El gran desafío del agro para 2050: alimentar a 10 mil millones de personas

La población mundial aumenta más que la capacidad de los países de generar alimentos. Encontrar formas de producción más efectivas y a su vez sostenibles parece ser la clave para enfrentar este reto. ¿Qué rol juega la Argentina en ese contexto?

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La actividad agrícola debería crecer un 1,75% anual para alcanzar la demanda de 2050.
La actividad agrícola debería crecer un 1,75% anual para alcanzar la demanda de 2050.

Productividad, agricultores, alimentos, desnutrición, hambre, desperdicio, consumidores, parecen ser las palabras claves que guían la misión de lograr abastecer la demanda de 10 mil millones de personas para el 2050. La pregunta es si llegaremos y si sólo la responsabilidad es de quienes producen o también de los consumidores.

El octavo Reporte anual de Productividad Agrícola GAP (por sus siglas en inglés) del Global Harvest Initiative (GHI), sostiene por cuarto año consecutivo, que el crecimiento de la productividad agrícola mundial no se está acelerando lo suficientemente rápido como para alimentar de manera sostenible al mundo en 2050. El GHI es una voz política del sector privado que brega por el crecimiento de la productividad en toda la cadena de valor agrícola para satisfacer de manera sostenible las demandas de un mundo en crecimiento.

El reporte advierte que "a menos que se revierte esta tendencia, es posible que el mundo no sea capaz de proporcionar de manera sostenible los alimentos, la fibra y los biocombustibles necesarios para una población mundial cada vez más rica y próspera".

Del informe se desprende que la tasa actual de crecimiento es sólo del 1,66%, por lo que la productividad agrícola mundial debería aumentar en un 1,75% anual para satisfacer las demandas de casi 10 mil millones de personas en 2050.

Si miramos nuestro país, los últimos datos informan que la Argentina tiene capacidad para alimentar 400 millones de personas y está habitada por tan sólo 40 millones. Por su parte, el Mercosur aporta el 32% del comercio mundial de alimentos y se calcula que podría llegar a dar respuesta al 50% de la demanda global en un momento donde la población mundial ha tenido claros cambios de hábitos de consumo. En este orden, hace apenas un mes, Ricardo Negri, ex Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca del Ministerio de Agroindustria y actual presidente del Senasa, proyectó que en diez años Argentina va a llegar a producir 185 millones de toneladas de granos (la cosecha 2017 fue de 137 mill/tn) y aumentará en 30% la producción de carne (con un 70% de aporte del sector porcino).

¿Qué implica la productividad agrícola?

Para el GAP, la productividad en la agricultura va más allá de producir más o lograr mayores rendimientos; sino que también se refiere a hacer un mejor uso de los recursos naturales, lo cual reduce los costos para los agricultores, ayudando a tener éxito en el competitivo ciclo económico actual, y suministrar productos alimenticios y agrícolas para los consumidores a precios más bajos. "Si el crecimiento de la productividad agrícola continúa estancado, habrá importantes ramificaciones para la vitalidad económica y la sostenibilidad ambiental de los sistemas alimentarios y agrícolas. La disponibilidad de alimentos asequibles, seguros y nutritivos también se verá menoscabada", destaca el reporte.

Los pequeños productores serían una de las claves para alcanzar estos objetivos de manera sustentable.
Los pequeños productores serían una de las claves para alcanzar estos objetivos de manera sustentable.

En este contexto, un dato que merece especial atención es la tasa de crecimiento de la productividad agrícola para los países de bajos ingresos que sólo es del 1,24% anual, una disminución del 1,5% en 2015 y del 1,31% en 2016. Desde el GHI alertan que está muy por debajo de la tasa de crecimiento de la productividad necesaria para alcanzar el objetivo del Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 (ODS 2), que consiste en duplicar la productividad de los pequeños agricultores en los países de bajos ingresos y alcanzar el Hambre Cero en 2050.

Entre desnutrición y desperdicio

Según las últimas cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el hambre y la desnutrición están volviendo a aumentar, después de una década de descenso constante. Las perspectivas a largo plazo para la seguridad alimentaria se verán aún más socavadas por el bajo crecimiento de la productividad agrícola, especialmente en África y Asia meridional, según el análisis de GHI.

Y aquí, vale la pena reflexionar y tomar conciencia sobre el desperdicio de comida. Un estudio de las Naciones Unidas, informa que con o sin intención, cada argentino desperdicia en promedio un kilo de comida por día. En tanto, en el reporte estiman que para nutrir a la población mundial que alcanzará los 8,6 mil millones de personas en 2030 y cerca de 10 mil millones de personas en 2050, se necesitará producir más alimentos en los próximos 40 años que en los últimos 10.000 años.

Argentina, sexta productora de alimentos

Desde el Ministerio de Agroindustria, consideran que "Argentina cuenta con grandes extensiones y bondades agroecológicas, que le permiten producir una gran oferta de alimentos de lo más diversa, para abastecer tanto a su población como al resto del mundo". Hoy, ocupa el sexto puesto como productor y el onceavo como exportador mundial de alimentos. La producción nacional se destina en un 60% al mercado interno y el 40% restante al comercio internacional. De este último, el 45% de todo lo que se comercializa son alimentos, superando los US$ 25 mil millones, en un rubro que cuenta hoy con más de 400 mil puestos de trabajo directos.

Actores claves: agricultores y consumidores Continuando con el GAP, Margaret Zeigler, directora ejecutiva de GHI, subrayó: "Si el crecimiento de la productividad agrícola continúa disminuyendo, habrá importantes ramificaciones para la vitalidad económica y la sostenibilidad ambiental de los sistemas alimentarios y agrícolas". Cabe aclarar que esto, no sólo repercute en la seguridad alimentaria, sino también en la sostenibilidad del ambiente. Los agricultores de países de bajos ingresos y con déficit de alimentos usarán más tierra y agua para aumentar su producción, forzando una base de recursos naturales que ya están amenazados por eventos climáticos extremos y el cambio climático.

El GHI pone en el centro de la escena a los agricultores y considera que son una fuerza clave detrás del crecimiento de la productividad agrícola en los últimos 30 años, pero que enfrentan desafíos considerables: mercados agrícolas volátiles y la demanda cambiante de los consumidores, los fenómenos meteorológicos extremos que devastan sus cultivos y ganado y el conflicto que desarraiga sus granjas y comunidades.

Se necesitarán producir más alimentos en los próximos 40 años que en los últimos 10.000.
Se necesitarán producir más alimentos en los próximos 40 años que en los últimos 10.000.

Para Doyle Karr, director de Políticas Públicas de Biotecnología de una reconocida empresa y presidente de la Junta Directiva de GHI. Directores, "Debemos priorizar la investigación y desarrollo (I + D) público y privado y las mejoras a los sistemas regulatorios para estimular innovaciones que mejoren la productividad y reduzcan los costos para los agricultores". Al mismo tiempo sostuvo que "los agricultores y los consumidores comparten los mismos objetivos, pero a menudo existe una brecha de información entre ellos".