La desmemoria de los supuestos activistas de Greenpeace que pintaron El Algarrobico

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Almería, 17 may (EFE).- “No me acuerdo” ha sido la frase más repetida por prácticamente la totalidad de los supuestos activistas de Greenpeace que este viernes han sido juzgados por pintar un círculo negro con la leyenda ‘Hotel Ilegal’ en la fachada del hotel de Azata del Sol en El Algarrobico, en Carboneras (Almería), por lo que enfrentan un año de prisión.

De los 28 acusados, únicamente por la empresa que levantó el hotel y no por la Fiscalía, han declarado 21, ya que el resto ha podido ausentarse de la vista oral al presentar distintos motivos justificados para ellos, y prácticamente todos han negado ser de Greenpeace o haber pintado el hotel o arrasado con puertas y cerraduras.

La mayoría ha asegurado que estaba en la playa o en los caminos de acceso porque habían visto la convocatoria de una manifestación contra este hotel “ilegal” en redes sociales, aunque alguno también ha manifestado que estaba allí de turismo con unos amigos o incluso que era periodista de la Agencia EFE y había acudido a cubrir la movilización.

En cualquier caso, todos han negado haber accedido al inmueble, participado en la pintada, roto el candado de entrada o utilizado patas de cabra o cualquier instrumento para abrir a la fuerza puertas y ventanas. Y sostienen que en el lugar había entre 150 y 200 personas, tanto a favor como en contra del hotel, sin recordar si alguno vestía el mono naranja de Greenpeace.

La acusación particular ha mantenido que sobre las 07:15 horas del 11 de mayo de 2014, los investigados, “activistas de Greenpeace”, rompieron el candado de acceso al hotel y accedieron a la fuerza para pintar de negro la fachada y desatendieron las órdenes de la Guardia Civil.

Azata reclama por el delito de daños multas de 1.080 euros por persona, y un año de cárcel para cada uno por un delito de desobediencia, además de 86.703 euros por los desperfectos al hotel.

La fiscal Mariola Gómez Ponce sigue sin acusarlos y los abogados José Manuel Marrueco y Juan Domingo Valderrama piden la libre absolución o que en su defecto se tengan en cuenta las dilaciones indebidas.

Tres agentes de la Guardia Civil, dos de los miembros de la patrulla que acudió al lugar y el brigada que instruyó el atestado, sí que han afirmado que se encontraron con “gente dentro del hotel, reventando puertas con palancas y rompiendo cadenas”.

Han asegurado que iban con monos para pintar y que se notaba que había un plan “preconcebido” porque cada uno portaba consigo un papel que indicaba la zona que le correspondía pintar.

Aunque han resaltado que no se resistieron a la hora de ser identificados, sí que han apuntado que hicieron caso omiso a sus peticiones para que cesasen su actividad, por lo que no abandonaron el inmueble hasta que concluyeron la pintada.

El representante legal de Azata del Sol, José Rodríguez, ha aseverado que el hotel “estaba en buenas condiciones”, tenía puertas, cerraduras y sistemas de seguridad y que de no haberse paralizado judicialmente las obras en febrero de 2006, dos meses más tarde habría abierto sus puertas, ya que incluso tenían unas 6.500 reservas ya formalizadas.

El perito arquitecto de Greenpeace ha negado que el hotel hubiese podido abrir dos meses después de la paralización, porque se trata de una “ruina económica y urbanística”. “En una ruina no se pueden causar daños. Si se tiene que dictar una orden de demolición, da igual que esté pintado o no, eso no es relevante”, ha concluido. EFE

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(foto) (vídeo)

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