
El planeta tiene muchas capas que los científicos están analizando de a una. Esta vez un grupo de investigadores se ha centrado en la que se abre debajo de la corteza volcánica submarina, que está repleta de vida aún desconocida.
La fauna que se ha instalado en las profundidades de los océanos es fascinante y llena de misterios aún por dilucidar.
Recientemente, un equipo interdisciplinario e internacional de especialistas anunció un nuevo ecosistema asombroso luego de un descubrimiento dentro de cuevas volcánicas en América Central. El buque de investigación Falkor del Schmidt Ocean Institute (SOI) tardó 30 días en completar su expedición y trajo luz sobre uno de los mayores descubrimientos en 46 años de estudio de los respiraderos hidrotermales.

En East Pacific Rise, un robot submarino pudo voltear secciones de la corteza volcánica para revelar un ecosistema nuevo para la ciencia repleto de gusanos, caracoles y bacterias quimiosintéticas que aparentemente prosperan a pesar de vivir a 25°C bajo el agua. Este nuevo escenario cambia la forma en que los estudiosos ven los respiraderos hidrotermales, agregando una dimensión completamente nueva a los ecosistemas que existen tanto en su superficie como debajo.
“En tierra, hace tiempo que sabemos de animales que viven en cuevas subterráneas, y en el océano de otros que lo hacen en arena y lodo, pero por primera vez, los científicos han mirado debajo de los respiraderos hidrotermales —explicó el Director Ejecutivo de SOI, Jyotika Virmani—. Este descubrimiento verdaderamente notable de un nuevo ecosistema, escondido debajo de otro ecosistema, proporciona nueva evidencia de que existe vida en lugares increíbles”.

Buscando bajo las piedras
Esta es la primera vez que se encuentra vida debajo de los respiraderos hidrotermales, que son manantiales volcánicos calientes que se encuentran distribuidos a lo largo del lecho marino.
El equipo también encontró evidencia de que las especies de la superficie, como los gusanos tubulares, pueden viajar por debajo de ella usando fluido de ventilación, lo que les permite expandir su rango de circulación. Pueden aparecer nuevos respiraderos hidrotermales cuando la actividad tectónica hace que las placas de la corteza terrestre se muevan y se agrieten. Estas hendiduras se llenan de agua de mar que se calienta con el magma y hace que vuelva a integrar el lecho marino.
“Durante mucho tiempo hemos entendido cómo aparecen los nuevos respiraderos hidrotermales —dojo Virmani—, pero lo que no comprendíamos en toda su dimensión era cómo los ecosistemas que viven en ellos emergen tan rápidamente. Uno de los animales fundamentales de estos ecosistemas es el gusano tubular, pero rara vez hemos encontrado a sus crías en las superficies de los respiraderos hidrotermales”.

Este nuevo y fundamental descubrimiento sobre cómo estos gusanos pueden viajar por debajo de la superficie de los respiraderos hidrotermales explica de alguna manera cómo colonizan nuevos hábitats. Los científicos pudieron llegar a sus conclusiones con la ayuda del robot submarino llamado ROV SuBastian, que pegó cajas sobre grietas en la corteza terrestre y pudo recolectar algunos de los animales que viven debajo de la superficie.
“Nuestra comprensión de la vida animal en los respiraderos hidrotermales de aguas profundas se ha ampliado enormemente con este descubrimiento —informó la líder de la expedición Monika Bright, de la Universidad de Viena—. Existen dos hábitats de respiraderos dinámicos. Los animales allí, por encima y por debajo de la superficie, prosperan juntos al unísono, dependiendo del fluido de abajo y el oxígeno en el agua de mar desde arriba”.

El descubrimiento de un nuevo ecosistema siempre es emocionante, pero también representa una nueva consideración en el debate en curso sobre la seguridad de la minería en aguas profundas. Algunos argumentan que el fondo del mar es el camino de menor destrucción cuando se trata de extraer del planeta los metales necesarios para abastecer la revolución de las baterías verdes, pero otros advierten que hay un largo camino por recorrer antes de que se puedan establecer los posibles daños de excavar en el mar profundo.
“Los descubrimientos realizados en cada expedición del Schmidt Ocean Institute refuerzan la urgencia de explorar completamente nuestro océano para que sepamos qué existe en las profundidades del mar —sostuvo Wendy Schmidt, presidenta y cofundadora del Schmidt Ocean Institute—. El descubrimiento de nuevas criaturas, paisajes, y ahora, un ecosistema completamente nuevo subraya cuánto nos queda por descubrir sobre nuestro océano, y cuán importante es proteger lo que aún no sabemos o entendemos”, concluyó.
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