, ambos fueron evaluados y puestos en cuarentena. “Yo estaba tranquilo esperando los resultados -continúa el relato-, porque hicimos todo bien para no perjudicar a nadie. Me preocupaba más mi mamá. A ella la dejaron ir cuando le dio negativo. Igual sigue aislada en su habitación en casa”.

Respecto a una hipotética alta médica aclara que “todavía no me dijeron nada en concreto. Cumpliré la cuarentena donde corresponda. Hace mucho tiempo estoy afuera de casa y me gustaría estar ahí. Pero iremos viendo. Acá tuve tiempo para escribir una carta que publiqué en redes sociales aclarando mi situación. La repercusión fue genial, todos comentarios positivos. Yo lo hice para llevar tranquilidad a los que habían estado conmigo”.

Basquetbolista y fotógrafo a la fuerza. Facundo se tomó las fotos para mostrarle a Infobae su lugar de convalecencia.
Basquetbolista y fotógrafo a la fuerza. Facundo se tomó las fotos para mostrarle a Infobae su lugar de convalecencia.

La conversación se interrumpe una vez más: “Chau, pa”, suelta el jugador que se destacó en el Mundial U19 de Egipto en 2017 con otra camada de jóvenes valores del básquet nacional. “Es increíble, hace ocho meses que no le puedo dar un abrazo a mi viejo. Y ahora lo tengo a unos metros”, dice incrédulo.

A Corvalán lo contactaron rápidamente desde su club en España. “Comparto casa con otros jugadores del plantel. Por suerte, por ahora ninguno presentó síntomas, igual siguen aislados”, afirma y asegura que, si bien el panorama deportivo a nivel mundial es una incógnita, no duda en plantearse nuevos objetivos: “Cuando todo esto pase quiero subir un escalón en el básquet de España. Este año lo tomé como una plataforma, para conocer de qué se trata jugar en Europa”. El primer deportista profesional diagnosticado en Argentina sueña con tener su nombre (por otros motivos) relacionado al del país en un futuro no muy lejano: “Hago todo para estar en el radar de la Selección. Rendí bien en las categorías formativas y me gustaría que llegue el momento para estar en la mayor”. Por ahora, su próximo paso será comenzar a disfrutar de la comida del hospital mientras permanece aislado esperando el alta médica.

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