El norte del corredor de cetáceos del Mediterráneo muestra una alta densidad de ejemplares

Guardar

Nuevo

Girona, 17 may (EFE).- Un estudio de Submon, entidad dedicada a la conservación, estudio y divulgación del medio marino, revela densidades altas de ejemplares en el sector norte del Corredor de Migración de Cetáceos del Mediterráneo y confirma la elevada importancia de este área para este tipo de animales.

El proyecto CETAMED NORTE, que va del Cabo de Creus (Girona) hasta la línea imaginaria que une el Delta del Ebro con el sur de Mallorca, es donde se desarrolla este informe y cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica.

Este respaldo institucional se enmarca en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) financiado por Unión Europea-NextGenerationEU.

La apuesta por el estudio parte de la ausencia de datos actualizados sobre la distribución y abundancia de cetáceos y tortugas en una zona que forma parte de la Red de Áreas Marinas Protegidas del Estado desde 2018.

CETAMED NORTE, que ha abarcado una extensión de 32.700 kilómetros cuadrados, proporcionará información crucial para el desarrollo del plan de gestión del corredor, que está en curso.

Los datos obtenidos sobre la distribución y abundancia de las especies marinas serán esenciales para tomar decisiones e implementar medidas de protección efectivas.

La responsable de proyectos de Submon, Carla A. Chicote, detalla que el estudio ha combinado metodologías basadas en el muestreo a distancia con transectos aéreos, marítimos y acústicos, que han aportado información "de gran valor”.

Durante los muestreos en barca se recorrieron 2.200 kilómetros en un catamarán y se observaron siete de las ocho especies de cetáceos presentes regularmente en el área.

Además, se usó un hidrófono de arrastre para detectar a los cetáceos gracias a los sonidos que emiten como es el caso de los cachalotes, que se sumergen entre treinta y sesenta minutos y son difícilmente localizables de forma visual.

En total, se realizaron 244 avistamientos –algunos de más de un animal-, con los mayores números para el delfín listado, el rorcual común, el cachalote, el zifio de Cuvier y el calderón gris.

Acústicamente, se detectaron 116 ejemplares de cachalote, lo que permitió estimar una abundancia de unos novecientos individuos en el área.

“Destaca el elevado número de avistamientos de especies de buceo profundo como el cachalote, el zifio de Cuvier y el calderón gris, lo que proporciona información valiosa sobre su distribución y comportamiento en el Mediterráneo”, detalla la líder del proyecto.

La primavera pasada se realizaron los muestreos en una avioneta dotada con 'bubble windows', unas ventanas ovaladas que permiten introducir la cabeza y tener una visión amplia de la zona que se sobrevuela.

En ella se recorrieron 4.770 kilómetros y se contaron 115 avistamientos de 6 especies de cetáceos, 89 de tortugas marinas y 28 de otras especies como tiburones y mantas.

Las más observadas fueron las de delfín listado, rorcual común y calderón gris.

Entre los resultados que los científicos consideran “clave del proyecto”, además de las altas densidades de cetáceos, tortugas marinas y otras especies, destaca la presencia de crías.

“Se ha observado un número significativo, especialmente de cachalote y calderón gris, lo que convierte la zona en un área de gran interés y alta sensibilidad”, explica Chicote, que detalla que los avistamientos de los primeros fueron básicamente de hembras con juveniles y crías.

También se han identificado las áreas preferidas por cada especie y “destaca la predilección por los cañones submarinos y zonas de alta productividad, que no cuentan con protección actual”, señalan los expertos.

Los rorcuales comunes se concentran sobretodo en la parte occidental del corredor, donde el elevado tráfico marítimo genera mayor riesgo de colisión.

La nota ingrata del informe es la confirmación de presencia de basuras flotantes: se detectaron 1.007 residuos, sobre todo de plástico, pero también de madera, redes o porexpan y abundan las botellas, bolsas y globos.

“Finalmente, se elaborarán mapas de predicción de riesgos que facilitarán la gestión de las actividades en función del uso que los animales hacen de la zona y servirán también para proponer medidas de gestión en relación con el trafico o el ruido submarino”, concluye Chicote. EFE

1010086

cgi/dar/rq/crf

(foto)

Guardar

Nuevo