
Un estudio del hospital israelí Sheba, difundido este viernes y publicado en la revista científica The Lancet, mostró que la primera dosis de la vacuna producida por Pfizer disminuyó en un 75% las infecciones de coronavirus al menos dos semanas después de su administración.
El estudio es uno de los primeros en el mundo que analiza la eficacia de la primera dosis de la vacuna de Pfizer, que fue medida en base a una muestra de poco más de 7.000 trabajadores del centro médico en el que se realizó.
Los resultados mostraron una baja eficacia de la primera dosis en las primeras dos semanas desde su administración pero una alta eficacia pasados los primeros 14 días.
Además de identificar una disminución del 75% en la cantidad de personas que contrajeron coronavirus, el estudio mostró también una reducción del 85% en la cantidad de personas que evidenciaron síntomas de COVID-19.
Según el estudio, estos datos permiten concluir que es posible demorar la administración de la segunda dosis en países con escasez de vacunas, de manera que más personas puedan ser inoculadas.

Sin embargo, sus autores enfatizaron que es necesario realizar más pruebas, sobre todo enfocadas en la duración del efecto de una única dosis, antes de decidir si una política de una sola dosis es recomendable.
“Lo que nosotros mostramos es que se puede conseguir un nivel significativo de vacunación incluso con una única dosis”, explicó a la agencia de noticias EFE Arnon Afek, director del hospital Sheba y uno de los autores del estudio.
“Países que necesitan vacunar a grandes cantidades de población y no tienen la capacidad logística para administrar tantas vacunas al mismo tiempo, como el Reino Unido, decidieron empezar con una única dosis y posponer la segunda hasta que un mayor porcentaje de la población esté vacunado”, agregó, indicando que este estudio brinda evidencia científica en apoyo a esa decisión.
En cuanto a la muestra utilizada para esta investigación, Afek admitió que si bien la cantidad de gente no es particularmente elevada, los sujetos estudiados fueron monitoreados de forma constante y minuciosa, algo que fue posible dado que todos trabajan en el hospital, donde fueron presentando informes diarios sobre su estado de salud.
(Con información de EFE)
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