Jeanine Meerapfel reflexiona sobre la memoria y los vínculos emocionales a través del tiempo

“Una mujer”, la nueva obra de la realizadora argentina radicada en Alemania, toma la historia de su madre como disparador. “Me voy por las ramas, pero estoy en el mismo árbol”, grafica

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"Una mujer", de Jeanine Meerapfel, se proyecta todos los domingos de marzo a las 18 en Malba Cine
"Una mujer", de Jeanine Meerapfel, se proyecta todos los domingos de marzo a las 18 en Malba Cine

Se llama Una mujer, pero el documental habla, si no de todas, por lo menos de muchas, muchísimas: Marie Luise Chatelaine (“Malou”) como una figura arquetípica de la tragedia del siglo XX. En su nueva película, la directora Jeanine Meerapfel (El amigo alemán, El verano de Anna) va detrás de una mujer —y esa mujer es su madre— y de una vida que la llevó de Francia a Alemania, y de allí, escapando de los nazis, al exilio en la Argentina.

Qué se pierde, qué se olvida, qué se recuerda, cómo se recuerda. Meerapfel es una arqueóloga que busca desenterrar una verdad. Dice que buscaba hacer un ensayo literario. Por el tono y la mirada, hay un vínculo inmediato con la poesía.

“Quise hacer una película sobre la memoria”, dice en diálogo con Infobae Cultura desde Alemania, donde reside, a través de una videoconferencia. “Cómo tratamos a nuestros recuerdos. Cómo son y cómo quedan. Qué pasa con los recuerdos que son solo una foto. Es un misterio en el que decidí indagar y, para eso, necesitaba un hilo rojo que anudara las distintas historias. Así me decidí a utilizar la historia de mi madre”.

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Jeanine Meerapfel (Buenos Aires, 1943)
Jeanine Meerapfel (Buenos Aires, 1943)

La película comienza con un hallazgo: una caja con cientos de metros de película en 8mm en donde la madre aparecía como protagonista. Era un material que estaba muy dañado y que Meerapfel debió digitalizar. “Cuando lo vi”, dice, “me di cuenta de que era maravilloso y que quería utilizarlo en una película”.

¿Cuánta historia del siglo XX se puede recorrer desde la vida de una persona?

—En realidad, todo. Porque la historia de una persona habla de situaciones y cosas que les sucedieron a miles. De distinta manera y con distintos caminos, por supuesto. Si contás la vida de alguien muy detalladamente, es posible que cuentes la historia de muchos otros. Y en la Argentina, como muchos —no todos— somos llegados de los barcos y tenemos historias de familiares inmigrados, hay una doble proyección y una comunicación más directa con esta película.

“Quise hacer una película sobre la memoria. Cómo tratamos a nuestros recuerdos. Cómo son y cómo quedan", dice Jeanine Meerapfel (Foto: Télam S. E.)
“Quise hacer una película sobre la memoria. Cómo tratamos a nuestros recuerdos. Cómo son y cómo quedan", dice Jeanine Meerapfel (Foto: Télam S. E.)

La historia de una madre es también la historia de una hija. ¿Cómo se busca conservar esa memoria?

—Se trata también de descubrir que uno puede ser de distintos lugares, y seguir amando uno en especial. Yo tengo un recuerdo de Buenos Aires que nunca se va a ir de mi ser. Y sigue habiendo cosas que amo. Por eso, las rejas en los parques fue lo primero que me chocó. La historia de la Argentina de los últimos años aparece en todos lados y eso se tiene que contar. Yo lo tengo que contar.

Hay una famosa frase de Gramsci que dice: “La historia enseña, pero no tiene alumnos”. ¿Qué enseña un documental como este? ¿Cómo sería el alumno?

—Yo no creo que enseñe ni que tenga alumnos. Creo que los espectadores se conectan con la película tanto de una manera personal como histórica. No hay una lección, sino una invitación a la propia memoria, a que uno recuerde y que trate de seguir esos recuerdos. En esta película me atrevo a contar qué pasa con una máquina que corta el pasto o qué pasa con unos árboles extraños. Me voy por las ramas, pero estoy en el mismo árbol: cuento qué pasa con nosotros cuando miramos detenidamente.

Jeanine Meerapfel: "El cine que una hace tiene que ver con un contacto humano con los protagonistas"
Jeanine Meerapfel: "El cine que una hace tiene que ver con un contacto humano con los protagonistas"

El documental comienza con las raíces de un ombú. ¿Antes de irse por las ramas hay que mirar de dónde se viene?

—Así es. En realidad, no tenía idea de qué íbamos a hacer con esa toma, pero después estaba muy claro que tenía que comenzar la película. De la misma manera que la última imagen es la de esas telas que cuelgan en el garage. Hay cosas que, cuando las ves, te das cuenta que tienen una fuerza pictórica que va más allá del cuento.

A la vez, tengo la sensación de que para llegar a la narración hubo mucha escritura y reescritura. ¿Cómo buscaba el vínculo entre voz e imagen?

—Ese fue un proceso durante el proceso de montaje. Yo siempre supe que iba a haber mucho texto en la película. Escribí y reescribí mucho. El momento crucial fue en el montaje, cuando cayó la epidemia, y tuvimos que trabajar a través de Zoom como estamos haciendo ahora nosotros. Hablaba con la montajista, veíamos las escenas y le mandaba un texto grabado en el teléfono. No era el texto que iba a quedar, pero íbamos viendo cómo funcionaba. Mi gran ejemplo fue Sans soleil, de Chris Marker, donde él hace un viaje a Japón y durante todo el viaje hay una voz que cuenta las cartas que se escribieron dos amigos. Es una forma de narrar muy interesante que me influenció.

"El momento crucial fue en el montaje, cuando cayó la epidemia, y tuvimos que trabajar a través de Zoom", cuenta Jeanine Meerapfel sobre "Una mujer"
"El momento crucial fue en el montaje, cuando cayó la epidemia, y tuvimos que trabajar a través de Zoom", cuenta Jeanine Meerapfel sobre "Una mujer"

Son muy lindos los encuentros con los nuevos habitantes de las antiguas casas familiares.

—Eso fue interesante: la gente nos abría la puerta. A pesar de que uno pensaría que la gente es más cuidadosa, nos sucedió en casi todos lados. Y hasta hubo una señora en el departamento que fue de mi abuelo en Belgrano, que, con una increíble confianza, me dejó la llave y se fue al doctor. También las historias de esas personas son muy bellas. Cuando te cuentan de dónde vienen o quiénes son, y vos podés contar un cachito de eso, de alguna manera se acoplan y enriquecen tu historia. Eso también es parte del cine que una hace. Es un cine que tiene que ver con un contacto humano con los protagonistas.

* Una mujer se presenta en el Museo Malba (Av. Figueroa Alcorta 3415, Buenos Aires) todos los domingos de marzo a las 18 hs.

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