Qué es el gadolinio, el químico de las resonancias magnéticas con contraste que puede ser peligroso para pacientes con enfermedad renal

Las formulaciones más recientes de contraste con gadolinio suelen ser seguras incluso para pacientes con enfermedad renal

Guardar
Una máquina de resonancia magnética
Una máquina de resonancia magnética (AP Foto/Keith Srakocic, Archivo)

La seguridad de las resonancias magnéticas en las personas con enfermedad renal ha sido objeto de análisis en los últimos años, especialmente respecto al gadolinio, un químico que mejora la visibilidad de tejidos y vasos sanguíneos gracias a sus propiedades paramagnéticas. Este elemento ayuda a detectar enfermedades como los tumores u otras patologías y se administra mediante una inyección en una vena del brazo o la mano.

Sin embargo, mientras que las resonancias magnéticas realizadas sin contraste no presentan riesgos específicos para quienes padecen problemas renales, la situación cambia cuando se emplean sustancias de contraste. Tradicionalmente, estos compuestos han incluido gadolinio como elemento químico principal. No obstante, la seguridad de este producto varía según su antigüedad.

Los profesionales de la Clínica Mayo expresan que las formulaciones más recientes de contraste con gadolinio suelen ser seguras incluso para pacientes con enfermedad renal, incluidos aquellos que reciben diálisis. Por el contrario, las versiones más antiguas de estos contrastes pueden resultar peligrosas para personas con insuficiencia renal crónica moderada o avanzada.

Riesgos asociados a los contrastes antiguos

El uso de sustancias de contraste con gadolinio de generaciones anteriores se ha vinculado a un mayor riesgo de desarrollar fibrosis sistémica nefrogénica, una enfermedad poco frecuente pero grave. Esta patología se caracteriza por el engrosamiento de la piel, los órganos y otros tejidos, y en casos extremos puede llegar a causar la muerte. El reconocimiento de este riesgo ha impulsado el desarrollo de contrastes más seguros, aunque los expertos recuerdan que el peligro, aunque reducido, no ha desaparecido por completo.

Antes de someterse a una resonancia magnética, es fundamental que el equipo médico conozca el estado de la función renal del paciente. Los análisis de sangre permiten evaluar la capacidad de los riñones para filtrar desechos, lo que ayuda a determinar el riesgo de sufrir fibrosis sistémica nefrogénica. En el caso de pacientes en diálisis, los profesionales sanitarios pueden recomendar la realización de una sesión de diálisis tras la prueba, con el objetivo de eliminar el gadolinio del organismo y reducir así el riesgo de daño renal.

En situaciones en las que sea imprescindible utilizar un contraste antiguo con gadolinio, la Clínica Mayo indica que el equipo médico podría sugerir la realización de diálisis diaria durante tres días consecutivos después de la resonancia magnética. Esta medida busca minimizar la probabilidad de desarrollar fibrosis sistémica nefrogénica. En cualquier caso, se recomienda consultar con el equipo de nefrología para determinar el protocolo más adecuado en función de las circunstancias individuales.

Bayer presentó Finerenona, una nueva terapia para tratar la ERC y proteger el corazón, efectos típicos y más complejos del avance de la DT2. Cuáles son sus indicaciones de uso.

Resonancias magnéticas con contraste

El descubrimiento de los riesgos asociados a los contrastes antiguos ha motivado la creación de nuevas formulaciones con un perfil de seguridad mejorado. No obstante, aunque el riesgo actual es bajo, no se puede descartar por completo. Por este motivo, la comunicación entre el paciente y el equipo médico resulta esencial para garantizar la seguridad durante la realización de una resonancia magnética con contraste.

Todo ello radica en la necesidad de informar al personal sanitario sobre cualquier problema renal antes de someterse a una resonancia magnética, así como la conveniencia de realizar pruebas de función renal previas. De este modo, se puede adaptar el procedimiento a las necesidades de cada paciente y reducir al mínimo los posibles riesgos asociados al uso de gadolinio.