Comerciantes y tenderos iraníes protagonizaron un segundo día de protestas el lunes después de que la moneda del país se desplomara a un nuevo mínimo histórico frente al dólar estadounidense, intensificando la presión sobre una economía ya golpeada por sanciones internacionales y una inflación galopante.
Videos en redes sociales mostraron a cientos de personas participando en manifestaciones en la calle Saadi, en el centro de Teherán, así como en el barrio de Shush, cerca del Gran Bazar de la capital, que desempeñó un papel crucial en la Revolución Islámica de 1979 que derrocó la monarquía y llevó a los islamistas al poder.


Testigos dijeron a The Associated Press que los comerciantes cerraron sus tiendas e instaron a otros a hacer lo mismo. La agencia semioficial ILNA informó que muchos negocios y comerciantes dejaron de operar, aunque algunos mantuvieron sus establecimientos abiertos.
No hubo reportes de redadas policiales, aunque la seguridad era estricta en las protestas, según testigos.

Las imágenes publicadas en redes sociales muestran que los manifestantes corearon lemas como “Cierren, cierren”, instando a los negocios que abrieron en la mañana a sumarse al movimiento de protesta. “No teman, no teman, estamos todos juntos”, gritaron los participantes en la huelga.
El domingo, las concentraciones de protesta se limitaron a dos grandes mercados de telefonía móvil en el centro de Teherán, los centros comerciales Alaeddin y Charsu, donde los manifestantes corearon consignas antigubernamentales.
El rial iraní se desplomó el domingo a 1,42 millones por dólar, aunque el lunes se negociaba a 1,38 millones de riales por dólar. Hace apenas un mes, el precio del dólar era de 1,14 millones de riales.
Según videos divulgados en redes sociales, los manifestantes consideran que, con la depreciación diaria de la moneda iraní, no les conviene vender sus artículos, ya que reponerlos les costaría más.
La rápida depreciación está agravando la presión inflacionaria, elevando los precios de alimentos y otras necesidades diarias y tensionando aún más los presupuestos familiares, una tendencia que podría empeorar por un cambio en el precio de la gasolina introducido en días recientes.

Según el centro de estadísticas estatal, la tasa de inflación en diciembre subió a 42,2% respecto al mismo período del año pasado, y es 1,8% mayor que en noviembre. Los precios de los alimentos aumentaron un 72% y los artículos de salud y médicos subieron un 50% respecto a diciembre del año pasado, según el centro de estadísticas. Muchos críticos ven esta tasa como una señal de una hiperinflación inminente.
A lo largo de 2025, la moneda iraní se ha devaluado un 39% frente al dólar, reduciendo drásticamente el poder adquisitivo de la población.
Informes en medios oficiales iraníes indicaron que los planes del gobierno de aumentar los impuestos en el año nuevo iraní, que comienza el 21 de marzo, han causado mayor preocupación.

La moneda de Irán se cotizaba a 32.000 riales por dólar en el momento del acuerdo nuclear de 2015 que levantó las sanciones internacionales a cambio de controles estrictos sobre el programa nuclear de Irán. Ese acuerdo se desmoronó después de que el presidente estadounidense Donald Trump retirara unilateralmente a Estados Unidos en 2018.
También existe incertidumbre sobre el riesgo de un conflicto renovado tras la guerra de 12 días en junio que involucró a Irán e Israel. Muchos iraníes también temen la posibilidad de una confrontación más amplia que podría involucrar a Estados Unidos, añadiendo ansiedad al mercado.
En septiembre, las Naciones Unidas reimpusieron sanciones relacionadas con el programa nuclear de Irán a través de lo que los diplomáticos describieron como el mecanismo de “snapback”. Esas medidas congelaron nuevamente activos iraníes en el extranjero, detuvieron transacciones de armas con Teherán e impusieron sanciones vinculadas al programa de misiles balísticos de Irán.
