El papa Francisco y la liberalización de las drogas

Los estupefacientes ilegales colocan al adicto en una situación de sumisión, de sometimiento, o como dice el Santo Padre, de esclavitud

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Un adicto a las drogas se inyecta heroína en Filadelfia, en julio de 2017 (Salwan Georges/The Washington Post)
Un adicto a las drogas se inyecta heroína en Filadelfia, en julio de 2017 (Salwan Georges/The Washington Post)

“Todos estamos llamados a combatir la producción, el procesamiento y la distribución de drogas en el mundo” - Francisco

“No es la liberalización del consumo de drogas, como se está discutiendo en varias partes de América Latina, lo que podrá reducir la propagación y la influencia de la dependencia química”, sostuvo el Santo Padre al inaugurar el ala de un hospital para tratar adictos a drogas en Río de Janeiro el 24 de julio de 2013. A lo que, después de ocho años de vigencia de la experiencia uruguaya, podemos agregar que no sólo la liberalización no sirve para disminuir las adicciones sino que las incrementa levemente.

También dijo en la JMJ de Río el Papa que “los narcotraficantes son mercaderes de la muerte que siguen la lógica del poder y del dinero”.

Releeremos en lo que sigue las enseñanzas de Francisco en el discurso a los participantes en la conferencia internacional “Drogas y adicciones: un obstáculo para el desarrollo humano integral”, en la audiencia del sábado 1 de diciembre de 2014 en la Sala Clementina del Vaticano y haremos algunas reflexiones desde nuestro conocimiento empírico de este fenómeno de la negatividad política y cultural.

En la cultura actual el dinero prevalece al cuidado y el sí mismo al otro

El mundo de la posmodernidad se encuentra secularizado. Marcado por el capitalismo, el consumo, el hedonismo, la autosuficiencia, la pérdida de valores, el vacío existencial, la precariedad de los vínculos y las relaciones líquidas, como las llama Bauman. En ese contexto el Papa Francisco puntualiza que “Las drogas, como ya se ha señalado en varias ocasiones son una herida en nuestra sociedad, que atrapa (el destacado nos pertenece) a muchas personas en sus redes. Son víctimas que han perdido su libertad a cambio de esta esclavitud, de una dependencia que podemos llamar química”.

Atrapar al otro en la adicción es la “nueva forma de esclavitud”

Queremos detenernos un instante en la expresión “atrapar al otro”. Como sabemos la sociedad es una compleja madeja de interrelaciones personales. El primer encuentro con el otro se produce en el vientre de la madre, después con el padre o quien lo sustituye, los hermanos y más tarde, con un haz de múltiples relaciones personales. Las relaciones con el padre y con la madre son constitutivas de la personalidad. Son la base y apoyo sobre el cual se va construyendo la interioridad del sujeto. En el curso de la vida, en especial de la vida del niño-adolescente, es decir cuando este todavía adolece, necesita de los otros para terminarse y mucho más, cuando le falta el padre o su sustituto, por las diversas causas suficientemente explicadas por la psicología. Entonces el niño o niña y el joven son propensos a ser penetrados en su interior por el alter ego de su amigo, compañero o líder. El bien o el mal pueden incorporarse fácilmente a su conducta, con o sin su consentimiento, por imitación, necesidad de ser reconocido, curiosidad u otras motivaciones. Los atributos y defensas personales pueden ser una barrera para la violencia del otro, pero a veces la barrera falla y lo otro sin ser internalizado le es impuesto provocándole un gran desorden interior. Por medio de la irrupción del agente de la negatividad del otro, de la infección, se destruye la libertad, ingresa la droga y el niño o joven queda “atrapado”. Las drogas, cuando ingresan al interior por imperio de la violencia psicológica del otro colocan al adicto en una situación de sumisión, de sometimiento o como dice Francisco de esclavitud. La violencia es lo contrario al amor.

“El amor es el permitir ser en el sentido más profundo, puesto que da lugar al Ser” (Heidegger recordado por Byung Chul Han, Topología de la violencia, pag 104) y no lo que yo quiero que sea, que es violencia, robo de la libertad y cuando esa violencia, las más de las veces enmascarada tiene como propósito el dinero o el mero uso instrumental del otro se traduce en la más vil y sutil forma de aniquilamiento psicológico y espiritual. Paradojalmente la llamada “liberalización” es el disfraz de la esclavización: “lo tengo drogado, depende de mí”, piensa el muy ladino.

La sumisión de la sociedad

Cuando hay una juventud que resulta cooptada en parte por las adicciones, cuando esa adicción se extiende a profesionales y funcionarios públicos, es decir, cuando infecta el cuerpo social la comunidad, entra en un gran desorden y su existencia se encuentra amenazada.

En nuestro país, en los gobiernos de la Nueva Democracia, hubo altos funcionarios y legisladores víctimas de la droga poniendo en peligro el bien común. No olvidemos el famoso “nariguetazo” valientemente denunciado por el diputado Lestelle denostado por la prensa penetrada por los intereses de la narcoeconomía.

La experiencia en el Uruguay

Después de 8 años de vigencia de la legalización de la marihuana en el Uruguay el balance que hacen los observadores de ese fenómeno es negativo:

- Se comercializa sin dificultades la marihuana en las farmacias expresamente autorizadas;

- Las bocas ilegales de expendio de marihuana continúan operando como lo hacían antes de la liberalización, venden mucho más que las farmacias, pudiendo afirmarse que el consumo se incrementó levemente;

- Otra nota relevante -colateral -es que se incorporó la prescripción del aceite de cannabis y algunas cremas dermatológicas derivadas, en forma concomitante a unos pocos tratamientos médicos.

Geopolítica de la droga

“El camino del narcotráfico y el crimen organizado pone en juego la estabilidad del planeta y la supervivencia de la democracia”, dijo en junio de 2014 el entonces presidente del Senado italiano Pietro Grasso en la Clausura de la Conferencia Internacional contra el Narcotráfico y el Crimen Organizado internacional y llamó a adoptar un enfoque geopolítico en su estudio y combate. Esta opinión es compartida por numerosos observadores de la realidad internacional.

Así como el consumo le roba la libertad y somete al adicto, el narcotráfico y el crimen trasnacional amenazan con dominar el planeta. Con ese fin atacan el sistema inmunológico de nuestras sociedades. ¿Cómo? Con democracias débiles, Estados inexistentes, economías dominadas por los centros financieros, desaparición de las fuerzas armadas, funcionarios venales y una juventud violada por el consumo de drogas, con trastornos mentales, enferma.

Llamado

Por eso el Papa Francisco -que es un defensor de la libertad de los jóvenes (ver Hagan Lío, discurso del Papa Francisco en la Catedral de San Sebastián, Río de Janeiro, 25 de julio 2013 a los jóvenes de Argentina) recordando que, “el consumo de drogas causa daños muy graves a la salud, a la vida humana y a la sociedad”, dijo que todos estamos llamados a combatir la producción, el procesamiento y la distribución de drogas en el mundo”.

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