Nayanesh Ayman, el luchador español que empezó en Muay Thai para defender a su madre y se convirtió en campeón mundial: “No quería que nadie más la maltratara”

Nayanesh Ayman habla con ‘Infobae España’ sobre el camino para conseguir el éxito, de su madre y los títulos de su carrera

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El luchador de Muay Thai
El luchador de Muay Thai Nayanesh Ayman (imagen cedida por el luchador)

Nayanesh Ayman, comenzó en el Muay Thai sin grandes pretensiones, ni sueños de títulos; él solo quería poder defender a su madre, a quien había maltratado su pareja. “No quería que nadie más maltratara a mi madre. Por eso quería ser fuerte”, reconoce en una entrevista con Infobae España. Su destino, sin embargo, le tenía preparadas metas más grandes. Se convirtió en el primer medallista español y campeón del mundo. Su vida aparece plasmada en un documental de Movistar+, donde narra el camino para conseguir el éxito, que para él es lo verdaderamente importante.

Nayanesh nació en el Congo, pero con tan solo un año se marchó junto a su madre a Francia en busca de una vida mejor. Tras ocho años, tuvieron que marcharse, dado que no tenían los papeles, y se asentaron en Bélgica, donde pasaron dos años complicados en los que su madre y él fueron maltratados por su pareja de entonces. Después se marcharon a España, donde tenían un familiar, para comenzar una nueva vida. No fue hasta que cumplió los 16 años que las artes marciales entraron en su vida. “Empecé con boxeo un poco influenciado por Muhammad Ali, porque era un hombre muy fuerte y al que la gente respetaba”, asegura.

Aunque no fue el único motivo: “Mi madre fue una mujer maltratada físicamente por una pareja suya y yo también fui maltratado. Yo no quería que nadie más maltratara a mi madre. Por eso quería ser fuerte”, reconoce. Con esa motivación se inició en el boxeo para poder defenderse y rápidamente su entrenador se dio cuenta de que tenía cualidades para dar el salto a los combates, pero Nayanesh se negaba a pegarse. “Al final me engañaron. Mi entrenador me dijo que íbamos a un combate de entrenamiento y cuando llegamos descubrí que era una velada en los bajos del campo del Rayo”.

En un primer momento, al ver toda la gente que había, sintió vergüenza, aunque se olvidó de todo al subirse al ring. “Gané por KO, porque le rompí la nariz a mi rival”. Tras ello, protagonizó un total de 14 combates más, donde tan solo perdió uno. En ese momento ya había empezado a intercalar el boxeo con el Muay Thai, porque le costaba encontrar rivales para el primer deporte. Por entonces, reconoce, su madre no sabía que estaba haciendo artes marciales, lo practicaba a escondidas y se buscaba la vida para poder pagar el gimnasio y el material, aunque lo acabó descubriendo. “Se enteró porque la gente se lo empezó a decir y al principio no le gustaba”.

El luchador de Muay Thai
El luchador de Muay Thai Nayanesh Ayman (imagen cedida por el luchador)

El Muay Thai, al igual que había pasado antes con el boxeo, no se le dio nada mal. Dio el salto a nivel regional en Madrid. Después salió de la capital a Barcelona, Andalucía y por toda España, hasta que le llegó una oportunidad fuera de las fronteras españolas: Asia. “Donde estallé fue en China”. En 2016, le llamaron para ir como sustituto a un torneo por si se lesionaba algún luchador de los cuatro que participaban. Y ocurrió. Nayanesh saltó al ring y ganó los dos combates por KO. “Les jodí la fiesta porque nadie se esperaba que ganara el reserva”.

Al país asiático volvió durante los tres años siguientes, lo que le permitió entrar en una liga de los 16 mejores luchadores del mundo. Los torneos y los combates no dejaban de sucederse mientras Nayaseh fue cosechando victoria tras victoria. “Mi nombre creció muchísimo en ese momento”, asegura. Después su vida empezó a virar entre España y Tailandia. “Me fui porque es el país rey del Muay Thai. Yo quería seguir progresando y en España sentía que tenía un techo. Cuando llegué me di cuenta de que en España me creía el rey y allí no era nadie”.

En Tailandia, explica, el Muay Thai era para los niños de allí como el fútbol es en España. Su día a día allí giraba en torno al deporte: “Despertarme, entrenar, comer, dormir la siesta, entrenar, cenar y dormir. De lunes a sábado era así”. A pesar de la exigencia, reconoce que lo vivió con mucha ilusión. Y destaca que “entrenar en Tailandia es una inversión” porque allí entrenan cinco o seis horas al día, mientras que en España entrenaba tres, lo que hace que la mejora sea más rápida allí. En medio de esos dos mundos, participó en el Campeonato de España y ganó. Además, recibió la llamada de la selección española para participar en el Campeonato Mundial, donde consiguió la medalla de bronce, desmarcándose como la primera medalla española de Muay Thai. Años más tarde, consiguió finalmente la gloria, y se convirtió en campeón mundial.

El luchador de Muay Thai
El luchador de Muay Thai Nayanesh Ayman (imagen cedida por el luchador)

Nayanesh, la pandemia y su entrenador Jacko

A su regreso a España, decidió montar un gimnasio de Muay Thai, donde los sábados daban clases de defensa personal gratuitas orientadas a mujeres, una iniciativa fruto de lo que vivió su madre. Sin embargo, los compromisos de su carrera profesional le obligaron a vender su parte. “Era muy esclavo. Me quitaba mucho tiempo y no podía entrenar bien”. Después llegó la pandemia y su vida dio un giro de 180 grados. “Fue una depresión. Fue muy duro porque yo estaba en un momento muy bueno de mi carrera. Había firmado un contrato con la mejor promotora del mundo, One Championship. Después de la pandemia fue como si no hubiera firmado nada”.

Tras la pandemia, su suerte no mejoró: se rompió el menisco saliendo a correr. Una lesión que le obligó a estar un año alejado del octógono. “Engordé mucho y mi actitud era muy negativa. Yo ya tenía una edad y veía imposible volver al mismo nivel”. Su novia fue quien le ayudó a recuperarse a nivel físico y mental. Fue ella quien le convenció de que podría volver al mismo nivel. Y poco a poco fue recuperándose y volvió a sentir la necesidad de combatir. Sin embargo, su entrenador regresó a Tailandia y tuvo que buscar una nueva persona. “Me quedé solo en España. Tuve que ir a Pozuelo a hablar con un entrenador, Jacko. Le expliqué mi situación y empezamos a entrenar”.

Tan solo necesitó unas fotos en Instagram para que los promotores vieran que volvía a estar bien y le llovieran las ofertas para participar en un combate. “Necesitaba hacer una pelea para ver si realmente podía llegar a ese nivel”. Tras 10 meses sin entrenar consiguió convencer a su nuevo entrenador para aceptar el compromiso, se pusieron manos a la obra y lo consiguieron. Después de esa pelea regresó a Tailandia y firmó un contrato con la mayor liga del mundo. Poco a poco fue creciendo de nuevo dentro del deporte que tanto amaba. Llegó incluso a combatir en el Rajadamnern Stadium de Bagkok, el estadio más importante del mundo de Muay Thai. “Ese era uno de mis sueños y lo conseguí. Y, además, luché por el título en ese estadio, aunque no lo conseguí”.

Antonio Orden, campeón mundial de WBC de muay thai.

Ahora, tras una larga carrera a sus espaldas, Movistar+ ha sacado un documental sobre su vida, donde cuenta todo lo que ha tenido que vivir para poder conseguir lo que ha logrado. “Me contactaron y me dijeron que querían digitalizar mi vida. No entendí mucho a qué se refería, creía que me querían convertir en robot”, recuerda entre risas. Tras una reunión, aceptó la propuesta sin dudarlo. “El documental recoge mi historia y mi día a día”, explica.

Nayanesh y el Muay Thai

El Muay Thai para mí es mi vida. Es lo que llevo haciendo 20 años”, asegura Nayanesh. De cara a futuro no se marca ningún objetivo, aunque tiene hasta cinco proyectos en mente que va a empezar a desarrollar. Pero adelanta: “No es ningún gimnasio”. Para el luchador lo importante siempre ha sido el camino, lo que hay detrás de cada victoria y cada título. “La meta son solo dos segundos y ya está, pero el camino es lo que realmente es largo e importante. Es donde realmente aprendes, donde conoces gente, te educas, te conviertes en quien eres. Todo eso lo consigues en el camino”, considera.

Detrás de todo ese camino, Nayanesh guarda especial agradecimiento a su entrenador Jacko, quien le puso a punto para volver al más alto nivel. Gracias a él, cumplió su sueño de luchar en el estadio más importante del mundo y consiguió dar el salto a Estados Unidos, de donde acaba de volver. Fue ese camino el que le impulsó a brillar en un deporte en el que se inició sin mayores pretensiones que las de defenderse y defender a su madre.