Paolo Guerrero nunca pierde la voracidad: el debut goleador del ‘9′ de Perú con la César Vallejo

La última semana de febrero con la que da ingreso a marzo trajo consigo la confirmación de Paolo Guerrero en la Universidad César Vallejo. En una pintoresca presentación en el campus del instituto principal de Trujillo, con la presencia de las autoridades del club ‘poeta’, el ‘9′ fue abrazado por una importante multitud, conformada entre menores y jóvenes en su mayoría, como si fuera una estrella en pleno apogeo.

Durante su encuentro con el pueblo trujillano, Paolo compartió sus deseos y objetivos no sin antes pedirle disculpas a los habitantes por sus expresiones iniciales que afectaron la imagen de la ‘Ciudad de la Eterna Primavera’. Aceptado el perdón, el fundador de la UCV dio por cerrado el capítulo convulso de inicios de año con un apretón de manos singular; lo mismo hizo el presidente, aunque su participación en el acto fue más decorativa por así decirlo.

En plena vorágine de noticias alrededor de la presencia de Guerrero, el comando técnico de la César Vallejo no lo pensó demasiado y echó mano de su flamante refuerzo para su reto contra Cusco FC. Espacio perfecto: localía en el estadio Mansiche, atención de los noticieros y apoteosis de los trujillanos que agotaron el stock de las entradas como pocas veces se ha visto.

El plan de la UCV desde la mirada marketera salió un éxito, aunque en el plano deportivo aún falta ajustar la tuerca. De igual manera, gracias al ‘Depredador’ la libraron. Las cosas fueron rapidísimas para Paolo como su primera anotación en la Liga 1 nada más al debutar. A pesar de que llevaba cerca de cuatro meses inactivo, Paolo dejó en claro que su conexión con las redes opuestas está intacta. No importa la edad ni mucho menos la condición. Su lenguaje natural es el gol. Nunca pierde la voracidad.

Por supuesto que no todo ha sido de rosas para el veterano artillero nacional en el arranque de su aventura en el balompié peruano. Tanto que se hablaba de su vigencia y cómo conserva la pólvora en sus botines que no caímos en cuenta en un detalle no menor: su temperamento. Producto de ese comportamiento dejó una imagen indigna al meterle un codazo a un rival que bien valía para una expulsión, pero por ser Paolo no se la ganó.

El trámite del partido, que acabó con un 2-2 que dejó con mal sabor de boca a Guerrero y compañía, animó las reacciones del delantero formado en Alemania al punto de airear a los cuatro vientos cada infracción en contra suya o de sus compañeros. No es ningún secreto que nuestros árbitros dejan mucho que desear, por lo que Paolo se vio sorprendido e incluso temió por su integridad. No por nada mandó un contundente mensaje contra el arbitraje al igual que el cuidado de las canchas. Aunque ese último dardo, sin darse cuenta, va más para su club que para la organización de Liga 1.

En líneas generales fue una gran noche para Paolo Guerrero y para todos aquellos que deseaban presenciar su debut con la camiseta de la UCV, aunque ensuciada por el resultado que compromete más la permanencia de Roberto Mosquera. Lo que viene después será un reto mayor que permitirá medir la presencia del ‘Depredador’: la Copa Sudamericana 2024. No olvidemos que él llega como campeón del certamen tras la gesta en Liga de Quito y sabe cómo jugar estos compromisos. Paolo va por otra exhibición que ratifique su voracidad goleadora.