California comenzó el camino para elegir al sucesor de Arnold Schwarzenegger

El estado celebra hoy las elecciones primarias con la atención centrada en el pulso entre los candidatos republicanos para suceder al actual gobernador. También se realizan comicios en otros once distritos

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Tan solo entre la ex directiva de Ebay Meg Whitman y su contrincante Steve Poizner, que disputan el apoyo de los votantes conservadores, se generó un gasto de campaña electoral superior a los 100 millones de dólares, la mayoría proveniente de los bolsillos de los propios postulantes.

En la carrera por un asiento en el Senado de EE.UU., la republicana Carly Fiorina, ex ejecutiva de Hewlett-Packard, puso sobre la mesa 5,5 millones de dólares con el fin de hacerse oír.

Unas cantidades que resultan especialmente abrumadoras en un estado que apenas puede pagar las nóminas de sus empleados públicos y arrastra un déficit fiscal que ha llevado a tomar medidas tan drásticas como recortar las penas de presos con delitos menores para reducir costes.

Las encuestas, sin embargo, dieron la razón al dinero y situaron como favoritos a los candidatos que más invirtieron en su promoción, Fiorina y Whitman, esta última puso a disposición de su campaña más de 80 millones de dólares.

El sondeo publicado el pasado domingo realizado por la Universidad del Sur de California (USC) y el diario Los Angeles Times dio una ventaja de 24 puntos a Whitman sobre Poizner, mientras que Fiorina se impuso sobre Tom Campbell por 15 puntos y con mayor ventaja Chuck DeVore, favorito de la derecha emergente del "Tea Party".

En caso de conseguir el respaldo de los electores republicanos, Whitman se convertiría en la primera mujer en ser nominada por el partido conservador para un cargo de gobernador en los EEUU, un debut político para la ex directiva de Silicon Valley que, según la prensa local, aspira a poner su pie en Washington para las presidenciales de 2012.

Respaldos no le faltan. En su carrera para suceder a Schwarzenegger, que no puede ser reelegido tras cumplir el máximo de dos legislaturas al frente del Ejecutivo, Whitman atesoró el apoyo del senador John McCain, el ex vicepresidente de EE.UU. Dick Cheney y los ex secretarios de Estado Condoleezza Rice y George P. Shultz.

Mucho más tranquilas están las cosas en bando demócrata, donde el veterano Jerry Brown, actualmente fiscal general de California, carece de rivales de peso que puedan interponerse en su camino a disputar el cargo de gobernador en las elecciones generales del 2 de noviembre.

Lo mismo ocurre en la campaña demócrata por el puesto de senador en liza, en la que Bárbara Boxer, que fue respaldada por Barack Obama en su última visita a California, volverá con seguridad a optar al cargo que ocupa desde 1993.

Aunque aún quedan meses para la cita con las urnas de la que saldrá el nombre de quien reemplazará a Schwarzenegger al frente de California, las estimaciones de voto iniciales dieron una ligera ventaja a Brown, de 72 años y que fue gobernador del estado tras Ronald Reagan (1975-1983), sobre Whitman.

En sus últimos mítines, la republicana comenzó ya a mirar más allá de las primarias en un adelanto de lo que podría ser su estrategia para desacreditar a Jerry Brown.

"Fue ya gobernador hace 35 años y no fue una gran legislatura", dijo Whitman, para acto seguido asegurar que si ganase Brown los votantes "no reconocerían California, los impuestos subirían, las empresas se seguirían marchando".

"Tenemos que cerciorarnos de que eso no pase", dijo Whitman.

Según los analistas, la falta de competencia entre los demócratas y la asumida victoria de Whitman entre los republicanos ha restado interés en la cita con las urnas de hoy.

La compañía de estudios de opinión The Field Poll anticipó un récord de baja participación, ya que solo un tercio de los 17 millones de votantes registrados acudirán a ejercer ese derecho.

Además de California, Iowa, Maine, Arizona, Montana, Nueva Jersey, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Virginia, Arkansas, Carolina del Sur y Nevada celebran hoy también elecciones primarias.

En todo el país parecen ganar adeptos los candidatos del movimiento "Tea Party", que desde una perspectiva muy conservadora, pregonan el cambio del actual sistema y la devolución del poder al pueblo.

El empuje de este movimiento y el creciente rechazo a los candidatos "de toda la vida" podrían dar lugar a un mapa político muy diferente en el próximo Congreso de EE.UU.