En el municipio de Los Santos, en Santander, se registran entre 12 y 20 sismos diariamente, convirtiéndolo en uno de los puntos con mayor actividad sísmica a nivel global.
Este lugar se ubica al sur de Bucaramanga y es parte del cañón del Chicamocha, región que solo es superada por el área del Hindu Kush en Afganistán por su alta frecuencia de actividad sísmica.
Esta frecuencia de temblores ha llevado a que la comunidad de Los Santos desarrolle una peculiar adaptación a la constante actividad telúrica, los habitantes han incorporado medidas de seguridad y protocolos de emergencia en su vida diaria.
De acuerdo con el doctor John Makario Londoño Bonilla, director de Geoamenazas del Servicio Geológico Colombiano (SGC) pese a que Colombia cuenta con amplio equipo para la detección de sismos, predecir estos es algo que no se puede hacer.
“No es posible predecir un sismo por muchas razones, primero porque la Tierra es muy dinámica, segundo porque en todo el planeta hay posibilidades de que tiemble, es muy vasto el territorio en donde puede temblar en cualquier momento, entonces detectar el sitio exacto en donde puede temblar es imposible con las tecnologías que tenemos en este momento, y si así pudiéramos detectarlo, todavía quedarían cosas muy difíciles de predecir”, dijo.
En medio de los constantes movimientos telúricos que se registran en el territorio nacional, los colombianos optan por revisar el Mapa Geológico del país para revisar el panorama con respecto a este tipo de situaciones a diario.
No obstante, desde el Servicio Geológico Colombiano dieron a conocer las funciones específicas de este tipo de recursos que están habilitados para quien desee tener conocimiento frente a ello:
Sobre las 5:44 p. m., el Servicio Geológico Colombiano reportó un movimiento telúrico en Islas de Sotavento. Dicho sismo fue superficial y tuvo una magnitud de 4.1
En respuesta a emergencias y situaciones de riesgo, ciudadanos pueden acceder a un sistema integral de líneas telefónicas especializadas. La línea principal y de acceso inmediato en caso de emergencias es el 123, que sirve como puerta de entrada a una amplia gama de servicios estatales de seguridad y asistencia. Este número único facilita la comunicación con distintas entidades encargadas de proporcionar ayuda y respuestas rápidas ante variadas situaciones de peligro.
El conjunto de números de emergencia está compuesto por el 112 para la Policía Nacional, 127 para la Policía de Tránsito, 144 para la Defensa Civil, 119 para Bomberos, 132 para la Cruz Roja, 125 para el Servicio de Ambulancias, 165 para el grupo Gaula en casos de antisecuestros, y el 111 para atención ante desastres. Este esquema permite una cobertura extensiva en casos de accidentes, secuestros, desastres naturales, entre otros, asegurando una intervención eficiente y a tiempo por parte de las autoridades y organismos correspondientes.
En Colombia, la medición de la intensidad de los sismos se realiza mediante la Escala Macrosísmica Europea (EMS-98). Se establece la intensidad 2 como “apenas sentido” por un número reducido de personas en estado de reposo; mientras que el nivel 3 es descrito como “sentido levemente”, situación que podría provocar el oscilamiento de ciertos objetos.
Consideramos un temblor de intensidad 4 cuando es “sentido ampliamente” por una cantidad considerable de personas dentro de los edificios, y sólo por unas pocas al aire libre (ventanas, puertas). Al alcanzar el nivel 5, “sentido fuertemente”, se observa el movimiento de objetos menores y es posible la aparición de fisuras menores en construcciones o viviendas.
Al hablar de una intensidad tipo 6, estamos ante un “daño leve”, escenario en el que algunos individuos pueden verse afectados en su equilibrio. El nivel 7 corresponde a situaciones de “daño moderado”.
Colombia es uno de los países más propensos a sismos debido a su ubicación en el cinturón de deformación Andino, donde confluyen las placas tectónicas de Nazca, Suramericana y Caribe.
Algunas regiones son particularmente vulnerables por su cercanía a fallas geológicas activas y la interacción entre las placas.
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Entre las zonas con mayor actividad sísmica destaca el Eje Cafetero, atravesado por la falla de Romeral, que ha causado importantes movimientos telúricos, como el terremoto de Armenia de 1999.
El suroccidente del país, incluyendo Nariño y Cauca, es otro punto crítico, ya que allí convergen las placas de Nazca y Suramérica, provocando sismos como el de Popayán en 1983.
La región Caribe también es vulnerable, especialmente cerca del golfo de Urabá y la Sierra Nevada de Santa Marta, donde existen fallas locales que generan sismos de baja y mediana intensidad.
En el centro del país, la falla de Bucaramanga se encuentra en un punto conocido como el “nido sísmico de Bucaramanga”, uno de los más activos del mundo.
Estas zonas, identificadas a través de monitoreos históricos y estudios geológicos, son prioridad para las políticas de prevención y mitigación de riesgos sísmicos en Colombia.
Si desea conocer más información sobre lo que fueron los movimientos telúricos que se registraron en el país durante la mañana del lunes 3 de marzo de 2025, visite este enlace