Todos a votar al balotaje

El sufragio es nuestra voz para exigirle a nuestra dirigencia la madurez suficiente para entender la grave encrucijada que vive nuestra sociedad

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EL 19 de noviembre los argentinos elegirán al próximo presidente de la Nación (Reuters)
EL 19 de noviembre los argentinos elegirán al próximo presidente de la Nación (Reuters)

A punto de cumplir 40 años de democracia ininterrumpida, muchos argentinos aún recordamos como un candidato a Presidente en 1983 interpretaba genialmente las expectativas de toda una sociedad recitando el Preámbulo de nuestra Constitución Nacional, representación viva de todas nuestras aspiraciones, y nos invitaba a soñar y marchar para “constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino”.

Lejos ya de aquellos tiempos de fervor e ideales, la dirigencia política acumula una gran deuda con la democracia y especialmente con la república. Un claro ejemplo es lo que estamos viviendo en el actual proceso electoral, en donde se manifiesta una notable crisis de representación entre la política y los ciudadanos, y predomina la consigna de “votar al menos malo”, rompiéndose así esa relación necesaria entra ambas partes porque cada vez es mayor el descreimiento, la frustración y la falta de confianza en nuestros gobernantes.

Los resultados de las PASO, la primera vuelta electoral, y las aventuradas declaraciones públicas frente el balotaje, deben advertir a la clase dirigente que ellos no son dueños de las decisiones de la sociedad en la medida que no reflejen o interpreten la sensación de hartazgo que se encuentra instalada en la sociedad.

Las chicanas de barricada y cálculos electorales han reemplazado las respuestas y soluciones ante la actual degradación social, económica y cultural del país, y así – como ya lo advirtió en 1933 Marcelo T. de Alvear - tal vez será nuestro destino repetir tiempos penosos en donde el ex Presidente radical decía: “Cuando los pueblos viven horas inciertas, sin normas jurídicas, sin garantías individuales, sin la justicia que ampara todas las energías y acrecienta todas las altiveces, es porque la sensualidad desprovista de ideales se ha erigido en principio, elaborando días sin luces en las páginas de la historia”.

Sergio Massa y Javier Milei se enfrentarán en el balotaje del 19 de noviembre para dirimir la presidencia de la Nación
Sergio Massa y Javier Milei se enfrentarán en el balotaje del 19 de noviembre para dirimir la presidencia de la Nación

La Constitución Nacional en su Art. 37 establece, aunque parezca una verdad de perogrullo, que “el sufragio es universal, igual, secreto y obligatorio”, es decir, el poder está en el electorado quien va a elegir el nuevo Presidente de la República. Por eso estamos ante una oportunidad histórica para enviar un mensaje contundente a la clase dirigente, porque cada uno de nosotros somos dueños de los votos y de nuestro futuro, y como lo expresó la Corte Interamericana (Caso Yatama Vs. Nicaragua) significa “…el derecho al voto es uno de los elementos esenciales para la existencia de la democracia y una de las formas en que los ciudadanos ejercen el derecho a la participación política”.

El voto en esta instancia es una herramienta que debemos utilizar con responsabilidad, es nuestra voz para exigirles a nuestra dirigencia la madurez suficiente para entender la grave encrucijada que vive nuestra sociedad, porque se hace imprescindible modelar una sociedad distinta que abandone al espejismo del bienestar populista para apostar a la construcción de un concepto republicano de convivencia y progreso, tal cual lo expresa el notable periodista Jorge Fernández Díaz cuando habla de “un `país normal´ donde existen las alternancias virtuosas, funcionan las instituciones independientes, hay plena libertad de prensa y de empresa, y se propende a una economía equilibrada y abierta al mundo, y al final a un Estado de bienestar”.

Por todo esto, debemos ir a votar al balotaje, porque participar es tomar partido en los asuntos públicos, comprometerse con nuestro destino, y elegir que futuro queremos, para nosotros y para las próximas generaciones de argentinos.