Extorsionaban a un empresario en Rosario y la Policía detuvo a la hija de su empleada doméstica

La víctima recibía amenazas a través de mensajes y llamadas. Los delincuentes le exigían dinero a cambio de protección

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Del operativo participó la Policía de Investigaciones (Télam)
Del operativo participó la Policía de Investigaciones (Télam)

Un empresario recibía constantes mensajes extorsivos en Rosario y, tras una investigación, la Justicia señaló como principal sospechosa a la hija de su empleada doméstica, que quedó detenida.

La causa comenzó a fines de febrero, cuando el joven empresario que vive en el barrio de Fisherton, al noroeste de Rosario, advirtió a las autoridades que recibía mensajes y llamadas extorsivas mediante las cuales le exigían dinero a cambio de protección. Decían que no lo lastimarían ni a él, ni a su familia.

De acuerdo con la información a la que pudo acceder el medio Rosario3, tras una breve investigación, la Justicia logró dar con Sofía C., de 23 años, quien resultó ser la hija de una mujer que trabajaba como empleada doméstica en la casa de la víctima.

Así, por orden del fiscal Federico Rébola, a cargo de la investigación, agentes de la Policía de Investigaciones allanaron el domicilio en el que residía la acusada, ubicado en la calle Maradona al 1200 bis, barrio de Stella Maris. Durante el procedimiento, detuvieron a la sospechosa que fue puesta a disposición de la Justicia. Además, secuestraron teléfonos celulares que se investigan si fueron utilizados para realizar las amenazas.

Esta es una modalidad habitual en la provincia de Santa Fe, que se combina con la escalada de temor y violencia que asolan a la ciudad de Rosario desde hace meses.

De hecho, hace poco más de un mes un convicto narco, identificado como Walter “Negro” Rivero, fue detenido por estar acusado de extorsionar a un empresario bolichero de la región. Con él, cayeron otros miembros de la banda: se trata de Matías A. (28) y Gisele “Flaca Buji” Z. (35). Hasta el momento, las autoridades no informaron sobre la existencia de algún tipo de vinculación entre este caso y el del empresario del barrio de Fisherton.

La zona en la que realizaron el allanamiento
La zona en la que realizaron el allanamiento

En esta oportunidad, los mensajes amenazantes comenzaron a llegar a mediados de enero, pero la modalidad era la misma: exigían dinero a cambio de protección. La primera advertencia se registró el 11 de enero, cuando Matías A. se comunicó mediante una llamada de WhatsApp con la víctima y le pidió 5 millones de pesos. En caso de que no cediera ante sus presiones, su domicilio sería baleado. Incluso, el delincuente envió una imagen de la fachada de su vivienda. La fotografía estaba configurada para que pueda verse una sola vez.

Ante esta inquietante situación, el joven le contestó y, luego de unos breves intercambios, decidió bloquear el contacto. Este accionar parece haber molestado a Matías A., por lo que a los pocos días decidió visitarlo en su casa, junto a sus cómplices.

Según la Fiscalía, intimidaron al empresario de manera “poco amistosa” con el fin de pedirle el dinero. En tanto, las últimas amenazas fueron llevadas a cabo el 12 de febrero por la Gisele Z., quien llamó al teléfono de un familiar de la víctima.

Todo terminó el 17 de febrero cuando la Policía allanó cinco domicilios en Pérez, ordenados por el fiscal Franco Carbone y detuvo a los sospechosos. Luego, llevó adelante la audiencia imputativa ante el juez Gonzalo Fernández Bussy, en la que acusó formalmente a los implicados por el delito de “perjuicio patrimonial de una víctima, que fue intimidada con exigencias de dinero en efectivo a cambio de abstenerse a efectuar ataques en su contra”.

El magistrado aceptó los cargos y dictó una prisión preventiva efectiva de seis meses para ambos hombres y una detención domiciliaria para la mujer por el mismo plazo.

Rivero ya contaba con varios antecedentes penales en la Justicia Federal, puesto que en 2019 fue condenado por el Tribunal Oral Federal N°3 de Rosario a 12 años de prisión por el delito de organizador de tráfico de estupefacientes, al ser considerado el jefe de una banda narco de 23 miembros.