El mausoleo de Néstor Kirchner por dentro

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 Juan Cruz Sanz 162
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 EFE 162
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"Cuando sea grande quiero ser presidente", dice un inocente Néstor Kirchner, con 9 años, desde una fotografía en blanco y negro que ahora es uno de los pocos detalles que decoran el mausoleo del ex presidente argentino.

El complejo que alberga el mausoleo se encuentra en la parte trasera del cementerio de Río Gallegos. Una pesada puerta metálica conduce hacia la derecha a una puerta de vidrio blindado, que lleva al recinto donde descansan los restos de Kirchner.

De frente a la puerta metálica de ingreso se accede a una escalera en forma de caracol que conduce a la primera planta.

Desde allí, y mirando hacia abajo a través de una estructura de vidrio circular, se puede observar el féretro del ex jefe de Estado, ubicado centralmente en la planta baja, cubierto con una bandera argentina.

Sobre el cajón hay también una camiseta del Racing, el club de fútbol del que Kirchner era fanático, un rosario, una flor y los pañuelos blancos de las Madres y de las Abuelas de Plaza de Mayo.

Por detrás del féretro se alza una gigantesca cruz de madera y a un costado fue dispuesto el cajón que contiene los restos del padre del ex gobernante y primer secretario general de la Unasur.

Desde el piso superior se puede ver, además, en la planta baja, en un rincón, dos sillones y una pequeña mesa.

El edificio, cuya construcción demandó diez meses, es, por dentro y por fuera, una mole gris de concreto, piedra volcánica, pizarra, lajas y mármol de trece metros de largo, unos quince de frente y once de alto.

Es una construcción de líneas cortantes y puras, con algunas aberturas perpendiculares en las paredes que permiten el ingreso de la luz natural.

En el techo, en la parte central, hay un vitreaux con el logotipo oficial del Bicentenario de Argentina en colores celestes y amarillos, que en horas del mediodía refleja sus tonos sobre el féretro.

La sobriedad del recinto sólo se rompe con tres retratos de quien gobernara el país entre 2003 y 2007.

La fotografía de su niñez, en blanco y negro, y que contiene su deseo de ser presidente cuando sea grande a la manera de un mensaje para compartir en Facebook, está ubicado en la planta superior, donde también hay una fotografía de Kirchner, en colores, con su pulgar en alto.

El tercer retrato está en la planta baja, una pintura del rostro del ex presidente en tonos ocres.

Por fuera, el complejo, de 650 metros cuadrados se completa con un mástil gigante con una bandera argentina que flamea con el habitual viento patagónico y dos llamas votivas.

También hay una estructura triangular que representa la forma del territorio argentino y una fuente rectangular.