Maneiro, el monopolio chavista para controlar el papel prensa en Venezuela

La fábrica, que depende del presidente Nicolás Maduro, se convirtió en tiempo récord en el único proveedor de casi todos los periódicos impresos venezolanos. Denuncian acoso a la libertad de expresión

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El complejo, ubicado en la zona de Catia, en Caracas, fue constituido por Maduro para imprimir periódicos, revistas y libros con sello oficial, pero en los últimos siete meses ha adoptado una nueva función: la importación para la venta de papel prensa.

La institución estatal se convirtió prácticamente en el único proveedor de ese insumo clave para 99 diarios -se calcula que hay poco más de un centenar en el país-, con lo cual asumió una posición de predominio que preocupa a analistas y activistas de derechos humanos.

En este sentido Carlos Correa, director de la ONG Espacio Público, considera que está en marcha un proceso de concentración que apunta al surgimiento de un monopolio por parte del chavismo, que ya dio suficientes muestras de no ser un actor neutral en las coberturas informativas y las opiniones que le son críticas.


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"Por la vía de las entregas de papel se crean restricciones indirectas a la libertad de expresión, y se somete a los editores a una situación perversa de dependencia que puede impactar en las líneas editoriales de los diarios", asegura Correa.

La rápida consolidación del Complejo Editorial Alfredo Maneiro como gran vendedor de papel es la nueva etapa de un proceso igualmente veloz de casi dos años en el que editores y periodistas han presenciado, entre otras cosas, la desaparición temporal o definitiva de productos, la reducción en la cantidad de páginas de sus medios y la baja de circulación en vista de las dificultades para acceder a la materia prima.

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Preocupantes cifras

Un reporte del Instituto Prensa y Sociedad Venezuela (IPYS) menciona que hubo 34 diarios y revistas que entre agosto de 2013 y septiembre de 2014 reportaron problemas de disponibilidad del insumo. Y entre ellos hay 10 que dejaron de ser publicados definitiva o temporalmente.

"No nos abren ni las puertas, y esto a pesar de que la gerencia del periódico ha sido insistente con ellos. Hemos enviado cartas y hemos tratado de ir allá, pero no ha habido forma", asegura Miguel Henrique Otero, presidente-editor del periódico El Nacional.

"Ellos aplican discrecionalmente la venta de papel según los intereses políticos del Gobierno, y de acuerdo con el esquema de la hegemonía comunicacional. No hay manera de que el Complejo Editorial Alfredo Maneiro se transforme en una institución independiente para venderle papel a las empresas y medios que necesitan de ese producto", añade Otero.

Los periódicos adquirían el material a proveedores privados nacionales o internacionales, y en la más reciente lista de Cencoex (Centro Nacional de Comercio exterior, ex Cadivi) se pueden identificar, como mínimo, 18 diarios a los cuales les entregaron 394 millones de dólares entre 2004 y 2012.

El acceso a las divisas se dificultó a partir de ese momento: los datos del Instituto Nacional de Estadística confirman que en 2013 las importaciones de papel prensa fueron de poco más de 92.000 toneladas, uno de los niveles más bajos en la década durante la cual el país adquirió un promedio de 120.000 toneladas anuales.

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Graves denuncias

David Natera, presidente del Bloque de Prensa de Venezuela, que agrupa a 34 diarios, afirma que el Gobierno creó un estado de dependencia a través del cerco de los mecanismos cambiarios: "Dejó como única alternativa acudir al complejo, y eso ha fortalecido su intención de monopolizar el sector".

A su vez Marianela Balbi, directora ejecutiva del IPYS, asegura que la existencia de un solo vendedor de papel para los medios impresos no sólo representa una perturbación para el libre flujo de información. "Se supone que estamos en una economía abierta, y que las empresas deberían tener todas las condiciones para desarrollar sus modelos de negocios", señaló la mujer.

Marco Ruiz, presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa de Venezuela (SNTP), coincide en la opinión: "Hemos denunciado la existencia del complejo como único medio para acceder al papel. Y si bien la Constitución prohíbe el monopolio, ésta ha sido la única respuesta del Gobierno ante casi dos años de protestas de trabajadores y empresarios de medios impresos, en lugar de reactivar la adjudicación a través del Cencoex".

Los activistas consultados también plantean el contraste de las dificultades que viven medios privados con el panorama de los periódicos públicos, muchos de los cuales se imprimen precisamente en el Complejo Editorial Alfredo Maneiro. "Se ha saturado el mercado con ellos, que son gratuitos o se venden a precios muy bajos", señala Correa.

Para muchos como él, estos diarios impresos actúan como una

extensión de las estrategias de comunicación y propaganda del partido oficial

y no como auténticos medios de interés público. "Y

se financian con el dinero que es de todos",

concluye Balbi.