León XIV celebra mañana el 'Te Deum', en acción de gracias por 2025, y comenzará 2026 rezando por la paz

La celebración de la clausura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro será el 6 de enero y marcará el final del Jubileo que inició el Papa Francisco, bajo el lema “Peregrinos de la Esperanza”. Según informó el medio fuente, la jornada consistirá en una eucaristía por la solemnidad de la Epifanía del Señor a las 9:30 horas, seguida del cierre simbólico de la Puerta Santa, un gesto central para el calendario litúrgico católico y el ciclo jubilar iniciado el año anterior.

El Papa León XIV retoma la tradición de encabezar el 31 de diciembre una audiencia general y, posteriormente, liderar las vísperas y la entonación del 'Te Deum', un himno de acción de gracias, programadas para las 17:00 horas, según consignó el medio fuente. Esta actividad marca el cierre litúrgico del año y prepara el ambiente para las celebraciones de inicio de ciclo. Al día siguiente, 1 de enero, fecha de la Solemnidad de María Santísima, Madre de Dios y jornada en que la Iglesia celebra la Jornada Mundial de la Paz, el Pontífice celebrará una misa a las 10:00 horas y presidirá el rezo del Ángelus al mediodía, conforme detalló el medio fuente.

El mensaje central de León XIV para esta 59° Jornada Mundial de la Paz hace un llamado a abrazar “una paz desarmada y desarmante” y convoca tanto a la ciudadanía como a los gobernantes a construir colectivamente “un futuro humano y pacífico”. De acuerdo con lo anticipado por el Dicasterio del Vaticano para el Servicio del Desarrollo Humano Integral en agosto pasado, el lema de este año es “La paz sea con todos ustedes: hacia una paz desarmada y desarmante”. El Pontífice invita a dejar de lado la lógica de la violencia y de la guerra, buscando una forma de paz auténtica que tenga como cimientos el amor y la justicia.

En el mensaje que el Papa ofrecerá durante la primera misa del año, se resalta que la paz “debe ser desarmada, es decir, no fundada en el miedo, las amenazas ni los armamentos; y desarmante, porque es capaz de resolver conflictos, abrir corazones y generar confianza, empatía y esperanza”. Siguiendo la información del medio fuente, León XIV puntualiza que no es suficiente invocar la paz, sino que debe convertirse en una práctica visible y cotidiana, adoptando un modo de vida que descarte la violencia en cualquiera de sus formas, incluidas aquellas que se ocultan en las estructuras sociales.

Las celebraciones previstas forman parte de una agenda intensa para el líder de la Iglesia Católica en el tránsito entre 2025 y 2026. El 24 de diciembre del año anterior, el Papa Francisco abría la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, marcando oficialmente el inicio del año jubilar. El acto fue seguido por miles de fieles dentro y fuera del Vaticano, con más de 6.000 presentes en el interior y alrededor de 20.000 en el exterior, quienes siguieron la ceremonia por medio de pantallas gigantes, como puntualizó la cobertura del medio fuente.

Durante esa apertura, Francisco utilizó una silla de ruedas por problemas en la rodilla y llevó a cabo el rito tradicional de golpear la puerta de bronce, deteniéndose previamente para una oración en silencio. En aquella ocasión, el Pontífice instó a una renovación espiritual que condujera a transformar el mundo en un “mundo jubilar”. Pronunció palabras dirigidas a los presentes y a la comunidad internacional: “Que llegue a serlo para nuestra madre tierra, desfigurada por la lógica del beneficio; que llegue a serlo para los países más pobres, abrumados por deudas injustas; que llegue a serlo para todos aquellos que son prisioneros de viejas y nuevas esclavitudes”.

El ciclo jubilar representa un periodo de especial significado para los católicos, caracterizado por la peregrinación, la oración, la búsqueda de la reconciliación, el perdón y el compromiso con la justicia. La agenda litúrgica planteada por el Papa León XIV articula estos valores fundamentales, reiterando el pedido de rechazo a la “lógica de la violencia y la guerra” y la promoción de una convivencia basada en la compasión.

Según publicó el medio fuente, los eventos que tendrán lugar en el Vaticano desde el 31 de diciembre hasta la clausura del jubileo, integran mensajes pastorales que subrayan la necesidad de una transformación social fomentada desde la espiritualidad y la acción concreta. La exhortación del Papa apunta a que la paz, además de ser aspiración y plegaria, se traduzca en comportamientos y decisiones diarias que encaminen a las sociedades hacia una convivencia menos conflictiva y más solidaria.

La ceremonia de cierre de la Puerta Santa constituirá el acto final del jubileo, dando por concluido un ciclo iniciado por la apertura de este emblemático acceso, asociado tradicionalmente con el perdón y la reconciliación. De acuerdo con lo anterior, tanto la jornada de acción de gracias que se realizará en diciembre, como la misa por la Jornada Mundial de la Paz y la clausura del jubileo, refuerzan el llamado a una actualización de los compromisos individuales y colectivos para la construcción de un mundo menos dividido.

El itinerario del Papa en este periodo festivo se inscribe así en un proyecto de mediano plazo impulsado desde el Vaticano para proyectar principios sociales y éticos a nivel global, a través de la oración, la reflexión conjunta y la acción comunitaria. Las llamadas del Pontífice, en el marco de estas fechas y ritos, buscan traspasar lo religioso y resonar en amplios segmentos de la humanidad, que afrontan desafíos vinculados a la violencia, la desigualdad y la falta de entendimiento entre pueblos, según el enfoque transmitido desde el Vaticano en varias de sus comunicaciones.

De esta manera, el Vaticano cierra un ciclo litúrgico con convocatorias multitudinarias y mensajes que abogan por la paz, la solidaridad y la reconciliación, encapsulando en estos actos centrales el sentido de la esperanza y el compromiso proclamados en el Jubileo de la Iglesia Católica.