Juan Pablo Varsky y María Laura Bruzoni: "Vivimos un eterno noviazgo"

Se conocieron hace 13 años, pero en ese momento ambos estaban en pareja, así que recién en septiembre de 2015 tuvieron su primera cita y nunca más se separaron. Enamoradísimos y felices, Juan Pablo Varsky y María Laura Lala Bruzoni confiesan que disfrutan a pleno de esta familia ensamblada que formaron y sueñan con tener un hijo juntos.

Compartir
Compartir articulo
“A lo mejor suena un poco cursi lo que voy a decir, pero yo siento que todos los días es San Valentín con Lala”
“A lo mejor suena un poco cursi lo que voy a decir, pero yo siento que todos los días es San Valentín con Lala”

Con 46 grados de sensación térmica en la ciudad, Juan Pablo Varsky (48) acepta –sin chistar– la sugerencia de María Laura (41), su esposa, de lucir una camisa de jean en las fotos. No sólo eso: luego realizará dos cambios más de ropa. Y, contra todo pronóstico, no se lo ve molesto ni fastidioso. "Es el efecto del amor", asegura el fotógrafo y el periodista sonríe y asiente.

-Sospecho que para vos debe ser una pesadilla someterte a esta producción de fotos seguida por nota de San Valentín.

-JUAN PABLO: Te aseguro que no. Cuando Lala me dijo que ustedes tenían ganas de entrevistarnos, no lo dudé y acepté. A mí me cuesta dar notas para opinar sobre un determinado tema, puntual, que suele ser deportivo. Esos reportajes los sufro mucho. Pero estar aquí, con Lala, hablando de nuestro amor es lindísimo.

-Justamente eso quiero que me cuenten: ¿cómo se conocieron?

-JP: Fue en 2006. McDonalds estaba por realizar un comercial para celebrar los 20 años de la apertura de su primer local en la Argentina y Lala, que trabajaba para la empresa (N. de la R.: María Laura se dedica a la comunicación corporativa), me convocó para participar porque sabía que mi primer trabajo (en el año 1988) había sido haciendo cuartos de libra en un local de Floresta. En ese momento los dos estábamos casados, así que no pasó nada. En el 2011 volvió a convocarme para otra campaña y yo en ese momento ya estaba separado, pero ella no, así que todo siguió igual…

-Éste es el momento perfecto para confesar que ella ya te gustaba…

-JP: ¡Pero claro! No tengo ningún problema en admitirlo: Lala me encantaba. Pero soy súper respetuoso y sabía que estaba casada, así que no hice ningún movimiento. Recién en el 2015, cuando noté que había dejado de subir fotos con su marido a Instagram, le mandé un mensaje privado.

MARÍA LAURA: Un dm súper formal y correcto como es él (suelta una carcajada).

JP: ¡No fue tan serio! Te escribí: "Estás en un nivel de onda y belleza que no me pasa inadvertido". ¿Está mal?

“El planazo para nosotros es estar juntos, con eso alcanza y sobra.” Lala Bruzoni
“El planazo para nosotros es estar juntos, con eso alcanza y sobra.” Lala Bruzoni

 -¡Está perfecto! ¿Y? ¿Cuál fue tu reacción, Lala?

-ML: Le agradecí el piropo, intercambiamos varios mensajes, nos pasamos los celus y a los pocos días me invitó a comer.

-¿Aceptaste de inmediato?

-ML: Me costó tomar la decisión de salir la primera vez porque yo me había separado hacía sólo seis meses –después de 16 años casada– y no estaba en mis planes volver a formar una pareja. Por otra parte, sabía que él llevaba 5 años solo y no tenía ganas de que me hiciera el verso del típico pirata y después desapareciera.

JP: Me llevó un tiempo convencerla pero, finalmente, aceptó una comida en el restó del jardín japonés y aquí estamos. ML: Ahora que lo conozco más, sé que él cuando se propone algo lo consigue, así que era imposible que no terminara rendida a sus pies (suelta una carcajada).

-María Laura, vos tenés tres hijos –Juana (14), Felipe (11) e Isabel (6)– y Juan Pablo dos –Valentín (15) y Benjamín (9)–, ¿tardaron mucho en contarles que estaban de novios?

-JP: Fuimos bastante cautos, yo creo que recién a los tres meses de empezar a salir les contamos.

“Está en nuestros planes tener un hijo pero, por ahora, nos conformamos con mimar mucho a nuestro perro Roger”
“Está en nuestros planes tener un hijo pero, por ahora, nos conformamos con mimar mucho a nuestro perro Roger”

-¿Y cuál fue la reacción de ellos?

-ML: ¡Lo tomaron perfecto! Creo que tuvo que ver con que se fue dando todo de una forma muy natural, no fue nada forzado.

 -¿Les daba miedo enfrentar el ensamblaje familiar?

-JP: Para nada. No era algo que nos atemorizara, pero creo que tiene que ver con lo que dice Lala: no forzamos ninguna situación. Ese primer verano de 2016 cada uno disfrutó a solas de las vacaciones con sus hijos, no es que los obligamos a compartir tiempo juntos cuando no se conocían. Y creo que esa fue un poco la clave del éxito: ir de a poco, respetar los tiempos y no imponer nuestro deseo de estar juntos a cualquier precio.

ML: Recién el otro verano, el de 2017, alquilamos una casa en Uruguay y convivimos todos por primera vez. Mi único gran miedo en ese momento era: "¡¿Cómo me organizo con la comida para siete?!" ¡Ese tema sí me preocupaba! Así que llevamos a alguien para que me ayudara y, con eso, nos acomodamos perfecto. Tuvimos la gran suerte de que los chicos se llevaran muy bien entre ellos desde el primer día, porque podría haber pasado que fueran muy distintos, no tuvieran gustos en común y eso, obvio, hubiera complicado todo.

-¿Les gustaría tener un hijo? ¿Está en los planes?

-JP: ¡Nos encantaría!

ML: Está en nuestros planes pero, por ahora, nos conformamos con mimar mucho a nuestro perro Roger.

-Muchas parejas que se casan en segundas nupcias optan por un festejo pequeño y discreto, pero no fue el caso de ustedes que hicieron un súper fiestón.

-ML: (suelta una carcajada) ¿Vos viste qué exageración? Fueron casi 400 invitados, ¡una locura! Pero estuvo buenísimo, cantó Banana Pueyrredón, nos divertimos mucho y nos queda el mejor de los recuerdos de esa gran, gran fiesta.  JP: La verdad es que teníamos ganas de casarnos y, en principio, habíamos pensado en algo más íntimo. Yo le pedí casamiento en una situación cero romántica: estaba con neumonía, pálido y afiebrado, esperando la ambulancia que habíamos llamado.

ML: ¿A vos te parece el momento que eligió? Le dije: "¿No te vas a arrodillar? ¿No me vas a dar un anillo?". ¡Acepté a pesar de las pésimas condiciones en que se me hizo la propuesta! (Se ríe)

-¿Son una pareja romántica?

-JP: Sí, lo somos porque nos gusta mucho estar juntos. Lo disfrutamos. Salimos a comer, vamos al teatro, al cine, charlamos durante horas, nos mimamos mucho…

ML: También somos felices en casa, encerrados, mirando series, ¿eh? No es que necesitamos un súper plan o un finde en un hotel paradisíaco para pasarla bien. El planazo para nosotros es estar juntos, con eso alcanza y sobra. Vivimos como en un eterno noviazgo.

Viaje a Disney con familia ensamblada.
Viaje a Disney con familia ensamblada.

-Con cinco hijos no debe ser simple tener momentos a solas.

-ML: ¡Sí! ¡Los re tenemos! Porque los chicos están todos los miércoles y fin de semana por medio con sus padres y eso es sagrado. Así que ahí tenemos nuestros momentos de intimidad en pareja.

 -¿Cómo piensan festejar San Valentín este año?

-ML: Todavía no organizamos nada. JP: A lo mejor suena un poco cursi lo que voy a decir, pero yo siento que todos los días es San Valentín con Lala. No necesitamos celebrar, específicamente, el 14 de febrero. Igual, amor, tengo una noticia para darte: ese día juega Racing contra el Corinthians, así que no voy a estar.

 -¿Te molesta que Juan Pablo tenga que trabajar ese día?

-ML: ¡Para nada! Yo lo conocí así y supe desde el principio lo importante que era su trabajo para él. Con decirte que el día que nos casamos por civil –5 de octubre de 2017– él tenía que ir a cubrir el partido Argentina-Perú a la Bombonera y yo me calcé las zapatillas y lo acompañé.

JP: Lala es una gran compañera, una mujer que jamás me hizo un reproche por mi trabajo y sé que no es fácil aceptarlo: durante 12 años conduje la primera mañana –de 6 a 9– en la Metro y la realidad es que es un horario incompatible con la vida familiar. Me levantaba cuando todavía era de noche, dormía tres horas de siesta, si teníamos una comida yo sabía que al otro día iba con muy pocas horas de sueño a trabajar. Precisamente, por todo eso decidí renunciar a la radio.

-¿Fue algo que hablaron y decidieron juntos o fue una elección tuya?

-JP: Nosotros hablamos de todo y tomamos las decisiones en conjunto. Pero en este caso puntual, el de animarme a renunciar a mi horario histórico en la Metro, tuvo además mucho que ver un libro que me regaló Lala y se llama The sleep revolution, de Arianna Huffington, que habla de la importancia del descanso en la vida de las personas. Para mí, leerlo fue inspirador y me dio la fuerza necesaria para este cambio de vida que empecé.

El día del casamiento con los hijos de ambos.
El día del casamiento con los hijos de ambos.

-¿No vas a hacer radio este año?

-JP: Sí, arranco en marzo, de 16 a 19 horas, en CNN radio. ML: También tenemos un proyecto laboral en común que nos súper entusiasma: estamos haciendo podcast juntos. El primero que hicimos fue uno con Juan Martín del Potro y se convirtió en el más escuchado en todas las plataformas de Apple. La verdad es que es algo que nos divierte y nos lleva, de alguna forma, a los inicios de esta relación, que comenzó trabajando. Algo así como un círculo que cierra perfecto.

Textos JULIANA FERRINI fotos MAXIMILIANO DIDARI

SEGUÍ LEYENDO:
Denim sobre denim: combinaciones en jean para una propuesta alternativa