Fuerzas Armadas operativas para el desarrollo nacional

Sin un sistema de defensa adecuado es imposible plantear la defensa de los intereses estratégicos del país

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Las Fuerzas Armadas son parte de la discusión política en el año electoral. (Fernando Calzada)
Las Fuerzas Armadas son parte de la discusión política en el año electoral. (Fernando Calzada)

En un contexto global de creciente incertidumbre, donde se entremezclan amenazas estatales con actores no estatales, Argentina, que a comienzos del siglo XX supo tener una de las fuerzas armadas más poderosas del mundo, hoy se encuentra indefensa.

Hoy pujan dos modelos de defensa nacional. Uno de ellos, el kirchnerista, plantea una defensa desarticulada, de escasa operatividad y sujeta a sus intereses partidarios e ideológicos, que lentamente ha transformado a las Fuerzas Armadas en un actor de limitada utilidad para la concreción del interés nacional. El otro modelo, que proponemos en Juntos por el Cambio, tiene a las FF.AA. como protagonistas del desarrollo nacional, con el fortalecimiento de sus capacidades operativas y de su personal en el marco de una visión moderna de la seguridad nacional.

En todos los gobiernos kirchneristas, nuestras Fuerzas Armadas, garantes de la soberanía nacional, han enfrentado repetidos embates para debilitarlas. Así, fuimos testigos de la caída histórica de la inversión en equipamiento, la desactivación operacional, la politización del sistema de inteligencia, la progresiva suspensión de los ejercicios militares con otros países, el abandono de la mayoría de las misiones de Paz en el plano internacional, la ideologización de los centros universitarios de formación, el intento de eliminar liceos militares y la caída abrupta de los salarios de las fuerzas. Los K transformaron la Argentina en una pista de aterrizaje y en puerto de salida del narcotráfico y un punto privilegiado para la pesca ilegal. Como si todo eso no fuera suficiente, el gobierno está regalando a sus amigos y a grupos afines tierras de las FF.AA., que son de todos los argentinos.

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El instrumento militar perdió así prácticamente toda capacidad para cumplir con los preceptos de la Ley de Defensa y la Constitución Nacional. Sin un sistema de defensa adecuado es imposible plantear una estrategia nacional de desarrollo, como así tampoco una política exterior eficaz y aún menos una defensa de los intereses estratégicos de la nación. No existe en el mundo ningún estado desarrollado que no posea un sistema de defensa eficaz, capaz de defender sus intereses.

Juntos por el Cambio propone un modelo distinto de gestión de las Fuerzas Armadas (Fernando Calzada)
Juntos por el Cambio propone un modelo distinto de gestión de las Fuerzas Armadas (Fernando Calzada)

Sobre el final de la pobre gestión de Alberto Fernández, el kirchnerismo ha profundizado su estrategia hacia las FFAA; no le alcanzó con diezmarlas, ahora busca capturarlas y doblegarlas a sus intereses sectarios mediante un proyecto de ley del personal que acaba de enviar al Congreso que violenta el régimen de carrera militar al abrir la puerta a la intervención discrecional de la política y el control ideológico. Este proyecto, que ingresó al Legislativo en los últimos meses del actual mandato presidencial, intentó maliciosamente ser promocionado como el producto de un consenso. El ex ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, tuvo que salir públicamente a desmentir haber participado de este proyecto y cargó duramente contra la iniciativa del gobierno.

Siguiendo el modelo de la dictadura venezolana, de la lectura del proyecto gubernamental surge claramente la intención de Chavización de nuestras FFAA. Por ejemplo, la opinión fundada de la junta de calificaciones ya no será suficiente para ascender a los suboficiales, sino que requerirá de la intervención discrecional del presidente de la Nación y del criterio de la Universidad de la Defensa (UNDEF) -un ámbito colonizado por posiciones ideológicas y partidistas-, quebrando la línea de mando y la autoridad de los superiores jerárquicos de las fuerzas en la que se basa la carrera militar profesional en todos los países democráticos del mundo.

Asimismo, el proyecto del gobierno vulnera la Constitución Nacional al permitir al Ministro de Defensa pasar a retiro a los militares en actividad, una facultad presidencial que no puede ser delegada como si se tratara de una cuestión meramente administrativa. Más aún, el proyecto establece que todos los temas centrales de la formación y la carrera militar sean delegados al Ministerio. De hora en más, una simple resolución ministerial podrá modificarlos discrecionalmente sin la exigencia del necesario acuerdo legislativo. Por estas razones funcionales, además de lo extemporáneo del proyecto, varios miembros de la oposición escribimos una carta pública alertando de las consecuencias del mismo y sobre la necesidad de un verdadero debate sobre el necesario renovado y fortalecido rol de las Fuerzas Armadas en nuestra democracia.

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Con Horacio Rodríguez Larreta estamos convencidos de que hoy Argentina necesita una nueva estrategia de seguridad nacional. Dicha estrategia debe contemplar unas Fuerzas Armadas activas en ejercicios internacionales, protagonistas de las misiones de paz de las Naciones Unidas, coordinadoras del sistema nacional de emergencias, supervisoras de la Zona Económica Exclusiva, capaces de proyectarse en la Antártida y poder proteger nuestros mares en el Atlántico Sur, potenciadoras de la industria allí donde tenemos ventajas estratégicas (como es el ejemplo de los radares del INVAP), vigilantes de las fronteras ante amenazas de cualquier índole, protectoras de los recursos y objetivos estratégicos y, por sobre todo, garantes de la soberanía nacional.

Para ello, vamos a recomponer el presupuesto militar, llevándolo progresivamente en un proceso de 8 años al 1,5-2% del PBI y reglamentar la ley del FONDEF (Fondo Nacional de la Defensa) de forma tal que sea utilizado exclusivamente en inversiones de material para recuperar capacidades. Asimismo, habrá que modificar el marco legal vigente, adaptándolo a las necesidades de seguridad nacional actuales. Finalmente, adaptaremos los planes de carrera y la capacitación permanente, favoreceremos el acceso a la salud y a la vivienda y mejoraremos los niveles de ingresos que permitan la retención y potenciación de los recursos humanos, por ejemplo equiparando inmediatamente sus atrasados salarios, jubilaciones y pensiones con los del personal de las fuerzas de seguridad, mejor remunerados.

Sin defensa no hay soberanía, y sin esta no hay desarrollo, por ello, abogamos por un sistema de Defensa para el desarrollo nacional.

* Ministro de Justicia y Seguridad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

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