Polladas bailables: las peculiaridades detrás de las tarjetas coloridas y tinas de jebe repletas de bebidas y hielo

La nostalgia de asistir a una pollada y ver las enormes tinas de jebe llenas de bloques de hielo y bebidas sigue siendo un anhelo palpable para los ciudadanos que solían disfrutar de esta actividad. “Durará hasta las últimas consecuencias” es una de las frases que se encuentran escritas en las tarjetas.

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Las polladas bailables son una parte integral de nuestra cultura. (Composición Infobae)
Las polladas bailables son una parte integral de nuestra cultura. (Composición Infobae)

La creatividad innata de los peruanos ha sido una luz que ha brillado desde hace décadas en el Perú y el extranjero. En los momentos de adversidad, cuando los desafíos parecen abrumadores, los peruanos han demostrado una habilidad asombrosa para encontrar soluciones ingeniosas que les permiten mantenerse a flote. Un ejemplo destacado de esta resiliencia se manifiesta en las múltiples y sorprendentes formas que idean para ganar dinero.

Una de ellas, que sigue vigente aunque con algunas variaciones, son las polladas bailables, las cuales convocan a cientos de personas en un barrio de algún distrito de Lima Metropolitana, que generalmente se ubica en el extrarradio de la ciudad.

En distritos como Comas, Puente Piedra, San Juan de Lurigancho, Ate, Villa El Salvador, entre otros, estas actividades se realizan con el fin de recaudar fondos para cubrir gastos, como comprar medicina o juntar dinero para una operación. En ese sentido, los peruanos muestran lo mejor de sí y ayudan a un amigo, vecino o conocido que está pasando por dificultades económicas.

La comida y la música no eran los únicos elementos presentes en la fiesta que tenía un fin altruista. (Andina)
La comida y la música no eran los únicos elementos presentes en la fiesta que tenía un fin altruista. (Andina)

La solidaridad de los peruanos se manifestó con mayor fuerza antes del 2000, específicamente a fines de la década de los 80. En aquel entonces, las polladas se realizaban en las calles y las personas no solo disfrutaban del pollo frito, papas sancochadas, ensalada de col y cremas de huacatay o de rocoto, sino que también bailaban al ritmo de la música que sonaba a todo volumen.

La comida y la música no eran los únicos elementos presentes en la fiesta que tenía un fin altruista; las bebidas heladas (gaseosas y cervezas) eran el centro de atención de los peruanos, no solo por el producto en sí, sino también por el recipiente en el que se encontraban.

A falta de una congeladora, se utilizaba una tina de jebe

Los organizadores de las polladas bailables no necesariamente tenían un alto presupuesto para hacer la fiesta, es por eso que decidían utilizar una tina de jebe ―que se compraba o alquilaba― para enfriar las bebidas, desde gaseosas hasta bebidas alcohólicas. Esta costumbre se mantuvo después de los años 2000, y como era de esperarse, las marcas de las bebidas fueron variando.

En la actualidad, la tina de jebe sigue comercializándose y su precio oscila entre 100 y 150 soles. Es preciso mencionar que el alquiler es una opción para ahorrar costos, a menos que decidas comprarlo para fines domésticos o industriales.

Tarjeta de una pollada bailable del año 2012. (Andina)
Tarjeta de una pollada bailable del año 2012. (Andina)

Estos productos, en rigor, son llantas que han sido invertidas y a las que se les ha adherido una base del mismo material. En plataformas como YouTube, es posible encontrar más de un video en el que se explica detalladamente el proceso para crear este recipiente fundamental en las festividades de polladas bailables. Sin embargo, en los últimos años, estos objetos han sido reemplazados por congeladoras que no solo tienen una mayor capacidad de almacenamiento, sino también una mayor potencia para enfriar las bebidas. Si optas por utilizar las tinas de jebe, es recomendable colocar los bloques de hielo junto a las bebidas varias horas antes de la llegada de los comensales. De esta manera, las gaseosas y cervezas estarán bien frías cuando lleguen tus amigos y conocidos, asegurándote de brindarles una experiencia refrescante y agradable.

Las coloridas tarjetas de polladas y sus frases peculiares

Los peruanos solían enterarse de que alguien estaba organizando una pollada cuando alguien sacaba una tarjeta azul, amarilla o roja de su bolsillo, morral o bolsa. Sosteniendo la tarjeta en la mano, la persona revelaba que un familiar suyo estaba enfrentando problemas de salud delicados, y por esta razón, solicitaba colaboración a través de la compra de una pollada.

Luego de que el ciudadano daba su discurso, la solidaridad se hacía presente: pagaban por adelantado o se comprometían a comprar en el mismo día del evento. La solidaridad se mezclaba con el humor cuando las personas notaban en la parte superior de la tarjeta la imagen de una cantante muy conocida que, obviamente, no se presentaría en la pollada bailable. Shakira, Dina Páucar, Armonía 10, entre otros artistas del momento, se plasmaban en la cartulina; esto generaba una sonrisa en las personas, pues sabían que no se iban a presentar.

Este plato incluye pollo frito, papas sancochadas y ensalada de col, básicamente. (La sazón de Mari)
Este plato incluye pollo frito, papas sancochadas y ensalada de col, básicamente. (La sazón de Mari)

El hecho de que en la tarjeta estuviera escrito “pollada baile” no garantizaba la presencia de una orquesta en el evento, pero lo que sí estaba seguro era que la música a todo volumen no iba a faltar en el barrio cerrado durante varias horas.

En diálogo con RPP, Zoila Campos dijo que cuando algún familiar organizaba una pollada, se cerraban las calles. “Llegaba tanta gente que cerraban la calle, era algo desbordante porque mi casa no era tan grande, pero la gente llegaba y los pollos se agotaban. La diversión era espectacular”, expresó la mujer, claramente emocionada.

Ahora bien, en cuanto a las frases que se incluían en las tarjetas, es preciso señalar que continúan provocando risas hasta el día de hoy.

En la actualidad, la tina de jebe sigue comercializándose y su precio oscila entre 100 y 150 soles. (Hielo Talit)
En la actualidad, la tina de jebe sigue comercializándose y su precio oscila entre 100 y 150 soles. (Hielo Talit)

El bar estará surtido por gaseosas y cervezas heladitas”, “durará hasta las últimas consecuencias” y “estará amenizada por un potente equipo de sonido estéreo” son algunas de las frases que han calado en el inconsciente de las personas. Estas expresiones siguen provocando risas y generando comentarios entre aquellos que fueron testigos del esplendor de estas festividades destinadas a recaudar fondos.

El precio de las polladas ha experimentado cambios a lo largo del tiempo. Por ejemplo, en el 2006, una porción de pollada costaba 6 soles. En el 2012, este precio se elevó a 12 soles. En la actualidad, los costos varían entre 15 y 20 soles por porción. Es importante destacar que los organizadores han encontrado en el servicio de entrega a domicilio una oportunidad para incrementar sus ventas.

Banco Mundial afirma que la pollada es una de las formas más ingeniosas de conseguir dinero

Según un estudio realizado internacionalmente por el Banco Mundial, las polladas son consideradas una de las formas más ingeniosas de conseguir dinero en períodos de crisis financiera. La economista del BM, Leora Kappler, destaca el atractivo particular de las polladas, que radica en la forma en que las personas que las organizan logran comprometer a sus amistades para que colaboren con unas monedas a cambio de una pieza de pollo.

En su investigación, Kappler planteó a los peruanos la siguiente pregunta: “Imagínate que tienes una emergencia, tienes que pagar 1.300 dólares y no tienes dinero, ¿cómo harías para conseguir ese monto en el próximo mes?”. Los peruanos respondieron: “Organizando una pollada”.

Las polladas bailables son una parte integral de nuestra cultura, y la parafernalia que solía acompañar a esta actividad prosalud se practica cada vez menos. La pandemia del coronavirus detuvo en gran medida esta costumbre; no obstante, la nostalgia de asistir a una pollada y ver las enormes tinas de jebe llenas de bloques de hielo y bebidas sigue siendo un anhelo palpable para los ciudadanos que solían disfrutar de estas reuniones sociales.