Entrevista con Gabriel Milito: las etiquetas, sus imperdibles historias con Ronaldinho y Guardiola, y por qué Messi es mejor que Cristiano Ronaldo

El técnico de Estudiantes repasa los conceptos que aprendió a lo largo de su carrera y cuenta cómo era la intimidad del vestuario del Barcelona multicampeón

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El técnico que más influyó en Milito, según él, fue José Pekerman, quien no sólo le mejoró como futbolista, sino que le enseñó cómo manejarse en un mundo que empezaba a descubrir.
El técnico que más influyó en Milito, según él, fue José Pekerman, quien no sólo le mejoró como futbolista, sino que le enseñó cómo manejarse en un mundo que empezaba a descubrir.

Resulta un desperdicio brutal resumir a Gabriel Milito en el subibaja futbolero que sufre su Estudiantes. Se trata de un entrenador con un perfil tan rico que trasciende cualquier resultado circunstancial. Por algo Juan Sebastián Verón lo eligió dos veces como técnico pincharrata. Tampoco son casuales los elogios de sus dirigidos más experimentados, al punto que alguno (Leonardo Jara, 28 años) aseguró que abandonaría su situación de comodidad en el DC United de la MLS de Estados Unidos para regresar a La Plata y volver a estar bajo su conducción.

Sí, hay una realidad compleja que atraviesa Estudiantes con la pelota. “Es un momento para tener tolerancia y estar todos juntos. El disgusto de los hinchas es entendible y coincide con mi disgusto y el de los jugadores, porque todos queremos ganar, pero también jugar mejor. Y para jugar hay que tener calma. Nosotros tenemos una forma de jugar y, aunque no guste, es ésa. A lo nuestro”, sintetiza con convicción total Milito. Después, viene lo mejor…

A salir del día a día para recorrer en profundidad al personaje. Vale aprovecharlo para charlar a fondo sobre el juego y todos sus matices. Este Milito es igual a las escuelas de Independiente y de Estudiantes, históricamente enfrentadas. Lo respetan y lo quieren en el Barcelona, donde compartió vestuario y estableció amistades potentes con Ronaldinho y con Messi, donde también disfrutó durante mucho tiempo como DT a Guardiola. Este Milito es hermano del otro Milito, de Diego, esa bandera de Racing que le regaló miles de historias compartidas con Mourinho en el Inter, referencias ideales para ponerlo en el espejo con Pep.

 Milito en su época en el Barcelona, donde tuvo de compañero a Ronaldinho y a Guardiola de técnico (Foto: AP)
Milito en su época en el Barcelona, donde tuvo de compañero a Ronaldinho y a Guardiola de técnico (Foto: AP)

Hay que escucharlo y observarlo a Milito para comprender cómo siente a Estudiantes. Las palabras con tonos placenteros, las miradas intensas acompañando cada definición… Gaby le cuenta a Infobae en la intimidad del country de City Bell: “Estudiantes es muy grande por la historia, pero también por todo lo que es como club, por las instalaciones, por las disciplinas, por el colegio… Acá los pibes de las inferiores pasan todo el día: primero, se entrenan; luego, comen; y en el arranque de la tarde, estudian. Todo va enganchado. Si un chico de inferiores no anda bien en el colegio por ahí no es citado para jugar el fin de semana… Así los chicos van creciendo. Todo eso te hace sentir que Estudiantes es una gran familia y que en Estudiantes hay que crecer con ciertos valores que son innegociables. Eso lo vivo en el día a día. En mi primera etapa, en 2015, lo aprendí. Ahora ya lo sé”.

Redondea: “Mirá, yo volví a Estudiantes porque me ilusionó el proyecto, armar un equipo, volver al estadio de 1 y 57... Y volví también por todo lo que te contaba antes. Yo tengo que estar cómodo y sentir. Todas las decisiones en mi carrera las voy tomando según lo que voy sintiendo”.

-Suena raro escucharte hablar con este sentimiento sobre Estudiantes, sabiendo que te formaste en Independiente y que entre los dos clubes existe una rivalidad muy fuerte.

-Mirá, a esa rivalidad me la contaron. Yo no la viví. Pero mi abuelo Antonio me la hizo conocer. Él me contaba todo sobre los duelos históricos de los 60, de los 70, también de los 80… Es fanático de Independiente y de sus nietos, pero con Diego y conmigo tiene un lío bárbaro. Yo terminé dirigiendo en Estudiantes y Diego es ídolo de Racing, jajajaja. Igual nos quiere mucho. Ha ido a la cancha de Racing. Después, a todo eso que me contó mi abuelo me lo contaron los jugadores históricos de Independiente y ahora acá me lo cuentan los de Estudiantes.

-¿Hasta dónde es tan fuerte la diferencia de estilos entre Independiente y Estudiantes?

-Yo digo que en Argentina tenemos la tendencia a etiquetar a los entrenadores y a ponerlos de un lado o de otro, separando entre estas corrientes futbolísticas que tenemos desde hace años encabezadas por Menotti y Bilardo. Pero hay un montón de otras corrientes: la de Bielsa, Bianchi, Basile… A mí no me gusta que me etiqueten de forma equivocada.

-¿Cómo habría que etiquetarte?

-Yo quiero que mis equipos tengan una gran interpretación del juego. Y eso tiene que ver con que cuando se puede jugar, se juega; y cuando no se puede, no se juega.

-En líneas generales, ¿qué les pedís a tus jugadores?

-Quiero orden defensivo, que todos sean intensos, que todos corran, empezando por los delanteros. Que si a los duelos individuales hay que empezar a ganarlos en las pelotas divididas, hay que imponerse. Hay que correr, pero bien. No se trata el fútbol de correr solamente. Es cuestión de correr bien y de que corramos todos. Si todos corremos, todos corremos menos. No es tan difícil. Y vamos a jugar mejor, y vamos a atacar más, y el rival no nos va a llegar al arco, porque cuando la perdamos enseguida el rival va a estar asfixiado porque nosotros ya vamos a estar corriéndolo enseguida para recuperarla. Por eso hay que correr. Eso también es jugar bien y ser un gran equipo. Eso nosotros lo trabajamos mucho y se lo remarcamos al jugador. Toda esa parte a lo mejor no se me termina de reconocer porque ya estoy etiquetado de otra manera, porque nací en Independiente y después pasé por el Barcelona… Yo siento ese fútbol, por supuesto. Pero hay otras partes del juego que son muy importantes, como lo defensivo y también la interpretación.

Junto con su hermano Diego, en la despedida que le brindó Independiente. "Mi abuelo es fanático de Independiente y de sus nietos, pero con Diego y conmigo tiene un lío bárbaro. Yo terminé dirigiendo en Estudiantes y Diego es ídolo de Racing"
Junto con su hermano Diego, en la despedida que le brindó Independiente. "Mi abuelo es fanático de Independiente y de sus nietos, pero con Diego y conmigo tiene un lío bárbaro. Yo terminé dirigiendo en Estudiantes y Diego es ídolo de Racing"

-Se trata de saber qué hacer en cada situación.

-Exacto.

-Ahora, la posesión te gusta.

-Me gusta que nos pasemos la pelota, pero hay momentos donde no podemos porque el rival nos presiona muy bien y por el hecho de pasarnos la pelota comprometemos el resultado del partido. Entonces, en esos casos, siempre les digo que viremos al plan B, a un juego más directo.

Atrapado por el análisis y por la diversidad de variables que ofrece este juego, Gaby Milito avanza con su argumentación: “Ahora, si el central tiene tiempo para pasársela al 5, y el 5 para dársela al 10, quiero que eso pase. Creo que así se ataca mejor, porque los delanteros reciben con mejores opciones para seguir atacando y tener situaciones de gol. Lo que no quiero es que si el central o el 5 están solos le tiren pelotazos al 9 para que reciba de espalda y encimado por los centrales. A esta última variante la siento como un recurso válido, pero no como un modelo, aunque hay que manejarla también, eh”.

No duda Milito al escoger al mejor técnico de su carrera: “Tuve muchos muy buenos en toda mi carrera. El más importante fue Pekerman, por mi edad. Estaba entrando en la adolescencia y en esa etapa uno se puede confundir. Me marcó y me formó muchísimo. Muchas de esas cosas me acompañaron en toda mi carrera. Hice un master al empezar, jajajaja”.

-¿Y Guardiola qué representó para vos?

-Con Pep comencé a ver el juego de otra manera. Con Guardiola empecé a entender el por qué de las cosas.

-Pero apenas debutaste en la Primera de Independiente ya demostrabas que entendías el juego. ¿Qué aprendiste con Pep?

-Con Guardiola aprendí que siempre hay que presionar, pero que no todas las presiones tienen que ser iguales. Todo depende de las cualidades del rival. Había que iniciar el juego desde el arquero, pero a veces con dos centrales y a veces con línea de tres. Eso no era por elección propia sino en función del rival, porque no es lo mismo que el rival juegue con dos delanteros o con uno, y con cuatro volantes; o que lo haga con dos delanteros, un enganche y tres volantes… En función del rival, para no perder el estilo, nos íbamos adaptando para encontrar la superioridad numérica, para que Xavi recibiera con ventaja, para que encontremos solo a Iniesta, para que Leo reciba y pueda encarar…

De nuevo, Milito extiende la respuesta y la enriquece a pura reflexión y ejemplo: “Nos incorporaba una infinidad de conceptos imperceptibles para la mirada del espectador. Si el extremo jugaba abierto, cuando Leo descendía, a lo mejor el central le salía; pero si el extremo se cerraba, Leo descendía y el central no le salía porque debía ocuparse del extremo que se había cerrado. ¿Me explico?”.

-Sí, claro.

-Bueno, de esos matices, estaba lleno aquel equipo, todo para conservar el estilo y que no nos agarraran la mano. Todas esas modificaciones tácticas, relacionadas con el juego, las aprendí en aquella etapa con Guardiola. Me abrió la visión del juego; lo empecé a entender de otra manera.

-Si tuvieras que rescatar una anécdota de Guardiola, ¿con cuál te quedarías?

-Humanamente recuerdo muchas actitudes lindas de Pep con gente del cuerpo técnico, con compañeros de equipo. Y en lo personal, hay una que jamás olvidaré. En el final del proceso de Rijkaard yo me lesioné y justo Pep llegó. Lo había visto sólo una vez, en un entrenamiento. El día de mi operación, él apareció en la clínica sin avisarme. Vino a saludarme. Y ahí empecé a sentir que nos iba a ir bien. Encontré a una persona con una firmeza, con mucho carácter, con una seguridad en sí mismo impresionante. Y no me equivoqué.

-¿Tanto transmite Guardiola?

-Hubo un momento en el que nadie dudaba ni cuestionaba lo que él decía. Era ese el plan, aunque a lo mejor existiera otro mejor. Cuando alguien genera algo así en jugadores de tanta calidad, el equipo se hace casi invencible… Pero termino con la anécdota, porque no quedó en la visita a la clínica. Después, otro día, un par de horas antes de su debut oficial en el Barcelona en un partido de pre-Champions, yo estaba acá en Argentina, recuperándome en la Selección. Suena el teléfono y era Pep. Llamó para decirme que no se olvidaban de mí, que me echaban de menos. Me dijo, textual: “Hoy empieza la Champions que vos vas a jugar”. Fue muy ilusionante. Me dio una fuerza increíble.

Milito considera a Messi como el futbolista más completo de todos y por eso lo pone un escalón arriba de Ronaldo. De Guardiola dice que aprendió a ver detalles que se les pasaba por alto y que aún hoy usa sus enseñanzas (Foto: AFP)
Milito considera a Messi como el futbolista más completo de todos y por eso lo pone un escalón arriba de Ronaldo. De Guardiola dice que aprendió a ver detalles que se les pasaba por alto y que aún hoy usa sus enseñanzas (Foto: AFP)

-Elegí algún momento futbolístico con Guardiola que te haya asombrado.

-Uffff, tantos… Es una persona con una capacidad infinita. Te vive sorprendiendo todo el tiempo porque no hay un planteo igual a otro. A los detalles que yo te digo, hoy los detecto porque trabajé con él, pero si no lo hubiera tenido como técnico desde afuera nos los percibiría. Yo tuve la suerte de estar en muchísimas charlas y en cada partido había una cuestión posicional diferente. Él te decía: “Hoy este jugador tiene que jugar acá porque va a pasar esto". Y pasaba.

-¿Qué pasa cuando se juntan con tu hermano Diego, marcado a fuego por Mourinho? ¿Hay duelo en la charla, vos defendiendo a Pep y él a Mou? ¿Hay chicanas?

-Jajaja, nooo. Diego me habla maravillas de Mourinho; yo le digo todo lo que me fascina de Pep. Por lo que hablo con Diego, en muchas cosas se diferencian, pero también van por el mismo camino en el tema del trabajo, de la obsesión, de los detalles, de la planificación de los partidos… Uno puede ser más ofensivo o defensivo, pero no importa: en los detalles son iguales. Después, cada uno elige un estilo. Y ahí sí hay una diferencia.

-¿Qué no te gusta de Mourinho?

-No hay algo que no me guste. Construyó equipos maravillosos Mourinho. Generalmente le ha ido bien y ha ganado en todas partes. ¡Ganó la Champions con el Porto, con el Chelsea y con el Inter! Sería incapaz de cuestionar a Mourinho. Lo respeto mucho.

-¿Qué es puntualmente lo que te seduce de los equipos de Mourinho por lo que observás y por lo que te cuenta Diego?

-Todo es válido en el fútbol. Me gusta la personalidad y el carácter con que juegan sus equipos. Maneja muy bien el aspecto defensivo. Y también las transiciones: hay que hacerlas bien, eh; no es meternos atrás y cuando recuperamos la tiramos para delante, corremos todos y hacemos los goles. No es fácil. Hay un trabajo detrás de todo eso. Además, tengo otra ventaja para hablar de Mourinho.

-¿Qué ventaja, Gaby?

-Aparte de mi hermano, varios muchachos argentinos fueron dirigidos por él y me cuentan. Pupi Zanetti, Cuchu Cambiasso, Samuel, lo tuvieron a Mourinho y lo admiran. Es porque tiene capacidad y carisma. Capaces hay muchos, pero carismáticos no tanto. Y Mourinho tiene las dos cosas, como Pep. Me dicen que cuando tiene que apretar lo hace; y cuando tiene que soltar, suelta. No es fácil hacer eso en equipos con grandes figuras. Eso Guardiola lo hace con mucha naturalidad. Y según me cuentan, Mourinho también.

Messi, Ronaldinho y Cristiano; historias, análisis y comparaciones

Es imperdible el relato de Gaby Milito: “Mi historia con Ronaldinho tuvo de todo. Nos conocimos como rivales, en el Sub 17. Metía una y otra vez la bicicleta, jugaba sobrado porque le sobraba. Y yo le daba jajaja. Nos matábamos cada vez que nos enfrentábamos. También nos cruzamos en copas con Independiente y Gremio, en el Sub 20 y en el Preolímpico Sub 23. ¡Qué manera de sufrirlo. Después, yo me voy al Zaragoza. Y él ya estaba en el Barcelona. Otra vez Ronaldinho, jajaja. Encima, Zaragoza y Barcelona en esa época jugaban todo el tiempo. Si no recuerdo mal, fueron como ocho partidos de liga y seis de Copa del Rey. Ahí ya nos veíamos en la cancha y nos reíamos con complicidad”.

-¿Qué pasó cuando llegaste al Barcelona y lo tuviste de compañero?

-Ni bien llegué, Ronaldinho se acercó y me dijo: “Gaby por fin vamos a jugar juntos así no me pegás más”. Se reía… Nos cambiábamos muy cerca y transmitía alegría todo el tiempo. Un chico cariñoso, carismático, talentoso, buen compañero. Hace mucho que no nos vemos, pero nos tenemos un respeto y un cariño mutuo.

-¿Cómo era aquel vestuario con tantas estrellas?

-Mucho más sencillo de lo que la gente se imagina y de lo que yo mismo me imaginaba. Fue todo lo contrario. Gente sensacional, divina, sencilla, simple. A lo mejor la pasé peor en otros grupos de menor calidad. Ahí era todo de gran calidad, un ambiente de mucho respeto entre nosotros. No había celos.

-Coincidiste con el mejor Ronaldinho y viste crecer y explotar a Messi.

-Ahí todos sabíamos que Ronnie era el mejor y que detrás de sus pasos iba a ir Leo muy rápido. Todo el mundo sabía su rol. No estaban esos egos que muchas veces existen entre los jugadores. Fluía todo en forma muy natural. Lo que pasa es que son figuras tan grandes que nos hacemos un montón de fantasías. Después, cuando estás ahí, decís: “Somos todos iguales. Estos tienen más talento, pero humanamente somos todos iguales”.

-Vos lo conocés muy bien a Messi. ¿Qué más podemos esperar de este Leo de 32 años?

-De Leo siempre se puede esperar más. Es el mejor de todos los tiempos.

-¿No habría que empezar a observarlo de otro modo, aguardando cosas distintas?

-Nooo. Tiene el talento intacto y el físico, también. Leo es un chico que se cuida mucho, vive para el fútbol. A lo mejor, en cuatro o cinco años, no tiene el mismo ritmo de hoy. Pero eso es normal. Ahora, su magia nunca se va a apagar. Por eso siempre hay que esperar algo más de Leo.

En una práctica de Estudiantes, donde valora el trabajo integral de las divisiones inferiores y el valor que se le da a la educación, más allá del fútbol (Foto: @EdelpOficial)
En una práctica de Estudiantes, donde valora el trabajo integral de las divisiones inferiores y el valor que se le da a la educación, más allá del fútbol (Foto: @EdelpOficial)

-¡Qué presión le metés!

-A la presión la sabe llevar bien desde muy chiquito. El factor sorpresa con Messi ya se perdió. Y eso demuestra lo gigante que es. Hace algo extraordinario, pero ya no te sorprende porque es Leo.

-¿No hay que imaginarlo en otra posición?

-Yo lo imagino como ahora. Cuando empezaba hacía un poco más el recorrido hacia atrás por la banda derecha. Hoy no lo hace porque anda más por adentro, donde los recorridos son más chicos y el contacto con la pelota es mayor, aunque también es una zona de mayor congestión. Por eso es necesario un buen funcionamiento de equipo.

-El Barcelona que impactaba, lógicamente, se ha ido disolviendo con el tiempo. ¿A quién creés que Messi extraña más: a Xavi, Iniesta, Neymar o Dani Alves?

-Ufff… Creo que a todos. Imposible no extrañar a todos esos jugadores. Mirá, yo siempre dije una cosa: sacando a Leo, que es el más determinante y el mejor de todos los tiempos, en el Barcelona el equipo no era el mismo si faltaban dos jugadores. Uno era Dani Alves y el otro, Xavi. Obvio, que Andrés y Neymar son cracks.

-Vamos por partes. ¿Por qué le atribuís tanto valor a Dani Alves?

-Porque a la intensidad que imprimía Dani todos los partidos no había lateral en el mundo que la igualara, atacaba con deseos de hacer goles y retrocedía con deseos de defensor; un espectáculo atacando y defendiendo. Generalmente, encontrás laterales a los que les gusta más una cosa o la otra. Todo con un espíritu competitivo que contagiaba a los demás todo el tiempo. Si Dani no estaba, el equipo ganaba por su funcionamiento espectacular.

-¿Y Xavi?

-Porque nunca lo vi jugar un partido mal. Y nunca vi que en un partido no la agarrara. Supongo que todos lo querían controlar, pero no podían. Hubo una final, en 2011, en Wembley, con el Manchester. Yo estaba en el banco y veía que el Barcelona no había arrancado bien. Era porque Xavi no la había agarrado. Pero estaba tranquilo porque sabía que iba a encontrar los lugares y la iba a agarrar. Y empezó a agarrarla y se acabó el partido. Xavi no era de gambetear como Iniesta, hacia delante, pero Xavi tenía un control del partido y del juego impresionante.

-Del Messi de Selección, ¿qué análisis hacés?

-Leo ama a la Selección. Es bueno aclararlo porque hay gente que a lo mejor, desde la ignorancia, duda de eso. Si Leo no tuviera un deseo tan grande de jugar con la Selección, a lo mejor no vendría por el maltrato que ya recibió en todos estos años. Sin embargo, soporta todo eso. Con la humildad que debe tener un grande, dice “Yo voy”. Eso hay que valorarlo mucho. Cuando no lo tenemos, a Leo lo extrañamos. Y cuando lo tenemos, hay que valorar ese tipo de gestos.

-¿Por qué muy pocas veces ha llegado a ser en la Selección el Messi del Barcelona?

-Hay una realidad. En Barcelona, la frecuencia de partidos es cada tres días, durante todo el año, casi 60 partidos. Y en la Selección como mucho jugás 10 partidos, con compañeros que vienen de otros clubes y de ser dirigidos por distintos entrenadores. Todos se encuentran y en tres días deben unificar una idea prácticamente sin trabajo. Todos queremos que funcione sólo por el hecho de tener a Messi. Fijate en el Barcelona: Guardiola tuvo un proceso de cuatro años; Luis Enrique, tres; Valverde va por el tercero… Son procesos largos casi con los mismos compañeros, más allá de algunas modificaciones. No se puede comparar porque son situaciones distintas. Pasa todo por ahí.

En medio de ese análisis, se filtra esta Selección conducida por Lionel Scaloni. Y Gaby Milito respalda: “En plena Copa América, ya se había visto una evolución. Y continúa en ese proceso, creciendo. Conozco a Scaloni y a todo el cuerpo técnico. Está bien que se los haya confirmado y hay que dejarlos trabajar. Saben a la perfección lo que es la selección argentina de sus épocas como jugadores. Eso es indudable. Y no es un dato menor. Después, es verdad que Lionel no tiene un recorrido como técnico, aunque sí como ayudante. Pero lo más importante es la capacidad. Y yo creo que Scaloni tiene capacidad”. Eso sí, enseguida la charla regresa al foco Messi para que el técnico de Estudiantes escuche la última pregunta y cierre a pura contundencia:

-Recién decías que Messi es el mejor de todos los tiempos. ¿Qué lo diferencia de Cristiano Ronaldo?

-Si Leo tiene que atacar en espacios grandes lo hace, porque es muy rápido, muy potente. Pero si tiene que marcar la diferencia en espacios reducidos, donde no pasa nadie, él pasa; ve pases donde nadie los ve; hace regates donde nadie los puede hacer. En esos aspectos le saca ventaja a Cristiano, que también es un fenómeno. Estamos hablando de dos cracks, pero Leo maneja todas las facetas del juego. Por eso es el mejor de todos.