Echegaray Guevara: "Cuando se habla mucho de un artista es porque se convirtió en una commodity del mercado"

Invitado por el Centro Cultural Europeo, el artista argentino participará de la Bienal de Venecia con sus obras “Global Lie” y “Money Talks”. En esta entrevista con Infobae Cultura, las relaciones de la tecnología y el mercado financiero con el arte, Jeff Koons y las mentiras del sistema

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Alberto Echegaray Guevara y su instalación con dos obras: Global Lie y Money Talks
Alberto Echegaray Guevara y su instalación con dos obras: Global Lie y Money Talks

En el cielo las tonalidades grises chocan augurando lluvia. Piso 13 de 27. A través de un ventanal espejado, en un edificio de oficinas cercano a Retiro a minutos de la city porteña, se distingue no tan a lo lejos un río de ocres convulsos, que parecen querer devorarse a la autopista y la Villa 31. Dándole la espalda a todo este paisaje de contradicciones, dos esferas de cristal, dos obras de arte que representan al dinero, descansan antes de ser embaladas para ser expuestas en la Bienal de Venecia, el encuentro de arte más antiguo del mundo, y allí el artista Alberto Echegaray Guevara, en una sala de conferencias de una empresa de trading financiero, recibe a Infobae Cultura.

Echegaray Guevara es un outsider o un artista en ascenso -por lo menos así lo certificó el premio como Mejor Artista Emergente Global en ArtDubai (2016)- y él no lo pone en duda al confesar que solo tiene "entre 15 y 18 obras realizadas", desde que se volcó a la producción artística hace 5 años.

Pero no es solo un outsider por ser un recién llegado. En su extenso CV no abundan referencias a ferias o galerías, sino que es egresado de la ENA (Ecole Nationale d´administration, de Francia), que obtuvo un Máster en Artes de la Universidad de Georgetown con especialidad en Administración Pública o un Diploma de postgrado en Management de la Escuela de Negocios de Harvard en Boston, por nombrar algunos de sus títulos. Por lo que resulta lógico que sus obras giren alrededor de la economía, en este caso, el dinero, o como prefiere definirlo él, en torno a "temas globales".

Echegaray Guevara
Echegaray Guevara

El nacido en Venezuela, criado en Argentina y residente de EE.UU. es uno de los dos artistas latinoamericanos convocados por el Centro Cultural Europeo -junto al colombiano Federico Uribe- para participar de la edición 58 Exhibición Internacional de Arte de la Bienal de Venecia, en la que presenta una instalación de dos obras Global Lie y Money Talks, curada por Roxana Punta Álvarez, que estará disponible del 11 de mayo al 24 de noviembre. Además, -a pedido de los organizadores- llevará su Pinocho, una escultura de acero de tres metros que fue exhibida durante las reuniones del G20 en Argentina en 2018, y que será expuesta en el exterior del Palazzo Mora, un edificio del siglo XV adyacente al Puente de Rialto en el Gran Canal e, incluso, darán un paseo en barco por los canales de Venecia.

En el interior de una de las esferas de vidrio transparente -de 50cm de diámetro- se aprecia un millón de dólares triturados provistos por la Reserva Federal de Estados Unidos. En la otra hay un sistema de pantallas HD flexibles al estilo Wall Street, en las que puede verse que contiene 250 bitcoins -el equivalente a un millón de dólares- y que está conectada a Internet, por lo que proyecta en vivo cómo afecta el mercado a la criptomoneda. La esfera con bitcoins es la primer obra de arte en el mundo que contiene un activo digital que puede ser extraído, transferido y que puede cambiar de valor en tiempo real.

“Global lie”, la primera obra en el mundo que contiene un activo digital que puede ser extraído, transferido y que puede cambiar de valor en tiempo real
“Global lie”, la primera obra en el mundo que contiene un activo digital que puede ser extraído, transferido y que puede cambiar de valor en tiempo real

Entre las esferas se produce un diálogo, mientras una refleja la muerte de un tipo de sistema financiero, la otra plantea el futuro.

-Sí. Es un poco mostrar el sistema de dinero fiduciario, que es el dinero destruido en papel, versus el dinero del futuro, el digital, las criptomonedas. Lo que propone todo este nuevo sistema, que no solamente tiene un impacto a nivel de estructura financiera, sino que también representan un ahorro global y un impacto social. Si tenemos solamente en cuenta los costos de las remesas en el mundo, esas comisiones andan alrededor de los 675 mil millones de dólares, eso es casi el doble de lo que se invierte hoy en día en desarrollo social en la sumatoria de todos los países más importantes del mundo. El dinero es una creación ficticia, desde el fiduciario al valor intrínseco del oro, son convenciones. Lo que le da valor a las cripto es la confianza que tiene la gente a las bitcoin, que tienen 10 años y recién ahora están empezando a regularse.

Llegás al arte por afuera, luego de todo un desarrollo en otra profesión, ¿qué es lo que te motiva para crear?

El arte que hago tiene que ver con cuestiones globales. El dinero es parte de una mentira global, una construcción humana. El primer sistema que crearon los humanos es el de comercio, el trueque, la moneda de cambio, lo segundo es la religión y lo tercero, los sistemas políticos para ordenar todo esto. De hecho, si ves la Tierra desde lejos no hay países, otra creación más. Y todo esto tiene que ver con mi otra obra, el Pinocho, que tiene este material de reflexión interna y externa porque todo el mundo se puede reflejar, es una especie de espejo. Los temas de mis obras están vinculados: las mentiras globales, las fake news, la manipulación, el dinero mismo, el sistema financiero, la mentira del arte.

En 2016, Echegaray Guevara se convirtió en discípulo del artista vivo más caro del mundo, el estadounidense Jeff Koons, tras recibir el galardón en ArtDubai y desde allí comenzó una relación que se mantiene hasta la actualidad.

“La Bailarina” que estuvo en el Malba en 2016 y Echegaray junto a Koons
“La Bailarina” que estuvo en el Malba en 2016 y Echegaray junto a Koons

"Lo conocí por un premio que me dieron en ArtDubai, luego me reuní en Buenos Aires cuando presentó La bailarina (Ballerina, en el Malba, 2016) y fui también a su estudio en EE.UU. Me sorprendió los materiales que usaba, que también los utiliza otro artista increíbles como Anish Kapoor. El frijol de Chicago, es un icono, la gente se queda horas mirando como se refleja y deforma. A ese material, el acero inoxidable pulido que toma tintes de colores mediante un tratamiento de electrólisis, que es el que utilicé en el Pinocho, llegué gracias a Koons. Solo puede ser adquirido en Inglaterra, en el taller de Kapoor, o en Alemania. La única forma de que te levante el teléfono una acería enorme es mediante una recomendación", cuenta.

En una entrevista con Infoae Cultura, César Paternosto contó su experiencia en la que vio cómo el sistema del arte tuvo grandes cambios desde mediados del siglo pasado sobre todo, con el ingreso definitivo de Nueva York al mercado, lo que generó que las nuevas camadas de artistas estuvieran más interesados por el dinero que por los aspectos disruptivos que caracterizaron a generaciones anteriores y las obras de Koons representan el paroxismo de este circuito.

-Sin dudas. Koons ha caído en un sistema súper competitivo, en la Fórmula 1 del arte, que se ha ido para el otro lado. De hecho, París no aceptó cuando donó sus tulipanes al Louvre. Tiene cosas interesantes, como otras que no lo son tanto.

En ese sentido, muchos artistas se convirtieron más en un producto en sí mismos y a partir de allí sus obras se venden a valores irracionales, ¿cuál es el rol del arte?

-El arte puede reflejar o no un montón de cuestiones del mundo real. Sucede que al entrar el dinero se empieza a poner más complejo, empieza a comoditizarse, se convierte en una especie de acción, entonces el sistema se alínea con esas commodities, donde responden galerías, curadores, ferias. Cuando se habla mucho de un artista determinado es porque se convirtió en una commodity del mercado, compré 10 mil y lo vendo a 100 mil. Algunos artistas se han comoditizado, sus obras. Un ejemplo perfecto es un artista argentino que se pueden ver sus obras por todos lados.

Milo Locket

-Sí, Milo, a quien quiero mucho, ha tenido una carrera en donde en un punto empieza a producir muchas obras solamente para Argentina y si hubiese seguido y presentado lo que hace al mundo hubiese sido diferente.

¿En qué sentido?

-En el sentido que le faltaron ventanas internacionales. Pero qué pasa, el mercado se saturó y se comoditiza el cuadro y al suceder eso vienen los detractores. Lo mismo que le está pasando a Koons, que sigue vendiendo obras por 25 millones sin ningún problema porque apuesta a un mercado mucho más global. Y hay diferentes maduraciones en diferentes mercados, Milo tiene una gran maduración en Argentina, pero ninguna en EEUU, Europa o Asia, pero igualmente todo se puede cambiar.

“Pinocho” también participará de la Bienal de Venecia (Gentileza Echegaray Guevara)
“Pinocho” también participará de la Bienal de Venecia (Gentileza Echegaray Guevara)

¿Hay diferencias entre el mercado del arte y otros sistema económicos?

-Los sistemas son tan complejos como las personas que los conforman, por lo que el sistema del arte es de muchísima complejidad. Hay gente muy exigente, súper vanguardista, donde también hay muchísimo pensamiento, a nivel global. Y hay una parte banal y frívola y en el medio, un montón de actores, que van del artista y el curador pasando por fondos de inversión que entraron al arte, sobretodo, en los últimos 10 ó 20 años. Por eso hay obras de arte, como la de Koons, en 55 millones de dólares.

Desde tu perspectiva, ¿cuál es hoy el espacio del arte digital?

-Hoy los artistas jóvenes se vuelcan al arte digital, porque tiene que ver con la industria que viene, realidad aumentada, virtual, diseño. Se está migrando de lo digital a lo físico y en esa migración el arte tiene mucho que ver, porque hay que darle una estructura. Antes a los artistas les costaba conseguir trabajo y hoy está todo concentrado a través de la tecnología.

¿Cuáles son los exponentes globales de esta tendencia que más te gustan?

-Hay un grupo que se llama Studio Drift, que trabajan mucho con la réplica de la naturaleza a través de la robótica. En Art Basel pusieron 5 mil drones en el aire que replican los pájaros volando. Ahora están en un proyecto con Ai Weiwei para hacer el árbol de la vida con paneles solares. En el sistema de desarrollo de tecnología todo tiene que ver con la naturaleza, la mejor exposición para un panel solar tiene que ver con las hojas de los árboles.

Todavía a cierto sector del público del arte le cuesta aceptar a la tecnología como materia prima, sigue más relacionado a un bien de uso.

-Es que viene innato con las nuevas generaciones. Pero sí, hay mucho miedo con todo esto. Los líderes políticos, religiosos, sindicales, ninguno habla del futuro, no se habla de que acá a unos años el 30% de la población mundial va a perder el trabajo en manos de la tecnología. Y ese miedo es lo que genera, por ejemplo, los chalecos amarillos, gente que se levanta en pos de algo, sin líderes y diferentes ideologías. La tecnología es fría y real, pero en un celular canalizamos gran parte de nuestra vida, que a su vez está centralizado en un sistema de inteligencia artificial que sabe todo sobre vos, qué te gusta leer, lo que hablas con tus padres, qué mirás. En un punto te conoce con mayor profundidad que tu propia madre. Estamos yendo a un sistema dictatorial, todo lo que es reconocimiento facial, el scoring en China, va hacia una pérdida de Derechos Humanos y debemos plantearnos ¿qué vamos a hacer con todo esto? Y por eso es necesario que la gente del arte también saque a la luz toda esta problemática.

Fotos: Lihue Althabe

 

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