Carla Moure, pareja de Sebastián Ortega, habla de su trabajo en el teatro y la "complicidad creativa" con su novio

Carla Moure (29) puede haber filmado un comercial de helados con Orlando Bloom en Estambul, seguir trabajando como modelo desde los 17 "para pagar las cuentas" (desde entonces es parte de la agencia Civiles) y ser actual asistente de producción en Underground en el set de Un gallo para Esculapio, en pleno tercer cordón del Conurbano.

También puede sacarse una selfie con Pedro Almodóvar en Cannes, donde acompañó a su pareja, Sebastián Ortega (44), y haber escrito su tercera obra, en cartel en el Centro Cultural San Martín (sábados a las 20 y domingos a las 19), producida por Pablo Culell.

Se trata de Jardín de invierno, cruda pieza teatral basada en la historia de Jaycee Lee Dugard, "una chica de Estados Unidos que es secuestrada y queda embarazada de uno de sus captores", dirigida por la prestigiosa Corina Fiorillo.

El año pasado ya había estrenado obra en el Microteatro, dirigida por Marco Antonio Caponi y Mónica Antonópulos, y hasta el mes pasado tuvo dentro del circuito off ¿Te importa si miro?, en el teatro El Grito. En su primera nota con GENTE, Carla habla acerca de la relación de complicidad creativa que alimenta la relación con Sebastián, sus obsesiones y su trabajo por amor al arte.

–¿Cómo nació el proyecto de retratar un tema tan fuerte como el cautiverio?
–En esta obra, en la que hago hasta el vestuario, me inspiró la realidad misma. Terminó cayendo en un momento en que está muy en boga el tema del aborto legal y lo que ya dice el pañuelo en tu cartera.

–¿Cómo te afecta el tema del debate por la legalización del aborto?
–Para bien. Estoy muy contenta de que la mujer pueda hablar, dar su parecer y tomar posición. Mientras el aborto tenga ciertas reglamentaciones, en el sentido de que haya una lógica en la persona que tenga que abortar y no sea ilegal, estoy completamente de acuerdo. Ayer hablaba con Silvina Bosco, actriz de la obra, y le dije: "Me parece que al final tendrías que salir con el pañuelo". La obra habla justo de toda esa cuestión.

–¿Cómo fue el proceso de escritura de algo tan crudo?
–Habré tardado seis meses… Hubo varias reescrituras. Me encontré en el diario con la historia de Jaycee Lee Dugard y me empecé a cebar. Me compré las memorias que escribió luego de salir de su calvario. Me interesaba mucho cómo algunas de estas chicas salen a la vida, pero nunca superan el cautiverio mental.

–¿Cómo viviste el estreno?
–Entre Corina (Fiorillo, directora) y Pablo (Culell, productor artístico), muy icónicos en lo de ellos, y Maite Lanata, una actriz prodigio, muy en boga por 100 días para enamorarse (Telefe, también producida por Underground), donde hace un personaje transgénero espectacular, la función de prensa fue muy power. Igual, yo lo paso pésimo en los estrenos. Como hago todo muy a pulmón, hay mucho en juego. Además, es un trabajo no retribuido, porque lo único que cobro es por Argentores. Es muy por amor al arte.

–¿Sos muy obsesiva?
–Mi mamá me dice: "Bueno, Carla, tomátelo con soda". No es que sea una intensa en las relaciones, pero sí un poco con la vida. Así me tomo todos los proyectos que encaro.

–¿Qué te dijo Sebas de la obra?
–Todavía no la vio. Iba a venir y no pudo por un inconveniente; esta semana tiene a sus hijos, así que seguramente será la siguiente. Cuando está con los hijos se aboca a ellos y eso es más que entendible. Además, más allá de ir a ver la obra es apoyo diario, logística permanente. (Nota: Luego de esta entrevista Sebastián Ortega fue a ver la obra junto a su hermana)

–¿Cómo te aconsejó para encarar este proyecto?
–Re contra. Me dio su feedback. Maite Lanata viene trabajando con él desde hace años. Todo es un encadenamiento y está vinculado en todo.

–¿Lo que él diga ya es un éxito?
–Jaja. Sí, lo que dice, es. Nos apoyamos mutuamente un montón.

–Es lindo cuando en las parejas hay complicidad creativa. ¿Cómo lo vivís?
–Para mí es un sueño. Siempre soñé con tener una pareja así, como de grandes artistas. Me encantan esas historias y está bueno poder tener una relación así, al menos de mí hacia él. El está en otra escala y es lo que es como productor, pero yo hago mi pequeña colaboración, trabajando en cosas como de asistencia, que para mí es un lujo.

–¿Llevan el trabajo a casa?
–Sí, pasa… Intentamos que quede puertas afuera después de las siete de la tarde. Cuando estamos en la productora, eventualmente coincidimos en alguna reunión, pero en casa no llevamos tantas cosas de laburo.

Por Karina Noriega.

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