Cómo prolongar el azul de las hortensias

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ARCHIVO - Las hortensias toman su color azul por ser portadoras del pigmento delfinidina, pero necesitan un pH del suelo por debajo de 4,5 para mantener esa tonalidad. Foto: Andrea Warnecke/dpa
ARCHIVO - Las hortensias toman su color azul por ser portadoras del pigmento delfinidina, pero necesitan un pH del suelo por debajo de 4,5 para mantener esa tonalidad. Foto: Andrea Warnecke/dpa

Las flores azules de las hortensias son preciosas, pero también efímeras, porque dependen del pH (grado de alcalinidad) del suelo. ¿Existe algún truco para prolongar su color?

El cambio de color de las flores se debe a la absorción de iones de aluminio. Si el suelo contiene este elemento, las flores de las hortensias que en realidad son rosas o rojas se vuelven azules. Si el suelo no contiene iones de aluminio, el azul vuelve a convertirse en rosa.

La planta puede absorber los iones de aluminio a través de las raíces únicamente si estos se encuentran libres en el sustrato, lo que sucede si el pH está por debajo de 4,5. Si la reacción del suelo está por encima de esos valores, los iones están vinculados a otros elementos.

Esto implica que uno puede determinar o influir en los colores interviniendo en la composición de la tierra. Pero atención: este fenómeno solo se da en las hortensias rosas. Las otras conservan su color, si bien todas prefieren los suelos ligeramente ácidos.

La iniciativa Magial Hydrangea, una asociación de cultivadores europeos de hortensias, recomienda regar las hortensias azules con agua de lluvia, en lugar de con agua del grifo, porque el agua de lluvia no contiene cal.

Dado que las hortensias necesitan bastante agua de lluvia y esta no siempre está disponible en grandes cantidades, también se puede aportar al suelo algo de sulfato de aluminio o sulfato de aluminio y potasio, que se consigue en las tiendas especializadas. También los fertilizantes diseñados para hortensias contienen los nutrientes necesarios.

Los expertos recomiendan sumar estos añadidos en otoño. Lo importante es que el sulfato no caiga de manera directa sobre las hojas o las flores al regar.

Si este procedimiento no da resultados, se puede agregar turba ligeramente ácida y eventualmente arenosa, con un pH de entre 4 y 4,5, alrededor de la planta. Esto aportará mayor acidez al suelo.

dpa