Entre vítores y obras públicas, así celebró Porfirio Díaz el Centenario de la Independencia nacional

El general llegó a la presidencia de la república en 1876

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Porfirio Díaz festejó con todo
Porfirio Díaz festejó con todo lujo el Centenario de la Independencia Nacional. Crédito: Jesús A. Aviles/ Infobae México.

Luego de la inesperada muerte de Benito Juárez en 1872, Sebastián Lerdo de Tejada ocupó la presidencia de México de manera interina. En 1876, el general Porfirio Díaz, brillante militar con el prestigio de participar en el triunfo a los franceses, se levantó en armas y tomó el poder de facto, al año fue electo como el titular del Ejecutivo.

Porfirio Díaz permitió que su amigo, Manuel González, llegara a la presidencia en 1880, luego de cuatro años, regresó al poder y se mantuvo en él hasta 1911, cuando un levantamiento popular hasta su renuncia. En total, fueron 27 años de gobierno ininterrumpido en el que se convirtió en un dictador y transformó radicalmente al país.

Un aspecto importante que rescata el libro el libro “El grito de Independencia: historia de una pasión nacional” de Fernando Serrano Migallón, es que Porfirio Díaz le dio una nueva dimensión a los festejos patrios, las conmemoraciones al inicio de la lucha de Miguel Hidalgo y compañía son de “índole profundamente popular”.

La Campana de Dolores fue
La Campana de Dolores fue colocada en Palacio Nacional en 1896,durante el gobierno de Porfirio Díaz. Crédito: Cuartoscuro.

En esos tiempos se hacía un programa y era responsabilidad de las autoridades locales cumplirlo en apoyo de otros niveles de gobierno. El 15 de septiembre, casualmente cumpleaños del presidente, Porfirio Díaz salía la balcón del Palacio Nacional a dar vivas con salvas de artillería y gente en el Zócalo. También era común ver pirotecnia, bailes, desfiles militares, obras de teatro, globos aerostáticos, entre otros eventos conmemorativos y de esparcimiento.

También era frecuente que en la Alameda se regalaran juguetes y dulces a los niños pobres, normalmente después del Grito. En esas entregas era común ver a Carmen Romero Rubio, esposa de Porfirio Díaz, entregando los obsequios acompañada de otras damas de la alta sociedad.

Las festividades de la Independencia cambiaron cuando, el 15 de septiembre de 1896, fue colocada en el balcón de Palacio Nacional la campana de Dolores que sonó cuando el cura Miguel Hidalgo dio su arenga esa localidad en 1810. Ese año los concurrentes al Zócalo fueron más que en años anteriores.

Porfirio Díaz le dio un
Porfirio Díaz le dio un tono sumamente popular a los festejos de la Independencia, fueron priorizadas las obras de beneficencia. (Especial)

Sin embargo, Porfirio Díaz sacó la casa por la ventana en 1910, cuando se conmemoraba el centenario de la Independencia de México. Durante todo el mes de septiembre hubo eventos para celebrar a los insurgentes. Las naciones amigas (salvo tres casos muy puntuales) mandaron representantes diplomáticos para acompañar los festejos patrios.

Los banquetes fueron frecuentes, así como las funciones teatrales, destacó la inauguración de edificios públicos como el manicomio La Castañeda, orfanatos, dispensarios y escuelas de ciegos, sordomudos huérfanos. Las principales construcciones nuevas fueron el Hemiciclo a Juárez y la Columna de la Independencia (coloquialmente llamado “El Ángel”), las cuales fueron abiertas el 18 y el 16 de septiembre respectivamente.

El 15 de septiembre el Zócalo está abarrotado desde las 10 de la noche. A las 11 Don Porfirio Díaz salió al balcón del Palacio Nacional, hizo sonar la campana de Dolores y ondeó la bandera nacional, entonces dijo, no sin recibir una eufórica respuesta de los asistentes, lo siguiente:

“¡Mexicanos!

¡Viva la República!

¡Viva la Libertad!

¡Viva la Independencia!

¡Vivan los Héroes de la Patria!

¡Viva el Pueblo Mexicano!"