¿Cuáles son las propiedades curativas de las almendras y cada cuánto es recomendable consumirlas?

Es importante incorporar ciertas semillas a la dieta diaria

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 (Imagen Ilustrativa Infobae)
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Las almendras son semillas comestibles del árbol de almendro, se han consolidado como uno de los alimentos más saludables y versátiles en la alimentación diaria, gracias a su perfil nutricional y a los múltiples beneficios que aportan a la salud. Originarias del almendro, conocido científicamente como Prunus dulcis, estas semillas han sido valoradas durante siglos en diversas culturas gastronómicas y hoy ocupan un lugar destacado tanto como snack como ingrediente en una amplia variedad de productos saludables.

El atractivo de las almendras radica en su composición rica y equilibrada. Constituyen una fuente importante de proteínas, ácidos grasos insaturados, fibra, vitamina E, magnesio, calcio y antioxidantes. Además, aportan vitaminas del complejo B, pequeñas cantidades de vitamina A y minerales como fósforo, potasio y zinc.

Esta combinación convierte a las almendras en un alimento completo, capaz de contribuir a la prevención y manejo de diversas condiciones de salud.Uno de los beneficios más destacados de las almendras es su capacidad para mejorar el perfil lipídico.

El consumo regular de estas semillas puede ayudar a reducir los niveles de colesterol LDL, conocido como colesterol “malo”, y aumentar el colesterol HDL, considerado “bueno”. Este efecto se atribuye a su elevado contenido de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, que favorecen la salud cardiovascular. Estudios han demostrado que incluir entre 20 y 30 gramos de almendras al día puede contribuir a una reducción significativa del riesgo de enfermedades cardíacas.La presencia de antioxidantes, especialmente la vitamina E, otorga a las almendras un papel relevante en la protección celular. La vitamina E actúa como un potente antioxidante, protegiendo las células frente al daño oxidativo causado por los radicales libres.

Este efecto antioxidante no solo ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro, sino que también puede reducir la incidencia de enfermedades crónicas asociadas al estrés oxidativo.En el ámbito del control glucémico, las almendras ofrecen ventajas notables.

(Imagen Ilustrativa Infobae)
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Su bajo índice glucémico, junto con su riqueza en fibra y magnesio, contribuye a una mejor respuesta glucémica tras las comidas. El magnesio, en particular, desempeña un papel fundamental en la mejora de la sensibilidad a la insulina y en la regulación de los niveles de glucosa en sangre.

Consumir almendras de forma regular puede ayudar a prevenir los picos de glucosa, lo que resulta especialmente beneficioso para personas con riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.El efecto saciante de las almendras es otro de sus atributos más valorados. A pesar de su alto contenido calórico, la combinación de grasas saludables, proteínas y fibra favorece la sensación de saciedad, lo que puede ayudar en el control del apetito y, por ende, en la gestión del peso corporal.

Diversos estudios sugieren que quienes incorporan almendras en su dieta tienden a consumir menos calorías en el resto del día, facilitando así el mantenimiento de un peso saludable.La salud ósea también se ve beneficiada por el consumo de almendras. Su aporte de calcio, fósforo y magnesio contribuye al fortalecimiento de huesos y dientes.

Estos minerales son esenciales para mantener la densidad ósea y prevenir enfermedades como la osteoporosis, especialmente en etapas de la vida en las que el riesgo de pérdida ósea aumenta.En cuanto a la salud cerebral, las almendras contienen riboflavina, L-carnitina y grasas saludables, nutrientes que pueden proteger las células cerebrales y reducir el riesgo de deterioro cognitivo con el paso del tiempo. La presencia de estos compuestos ha llevado a que se recomiende el consumo de almendras como parte de una dieta orientada a preservar la función cognitiva y la memoria.El sistema digestivo también se beneficia del consumo de almendras.

Su alto contenido de fibra favorece la salud intestinal, mejora la digestión y ayuda a prevenir el estreñimiento. La fibra no solo regula el tránsito intestinal, sino que también contribuye a mantener una microbiota saludable, lo que repercute positivamente en el bienestar general.La piel es otro órgano que puede experimentar mejoras gracias a las almendras. Los antioxidantes y ácidos grasos presentes en estas semillas promueven una piel sana, hidratada y elástica. La vitamina E, en particular, se asocia con la protección frente a los daños causados por la exposición solar y otros agentes ambientales.