Así fue el final de "Morir de amor", la novela protagonizada por Griselda Siciliani

El final encuentra a Helena Castells, el personaje principal, tratando de escapar de Juan Deseado Molina, un asesino serial de mujeres que padecen enfermedades terminales

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El último capítulo de la novela de Telefe comienza con Helena Castells (Griselda Siciliani) tratando de escapar de Juan Deseado Molina (Esteban Bigliardi), un asesino de mujeres que padecen enfermedades terminales.

El personaje de Siciliani sale de la chacra de La Pampa donde se encuentran y se refugia en un bosque cercano, pero Molina la encuentra, le quita el arma que tenía y la lleva consigo nuevamente.

Ella se queda desvanecida y despierta nuevamente en la chacra pampeana, donde él le da una inyección al tiempo que le dice "acá estoy mi amor, a tiempo para irnos juntos" y "estamos yendo a las entrañas de la tierra".

Luego, la acuesta en un sillón, le pone un vestido de novia y la lleva hacia un lugar muy alto al que se accede a través de largas escaleras.

En ese instante le pregunta "¿no es un buen lugar para el final?", y luego le dice "pero no me contestaste, ¿por qué crees que estás enferma?, a lo que ella le responde "y vos por qué crees que estás enfermo?".

"Yo estoy enfermo de amor", le dice el asesino, quien está a punto de arrojarla al vacío cuando ella le propone tener un hijo juntos. "Quería proponerte que tengamos un hijo, por eso congelé óvulos", afirma, tratando de ganar tiempo.

Es ahí cuando Molina le dice "Rocío, sos vos mi amor, pensé que te habías muerto, sos mía", y luego de darle un beso ella lo toma del cuello y lo arroja al vacío.

"Yo no soy de nadie", sentencia, mientras se ve el cadáver de Molina en el piso y la policía llegando al lugar.

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