La historia de la parada rutera más famosa camino a la Costa donde los turistas pagan hasta $12 mil por un sándwich

La Matera de Lezama, un emprendimiento familiar al costado del km 157 de la ruta 2, está por cumplir 20 años. Siempre hay largas filas de espera ¿Su secreto? Panes caseros gigantes, productos regionales de alta calidad y un menú gourmet con combinaciones tan impensadas como exquisitas

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La parada rutera más famosa camino a la Costa donde los turistas hacen una hora de fila y pagan hasta $12 mil por un sánguche

A los largo de los cientos de kilómetros que separan al Área Metropolitana de Buenos Aires de la Costa Atlántica, hay una amplia oferta gastronómica que se va diversificando con los años. A las famosas medialunas de Atalaya, las tradicionales parrillas de la ruta 63, en Dolores, las reconocidas casas de comidas rápidas ubicadas en las estaciones de servicio y los puestos de dulces y embutidos, se suma otra propuesta ubicada en Lezama que causa furor por sus sándwiches gourmet.

A diferencia de los otros locales, que están perfectamente señalizados y se visualizan desde la autovía, la casita de madera de La Matera -ubicada a unos 100 metros del costado del km 157 de la ruta 2- pasa prácticamente desapercibida porque en esta época del año está casi tapada por la frondosa arboleda que la rodea y sirve de sombra para los comensales.

“La gente nos fue conociendo por el boca en boca. Los que llegan hasta acá es por recomendación. Nunca hicimos publicidad. Incluso, hay muchos que nos descubre porque frena a mirar la cantidad de gente que hay haciendo fila para comprar”, contó Marcela Ortiz a Infobae, una de las dueñas de este emprendimiento familiar que nació hace casi 20 años y llegó a convertirse en la parada rutera más famosa camino a la playa.

Hay 23 especialidades de sándwiches. Tomos son para compartir y pueden pesar desde 800 gramos hasta 1 kilo y 200 gramos
Hay 23 especialidades de sándwiches. Tomos son para compartir y pueden pesar desde 800 gramos hasta 1 kilo y 200 gramos

Tal es así, que a los turistas no les importa hacer una hora y cuarto de fila, en promedio, para degustar las exquisiteces que ofrecen. Para lidiar con esta alta demanda, Marcela contó que están tomando pedidos por Whatsapp con tres horas de anticipación. “Lo ideal es encargar antes de salir a la ruta así cuando llegas a Lezama ya tenés listos los sándwiches. Años anteriores pedíamos solo una hora y media de antelación, pero esta temporada estamos desbordados”, explicó.

El menú consta de 23 especialidades que vienen con bondiola, lomo, jamón crudo, cocido, salame, mortadela, distintos tipos de quesos, morrones y pepinos agridulces, berenjenas al escabeche, chutney de pera, tropezones de pistacho y mucho más. La lista de ingredientes es interminable, los cuales vienen acompañados de una figazza gigante hecha a horno de leña en la panadería de Juan Arévalo, la más conocida del pueblo.

“Los sándwiches se hacen en el momento y llevan aproximadamente siete minutos de elaboración. Somos ocho personas trabajando. Mi esposo, mis tres hijos, mi nuera, mi ahijado y mi sobrino”, remarcó. Y contó que si bien cada uno tiene una función específica dentro del negocio familiar, todos saben hacer todo.

La casita de madera de La Matera está ubicada a unos 100 metros del km 157 de la ruta 2
La casita de madera de La Matera está ubicada a unos 100 metros del km 157 de la ruta 2

“Mi hija es la que se dedica al manejo de las redes. Mis hijo, mi sobrino y mi ahijado están en lo que es la elaboración de los sándwiches y la producción de las berenjenas y los morrones agridulces; mientras que mi marido y yo tratamos con los proveedores”, especificó.

A pesar de que la especialidad de la casa son los sándwiches de fiambres, la propuesta se fue diversificando ante el pedido de los clientes. ”Son sándwiches de autor porque la realidad es que nosotros inventamos esas combinaciones a partir de las sugerencias de la gente. Antes de que empezara el verano, por ejemplo, sumamos a la mortadela entre los fiambres”, recordó.

Así fue como nació “el especial número 13″ que viene con mortadela, queso caciotta, pepinos agridulces, repollo morado, mostaza con pistachos, y aceite de oliva.

A los sándwiches de lomo, bondiola y fiambres también se suman los vegetarianos
A los sándwiches de lomo, bondiola y fiambres también se suman los vegetarianos

“Cada sándwich pesa en promedio 800 gramos pero hay uno que llega al kilo doscientos y es una bomba”, especificó Marcela por la cantidad de mercadería que lleva: tomate fresco, berenjenas en escabeche, lechuga, salamín, queso parmesano, nueces y manteca con queso azul. “Te juro que no te entra en la boca”, describió, quien un poco en serio y un poco en broma acotó: “No ofrecemos postres porque después de no comer no te queda ni aire para respirar”.

Todos los sándwiches son para compartir y los precios oscilan entre los $3.500 (los de fiambre) y los $11.800 (los especiales). También hay tres opciones vegetarianas que van desde los $7.300 hasta los $8.500.

“Innovamos todo el tiempo. La gente puede decirnos su propuesta y se la elaboramos sin problema. Hay un extenso listado de ingredientes para combinar como ellos quieran”, aclaró Marcela, cuya misión es dejar bien conforme al cliente no solo para que vuelva sino también para que los recomiende.

En el ranking 2024 de los más vendidos figuran las especialidades número 8, 10 y 12 con jamón crudo, bondiola y mortadela, respectivamente.

La Matera va a cumplir 20 años desde su creación y se hizo conocido por "el boca en boca"
La Matera va a cumplir 20 años desde su creación y se hizo conocido por "el boca en boca"

La Matera nació hace 19 años luego de una profunda charla que Marcela tuvo con su marido. Él, ya cansado de su trabajo como albañil, y ella un poco agobiada de las tareas contables que venía haciendo, decidieron darle forma a un emprendimiento gastronómico propio. Inicialmente, su esposo pensó en vender productos regionales a la gente que pasaba por la ruta, pero luego el proyecto mutó a ofrecer comida casera aprovechando la habilidad de cocinera y maestra pizzera que tenía su mujer.

Tras el éxito obtenido en este último tiempo, les propusieron sacar una franquicia pero la familia rechazó la idea. “Sinceramente se perdería la esencia del lugar. Para nosotros es muy importante estar charlando con el cliente cuando llega al mostrador. Eso no significa que no nos gustaría crecer y ser una mega empresa. No es el momento. Seguimos apostando por el trato de persona a persona que es lo que nos gusta y reconforta”, concluyó Marcela, quien está al frente de La Matera de lunes a lunes de 9.30 a 21.30 horas.